Las sirenas siempre han cautivado al humano, desde que fueron creadas en la antigüedad, pensando que sus cantos, bálsamo de tranquilidad y reflexión nos conducirían a un mundo en el que todo es dicha y felicidad. Las sirenas, al igual que muchos otros seres míticos, se pensaba serían encontrados en el Nuevo Mundo, cosa que nunca sucedió. Claro es que estos seres creados por la imaginación de esa época, nunca llegaron a ser reales. Muchas leyendas… historias, se llegaron a entretejer, todas ellas quedaron en la primera parte, es decir, en las leyendas.
Un caso, por demás particular, sucedió aquí, en la Baja California Sur, más específicamente en la llamada Bahía de las Palmas, (actual Cabo del Este), lugar que por su singular belleza, el padre superior de los Jesuitas lo catalogó como el más bello nunca antes visto. Y sucedió allí, justo allí, en el lugar más hermoso jamás visto que las sirenas aparecieron.
De esto el padre Ignacio Tirsch da testimonio, al encontrar en esta bahía al pez mulier, como le llamaron en su momento, al pez mujer, lo más próximo a la sirena. Acontecimiento único. Lugar único, momento único, precisamente aquí, en el sur de la Baja California Sur.
“Según datos, el padre Trisch, además de poeta, era también un hábil dibujante e investigador de historia natural, debiéronose a él varios dibujos correspondientes a la flora y fauna terrestre y marina de Baja California, apareciendo en uno de sus dibujos el raro pez mulier o “pez mujer” con algunas características similares a una mujer desnuda ; sin lugar a duda este pez mujer con algunas características similares a una mujer desnuda; sin lugar éste pez fue encontrado en las costas de Ensenada de las Palmas, donde se han hallado ejemplares de otros peces, rarísimos en el mundo”. Tomado de Fundación de la Misión de Santiago Añiñí, César Osuna Peralta, La Paz, 1980.
José León Portilla tiene un interesante texto al respecto, para verlo, entra en el siguiente enlace:
http://www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn05/EHNO0504.pdf
Y no podía dejar la Baja California Sur sin hacer una visita al panteón mas recóndito que existe, se llama los Mártires. La idea de ir a conocerlo me nació en el momento en que leí esto: “También se halla en ese lugar el cementerio más viejo de que se tenga conocimiento”. Fue un poco complicado llegar a él, pero la recompensa la estas viendo, no son precisamente tumbas antiguas, pero su marcada soledad en esa belleza indómita lo hace único. Ahora si, me retiro de la península, no se si volveré o no, algo me llama en otra parte del país y para allá voy, espero sean puras cosas buenas. 
