Y si alguien dijeren
Hagámonos sordos”. (5)
Seguro que te llegó ya por ahí, en Facebook la convocatoria para que este mes publiques tu foto de cuando eras niño, asociamos siempre la niñez con felicidad, pero, en ocasiones la niñez no es precisamente ni felicidad, ni dulzura, ni tiempo de solo jugar y aprender, por el contrario, algunos niños tienen que volverse a su corta edad, el sostén de la familia. Aquí en la Baja California Sur en un afortunado encuentro que tuve en esas bibliotecas que se mantienen vacías permanentemente y que los libros no han sido tocados en semanas, incluso en meses; fue allí en donde encontré esta historia que, como suele suceder, se va matizando de leyenda y sazonando con un dejo de divinidad y que, por desgracia se perdió de la memoria colectiva de los que nacieron por estos rumbos, pero que, ahora la estamos compartiendo con la intención de que sea difundida y no se pierda, es una bella historia. El personaje central tiene nombre y apellido y acta de registro, esto lo pude comprobar en el libro de don Pablo L. Martínez: José Lino de Jesús Manríquez Martínez nació el 3 de noviembre de 1855, hijo legítimo de José Manríquez y María Esperanza Martínez, fue bautizado el 1 de diciembre del mismo año por el padre Anastacio López en el templo de San Antonio del pueblo del Real de Minas de San Antonio en la Baja California Sur. El siglo XIX fue una época nada favorable para la península de Baja California pues, dada su lejanía al centro de poder en la ciudad de México, aunado a la escasa población que la habitaba, la hacía una zona de codicia, piratas chilenos, peruanos, ingleses, franceses y norteamericanos trataron de invadir las pocas ciudades peninsulares para luego apoderarse del territorio, fue el caso del Filibustero John Napoleón Zerman quién invadió el puerto de La Paz en sus naves "Archibald Grace" y "Rebecca Adams". José Miguel Manríquez participó activamente en la defensa de la ciudad, peleó al lado del General Manuel Márquez de León, los filibusteros fueron remitidos para juicio en Mazatlán y una relativa calma se vivió en la península. Debido a su participación es nombrado Jefe de la Policía Montada en el Real de San Antonio, así que pudo regresar al lado de su familia, era ya el año de 1858.
Pintada entre 1937 y 1938 fue luego develada por el entonces presidente Lázaro Cárdenas como decoración principal del Aeropuerto Nacional, como se llamaba originalmente el aeropuerto de la ciudad de México, esto ocurrió en 1939. Luego sería nombrado como Puerto Aéreo Central y vuelto a inaugurar por Miguel Alemán Valdés a finales de la década de los cuarenta. Recordamos muchas películas en blanco y negro con escenas de lo que era esa terminal. Se dice que el mural era aun más grande y que las partes desaparecidas lo fueron hechas por cosa política ya que se retrataban a Hitler y Mussolini y, para evitar cualquier cosa relacionada al álgido momento de la II Guerra Mundial, se decidieron retirar. Surge la pregunta de cuál habrá sido la relación que O'Gorman encontró entre ellos dos y la aviación.
"El 18 de mayo de 1784 José María Alfaro elevó el primer globo sobre territorio de la Nueva España; y el 6 de febrero de 1785 Antonio María Fernández, en Tlaxcala se convirtió en el primer mexicano que ascendió a bordo de un aeróstato. el 15 de septiembre de 1825 en ocasión del decimo quinto aniversario de la iniciación de la Guerra de Independencia, la familia Ibarr Ibar lanzó, en San Miguel Allende, un aparato impulsado por aire caliente, fue en 1863 que se elevó por la ciudad de México el Globo de Cantolla..."(1)
Ahora vemos una de esas fotografías que primero me fueron prohibidas tomar, ya que estaba dentro de la terminal aérea, muy vacía, por cierto, ya que Mexicana no está volando y era la que le daba vida a la Terminal 1, me atrajo mucho la silueta de los volcanes y quería capturar la escena. Ni hablar, pensé, me quedaré con las ganas, pero una vez sentado en mi lugar de la aeronave pude tomar esta fotografía que, "por motivos de seguridad" no se me permitió dentro. Entonces me pregunto si no es lo mismo que lo mesmo...
.
.
.
Ahora nos vamos al sur de la península de Baja California, a un pueblo minero llamado Real de San Antonio, en las cercanías de El Triunfo, lugar que fue la capital del territorio a mediados del siglo XIX y que fue la población más numerosa de toda la zona en aquellos tiempos y lo que vemos son los contenedores de cianuro, es decir, veneno puro. De todo esto, hasta donde buenamente tengo entendido, no queda nada, unos japoneses que pagaron al Gobierno mexicano, se llevaron todo lo que había de fierro en los años treinta del siglo XX. La fotografía viene del libro de J.R. Southworth, Baja California Ilustrada. Otra vez nos vamos al norte de la Baja California, a la llamada "Cenicienta", Ensenada en donde hubo, en alguna época (desconozco si aun las hay) salinas, y aquí vemos como eran transportado el producto la fotografía viene del archivo histórico de la Universidad de San Diego.
Y otra vez nos vamos a Tijuana en donde comprobamos la antiguedad de la idea de disfrazar a los burros de cebras... eso solo puede pasar en Tijuana. Estamos en la que fue durante muchos años la más popular calle de la ciudad fronteriza, la Avenida Revolución, mejor conocida como la Revo. Por los autos presumo que es de los años treinta del siglo XX.
De vuelta en la fascinante ciudad de México, años cuarenta, tal vez, cuando estaba en construcción el Hotel del Prado, ese donde estaba la monumental obra de Diego Rivera "Un Domingo en la Alameda", este edificio fue uno de los tantos que colapsaron cuando el terremoto de 1985, en la actualidad ni su recuerdo queda, y el mural de Rivera fue trasladado a un digno recinto frente a lo que luego se denominó Plaza de la Solidaridad.
Uno de los tantos accidentes que las aeronaves nacionales sufrieron, no siempre documentados para evitar el pánico entre los viajeros, fue este sucedido en 1960 en el cerro del Tepozmayo, municipio de Juchitepec, Estado de México; en el siniestro murieron 13 personas, entre ellas el capitán Rebollo.
En el siniestro de Tepozomayo fue un avión de la Compañía Mexicana de Aviación el que sufrió el fatal incidente, al parecer se trataba de un DC-3. Las fotografías vienen del Heraldo de Aguascalientes, edición del 15 de septiembre de 1960.
Y para finalizar este viaje por el tiempo, nos vamos a un monumento emblemático, a un momento importantísimo, por lo tanto olvidado de la memoria colectiva, como, por desgracia, suele suceder en nuestro país. Estamos viendo el monumento al águila, en un estilo por demás vanguardista para 1983, cuando fue inaugurada la carretera transpeninsular, la que va de Cabo San Lucas a Tijuana. El monumento se levanta en el paralelo 28 que es donde se dividen los estados norte y sur de la Baja California, a fecha, 2 de diciembre de 1983, justo luego del Informe de Gobierno, creo el tercero, de Luis Echeverría Álvarez, consecuentemente la carretera oficialmente se llama Benito Juárez, pero se le conoce mejor como Transpeninsular.