domingo, 21 de diciembre de 2014

Una colección de Exvotos de finales del siglo XIX y principios del XX.

   Pensaba que esto de los exvotos era cosa que había florecido en el siglo XIX, pero, cuando vimos ese exvoto monumental que hay en la Villa de Guadalupe, aprendimos que la tradición se va varios siglos atrás, hay por allí otro, también de los antiguos, dedicado a la virgen de Guadalupe que es de los testimonios de este arte que más años guarda. Acá, en Salamanca, al finalizar el siglo XIX y en las primeras décadas del XX, eran muchos los exvotos que había, todos ellos están desaparecidos pues un "padrecito" de esos que suelen destruir lo que no conocen, llegó vio un montón de pinturitas y las decidió tirar a la basura. Pocos, muy pocos, contados con los dedos de las manos, son los que sobreviven en colecciones de museos de Chicago, Santa Fe y uno en Zacatecas. Así como esos, que estaban dedicados al Cristo negro del Señor del Hospital, muchos de otros santuarios desaparecieron, los que están a buen resguardo son los de la Basílica de Guadalupe y los de la Basílica de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, en ambos casos llenando varias paredes de los museos que en esos recintos se han construido.

   Estos que ahora comparto contigo los vi en el Museo Nacional de las Intervenciones. Están dedicados a distintos santos y advocaciones marianas, como Nuestra Señora de la Soledad, San Antonio, San Nicolás de Tolentino; uno de ellos, dedicado precisamente a San Nicolás viene de Jaral del Progreso, Guanajuato, pueblo del que es Santo Patrono. Hay, en el Museo de la Alhóndiga en Guanajuato, una sala dedicada a los exvotos que Hermenegildo Bustos pintó. Sale de sobra hacer más presentaciones, sé que estas producciones artísticas, catalogadas de "inocentes" o naif, so sumamente atractivas:
















1 comentario:

  1. Estas pinturas son realmente bellas e interesantes ya que en ellas está plamada mucha de la ideología de nuestro país. Cuando visitas en Museo de las Intervenciones en el d.f., es inevitable pasarlas desapercibidas así como admirarlas.

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