Salamanca, en el Bajío guanajuatense. Aquí nací, aquí viví mis primero 17 años, luego me fui por 35 largos años, ahora llevo 8 años de haber regresado. En este ir y venir, te aseguro que, cada vez que lo hacía visitaba el templo de San Agustín y cada vez encontraba un detalle nuevo. Aun lo sigo encontrando. Esta vez, con ayuda de una cámara avanzada que tiene un magnífico zoom, me da lo posibilidad de escudriñar aun más el recinto y seguirme engolosinando con lo que allí hay. La historia del recinto la tengo más que documentada en el blog El Señor del Hospital, si te interesa leerla, entra aquí. Mientras tanto comparto las fotografías que apenas hace 5 días tomé en ese lugar el cual, valga apuntar, no se llama San Agustín, así le decimos "coloquialmente", se llama Templo de San Juan de Sahagún.
domingo, 31 de mayo de 2015
sábado, 30 de mayo de 2015
El extraño puente de Buenavista, en Tlatelolco, ciudad de México.
Andábamos aquella vez, un poco perdidos por Tlatelolco, me preguntaba cómo será la vida en un conglomerado social de algo así (tengo entendido) de 300 mil personas, no me lo puedo imaginar. Deben ser cientos de historias las que allí se tejen; la más sobresaliente, es decir, aquella con la que la gran mayoría asocia a la zona: el 2 de Octubre de 1968. Pero como a mi ese año del 68 fue representativo en lo que refiere a las Olimpiadas, lo que sucedió días antes de comenzar los Juegos Olímpicos, la verdad no llamó mi atención y, difícilmente, las ideas rojas en ese tiempo en el que comenzaba mi adolescencia no era precisamente algo que me atrajera. En cambio la zona me atrajo por el concepto de modernidad que encerraba cuando fue inaugurado el conjunto habitacional y, más aun, cuando veía la infinidad de películas en blanco y negro en donde reflejaban no Tlatelolco, sino la zona de vías de lo que eran los patios de maniobra de la estación ferrocarrilera más importante del país: Buenavista.
Fue el 20 de enero de 1873 cuando este rumbo de la ciudad entraría a la modernidad de la época al ponerse en operación el más nuevo sistema de comunicación terrestre existente en el mundo: el ferrocarril. Sería aquí el punto de partida del tren a Veracruz. Se le llamó Buenavista por ser estos los terrenos del conde de tal nombre, cuya casa grande (palacio) es la actual sede del Museo de San Carlos. Buenavista se convertiría en el punto de partida, además del Ferrocarril Central Mexicano en la época porfiriana, se dice que era allí la puerta de entrada a la ciudad de México, cuando las cinco estaciones de trenes de la ciudad, Buenavista era la más importante.
"La antigua estación del FF.CC. mexicano fue demolida completamente en 1958, para ser reconstruida unos 500 metros más al norte, donde, algunos años más tarde, nacería el Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco. Tres años después de haberse demolido la antigua estación, durante el mandato del presidente Adolfo López Mateos se construyó una nueva estación de doce vías y seis andenes, la estación de Buenavista como tal. El nombre le fue dado por la colonia en la que se ubica: Buenavista". (Wikipedia.)
Llegué a la zona en busca del templo de San Miguel, ojo, hay una Parroquia de San Miguel Arcángel en el centro histórico, y este es el templo de San Miguel (creo también tiene la categoría de parroquia), di con ella está justo frente a la torre de Banobras, el triángulo que se volvió símbolo de Tlatelolco pero con la mala suerte que es de las que cierra cuando no hay oficio así que no pude verla por dentro, tengo entendido que su antigüedad queda manifiesta al ver la techumbre de tipo artesón.
Justo a un lado del templo hay un gigantesco corralón de vehículos infraccionados y detenidos, aquello se vuelve un nudo y no hay modo de cruzar hacia la estación, que ahora es la del Ferrocarril Suburbano a Cuautitlán, a no ser por un puente peatronal de lo más extraño que hay, pensé dos veces si era conveniente o no que lo cruzara, noté que hay poco movimiento de gente por allí, pero al fin movimiento y decidí cruzarlo. Esto fue lo que vi por allí.
viernes, 29 de mayo de 2015
La primitiva Catedral de México
En efecto, esta imagen ya la había publicado, fue en el penúltimo de los artículos en donde hice el conteo de templos y capillas del México Viejo, lo había mencionado también cuando vimos sobre el templo de San José de los Naturales, que era una Capilla de Indios, en la que, dadas sus grandes dimensiones y cortas las de la Catedral primitiva, se decidió hacer allí las solemnes exequias en honor al Emperador de las Españas, Carlos V. Y una mención más había hecho cuando veíamos sobre el Palacio del Arzobispado y el sitio en donde (de acuerdo a la tradición) había ocurrido el milagro de las rosas, cuando Juan Diego deja caer el ayate y aparece la imagen de la Virgen de Guadalupe, y, al parecer fue en la primitiva Catedral se colocó la imagen. En todos ellos se menciona algo sobre ese recinto pero es hasta ahora que logro atar los cabos.
Por este sitio he pasado al menos media docena de veces pero debido a que regularmente hay mucho vapor en el vidrio que no permite ver mucho no le había puesto la atención debida, se trata de las ventanas arqueológicas colocadas en cuatro puntos del atrio de la Catedral Metropolitana, allí se alcanzarían a ver los vestigios de lo que fue la primera catedral de la ciudad. Es ahora, que por una de esas casualidades, que llego a la descripción de la Iglesia de Jesús Nazareno en Wikipedia y leo esto: "Tres años después de concluida la conquista, Hernán Cortés mandó construir una iglesia aprovechando material de los templos aztecas. Esta iglesia se ubicaba en el atrio de la actual catedral metropolitana de México y fue convertida en catedral por Carlos V y el papa Clemente VII según la bula del 9 de septiembre de 15346 y nombrada metropolitana por Paulo III en 1547.7 ¨Hacia 1585 la iglesia estaba muy deteriorada y amenazaba con desplomarse, por lo que el arzobispo Pedro Moya de Contreras ordenó remozarla, proyecto que estuvo a cargo del arquitecto Claudio de Arciniega, quien diseñó la portada renacentista de la fachada principal, la cual fue elaborada por los canteros Martín Casillas y Hernán García de Villaverde. En 1625 comenzó la demolición del edificio para construir la actual catedral y la portada principal fue trasladada a la iglesia de Santa Teresa la Antigua, donde permaneció hasta 1691, año en que el arquitecto Cristóbal de Medina fue encomendado para remodelar la fachada de la iglesia de Santa Teresa. Sin embargo las autoridades decidieron conservar la antigua portada renacentista que había pertenecido a la Catedral, por lo que el arquitecto Juan Durán fue contratado para desmontar la portada piedra por piedra y montarla en la fachada de la iglesia del hospital de Jesús Nazareno".
La fotografía anterior la tomé de El Universal, esta que vemos ahora viene de CAV Diseño e Ingeniería, encargada de la conservación de lo que hay dentro de esas ventanas arqueológicas. Y en ese artículo que leí en Wikipedia, da la referencia de una nota sumamente interesante de Héctor de Mauleón que publica también El Universal en donde, entre otras cosas dice el estudio que la historiadora Amerlinck hizo al encontrar los documentos en donde se anota la venta, en 1625 de la puerta del perdón al convento de Santa Teresa. Te recomiendo leer el artículo completo aquí.
En la página oficial de la Catedral Metropolitana, aparece el artículo completo que Manuel Toussaint escribiera sobre la Catedral primitiva: "Las investigaciones del sabio don Joaquín García Icazbalceta nos enseñan que dicha iglesia fue edificada en 1525; que no se sabe de fijo si esa primera iglesia es la misma de San Francisco pero sí, con toda certeza, el sitio que ocupaba, entre la Plaza Mayor y la placenta del Marqués, así llamada por estar frente a las casas de Hernán Cortés, hoy Monte de Piedad. Estaba orientada de Este a Oeste, con la puerta principal, llamada del Perdón como la catedral nueva, hacia el Occidente. Venía pues a dividir la gran plaza, que hoy es una sola con el recodo del Empedradillo. Se sabía, además, que dicho templo había sido levantado en el sitio que ocupaba el gran teocalli de México, y que las piedras sagradas de los indios habían servido de cimientos a la iglesia católica y hasta de pedestales a sus columnas. Don Antonio García cubas exploro el sitio cuando fue arreglado el piso de la plaza y hasta tras un croquis del plano del edificio con ligeras modificaciones se reproducen este artículo se admiraba García cubas con razón de la certeza crítica de Icazbalceta al fijar el sitio de la iglesia sin más apoyo que documentos escritos". Ver el artículo completo aquí.
Y mira, casualidades de la vida, hace un par de años que andaba en la ciudad de México, visité el Hospital de Jesús y su templo, solamente tomé esta fotografía, ni más ni menos que la portada principal, la del Perdón, de la Catedral Primitiva de la ciudad de México.
Y sale la pregunta, a propósito del templo de Jesús Nazareno, contiguo al Hospital, ¿en dónde habrá quedado la estatua que estaba encima de la linternilla de la torre? La última vez que pasé por allí ya no lo vi.
En resumen, fue en 1527 que se fundó la primera catedral, esa que se conoce como “primitiva", fue fray Juan de Zumárraga el primer obispo de la diócesis. Cinco años se llevó su construcción, se localizaba en lo que hoy es el atrio de la Catedral Metropolitana, pero no viendo al sur, como la actual, sino al poniente; en 1548 se hace la primera remodelación, vendrían luego varias inundaciones en la ciudad las cuales provocaron serios daños a la estructura y ya para 1562 se ve la necesidad de un edificio más grande y sólido, es cuando comienza a construirse la catedral metropolitana, fueron varias décadas las que se llevó la primera fase de su construcción, la cual, concluida fue trasladada la sede a ese nuevo edificio y la primitiva será demolida entre 1625 y 1626.
Hay un artículo muy completo sobre la Catedral Primitiva en el Número 12 del Boletín de Monumentos Históricos del INAH, de Enero-Abril de 2008 por Guillermo de Tovar Teresa. Y otro más, sobre el atrio de la Catedral Metropolitana que puedes ver aquí.
jueves, 28 de mayo de 2015
Fierro y acero en el puente colgante de Cortazar, Guanajuato.
Al ver esta imagen, en blanco y negro, me siento remitido a una escena de la urbe de hierro en la emblemática década de los años veinte del siglo XX, cuando el hierro era el elemento que dominaba en la construcción, mismo que se logró dominar para convertirlo en parte decorativa, pero, al no ver al fondo edifico alguno, eso me dice que estamos en otro sitio, efectivamente, estamos en Cortazar, en el estado de Guanajuato, muy cerca del cerro del Culiacán y sí, la obra corresponde a los años veinte, obra de un ingeniero de origen francés avecindado desde joven en Guanajuato: Ernesto Brunel.
De Brunel tenemos buenos ejemplos de ese arte que logró dominar acode a las tendencias y estilos de su época. Sumamente bello es el diseño del Mercado Hidalgo en la capital de Guanajuato, edificio que fue concebido para albergar allí la Estación del Ferrocarril y que, por las características del geológicas, al final se decidió que su objetivo sería el de mercado público. Cambios en funciones, que no en estructuras que sucedió varias veces en México, como el Templo de Guadalupe, mejor conocido como El Buen Tono en la ciudad de México que diseñado para teatro se transformó en templo católico.
Otro estupendo edificio, diseñado por Ernesto Brunel es el Mercado Morelos, en Celaya, de un estilo distinto al de Guanajuato, quizá sea porque ese decó y nouveau, estaba ya rebasado, pero aquí, en lo que ahora vemos del puente de Cortazar, notamos la tendencia en esos estilos que dominaron en la que han dado en llamar "alocada época" de los años veinte.
El ramal del Camino Real que partía de Querétaro rumbo a Guanajuato, pasaba por Apaseo y Celaya, su trazo continuaba con rumbo poniente y pasaba cerca del pueblo de Cortazar, con la dificultad de que para entrar allí había que cruzar el río de La Laja, el trazo del camino continuaba y pasaba muy cerca del pueblo del Guaje, actual Villagrán. A lo largo de tres leguas el camino iba casi en paralelo con el mencionado río hasta llegar al Molino de Sarabia, para continuar luego a Salamanca. Ese cruce del Laja se complicaba en temporada de lluvias por lo crecido que llegaba a bajar el río, razón por la cual en 1920 se aprobó la construcción del puente. La obra fue asignada al ingeniero Barton, que proyectó un puente colgante; una estructura de fierro y acero que fue trabajada en la fundidora que había en Irapuato.
Ya para agosto de 1922 el puente estaba concluido, el presidente de la República vendría a Cortazar para hacer la inauguración de tan importante obra, de ese modo regresaba luego de siete años a terrenos conocido, pues no muy lejos de allí fue que se libró la Batalla de Celaya, y seguro que tenía en su memoria bien claro el rumbo pues, un poco más al norte fue en dónde perdió su mano, en Santa Ana del Conde, municipio de León. La expectativa de la inauguración era grande, todo el pueblo de Cortazar se dio cita a tan singular evento, más aun, para ver de cerca al Presidente Obregón. Y ocurrió, dice la memoria popular, que todo mundo quería caminar por el nuevo puente y, ante la aglomeración, el puente colapsa, justo en el momento en que se estaba inaugurando.
"Por decreto No. 173 del 14 de octubre de 1921, el H. Congreso del Estado, autorizó al C. Ing. Antonio Madrazo, Gobernador Constitucional del Estado de Guanajuato, contratar al Ing. Ernesto Brunel para que construyera un puente de acero sobre el río Laja en las inmediaciones de Cortazar, autorizándose un presupuesto de $31,000.00 para dicha obra, más $16,000.00 que aportó el pueblo de Cortazar, para una suma total de $47,000.00. El contrato suscrito por el Ing. Brunel especificaba que la estructura del puente sería a base de cimentación de concreto, armadura metálica y tirantes de acero; tendría una capacidad de 20 toneladas repartidas en 3 puntos del trayecto. El 27 de julio de 1922, el Ing. Brunel entregó concluido el Puente Colgante de Cortazar a los ingenieros Ponciano Aguilar y Federico Aguilar, director en jefe y administrador de obras públicas del estado, respectivamente, quienes comprobaron que cumplía satisfactoriamente con lo estipulado en el contrato".
"El 26 de agosto del mismo año, con la presencia del Gral. Álvaro Obregón, Presidente de la República Mexicana; el C. Ing. Antonio Madrazo, Gobernador Constitucional del Estado de Guanajuato; el C. Antonio Mancera Cano, Presidente Municipal de Cortazar y los C.C. Rafael Aguilar Mancera y Antonio Ojeda Jaramillo, miembros del Comité de Recepción y el pueblo en general, representado por todas las clases sociales, se inauguró oficialmente el Puente Colgante de Cortazar. Sin embargo, el puente sufrió una inclinación por el lado oriente, al sufrir una torsión y las garruchas que sostenían los cables provocando que los cables sostenes cayeran sobre los travesaños de las torres, lo que dificultó el equilibrio de quienes presenciaban la inauguración e hizo recelar al Presidente de la República y su comitiva que se trataba de un atentado en su contra".
"Los ingenieros Brunel, Aguilar y García, después de elaborar un diagnóstico de la falla que se había presentado coincidieron en que las causas de los daños ocasionados al puente habían sido provocados por el movimiento oscilatorio continuo brusco y el peso propio de la estructura, que determinaron la torsión de las garruchas. Algunos comentaban que al ingresar el Gral. Álvaro Obregón al puente, éste se desequilibró porque al Presidente de la República le faltaba un brazo, y al inclinarse el puente, el manco de Celaya gritaba… ¡traición, traición…! Posteriormente se ordenó la reposición de las piezas dañadas con elementos de la fundidora de Irapuato; muchos días después se puso en servicio. Posteriormente el Gobierno del Estado emitió las normas de seguridad para el tráfico de personas y unidades. Con el paso del tiempo, el puente colgante de esbelta y armoniosa figura, se convirtió en un símbolo representativo de la ciudad y un importante atractivo turístico". (1)
Varias son las consejas que se han tejido en torno a la caída del puente. La más política, digamos, es esa en que se dice que se ladeó por la falta de la mano del general Obregón, se dice que Barton fue obligado a costear de su bolsa la reparación del puente. Cosa normal, en los pueblos, que ante eventos de esta magnitud las historias y los recuerdos se comiencen a entretejer con leyendas. Lo que a nosotros nos interesa es ver la belleza del diseño propia de la época.
Al caminar por allí notamos el grado de deterioro que tiene, específicamente en el piso, el cual, originalmente era de vigas, mismas que al paso de 9 décadas se han ido deshaciendo. El puente, en algún momento fue cubierto con una capa de concreto, el cual también ha ido desapareciendo como lo podemos ver en estas imágenes. Entra aquí para que veas como era originalmente el piso del puente.
Si eres amante del arte, especialmente de la arquitectura, creo que esta es una buena opción para admirar un estilo propio de una época, para llegar a Cortazar es muy fácil, se localiza en la carretera 45, la que se llamaba Panamericana, viniendo de México rumbo a León, pasarás por Celaya, unos diez kilómetros luego de que veas el monumento a la Batalla de Celaya, está el entronque, un kilómetro más adelante está una curva muy marcada, justo allí, del lado derecho verás el puente colgante. Cerca está el panteón municipal, con muy buenos ejemplos de arte funerario de principios del siglo XX, y por ahí también está la Casa de la Cultura, la cual guarda unas pinturas excepcionales del pintor local, Ernesto Rivera, no te las pierdas.
Recuerdo que cuando andaba por el rumbo de Tres Zapotes, cerca de Santiago Tuxtla, en Comoapan, vi un puente colgante, de la época porfiriana, junto a una finca tabacalera, solo que no tuve la oportunidad de bajarme a verlo. Otro puente colgante que hay en México es el de Mapimí, Durango.
Fuente:
1.- Mendoza Villagomez, Rodolfo. Cortazar. Colección de Monografías Municipales de Guanajuato. Comisión del Bicentenario, Guanajuato, 2010. pp.64-66