domingo, 28 de agosto de 2011

El Tepozteco junto a la región de la eterna primavera.

959.- Hace pocos años fui por primera vez a Tepoztlán, iba de Malinalco, así que llegué allí vía Cuernavaca, por lo tanto no fue tan impactante la vista del Tepozteco como ahora que vamos una vez más a ese lugar con la intención de ver con atención su templo, el Católico, no el Azteca; es lunes, por lo tanto el convento estará cerrado, así que me hago la idea ya que solamente me será posible esta vez gozar de la arquitectura medieval que hay aquí y en los demás conventos que, sabiamente, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad.

Salimos de la Tabacalera, ese rumbo por donde suelo hospedarme y abordamos el metro para llegar a la estación Taxqueña, allí es cosa de caminar unos cuantos pasos y estamos ya en la Terminal de Autobuses del Sur, vamos a la taquilla del Pullman de Morelos y nos embarcamos rumbo a ese estado.

La diferencia de alturas ente la Sierra del Ajusco y el Valle de Cuernavaca es notoria, esta que es la concurrida autopista México-Cuernavaca, una vez que se pasa la zona conocida como Tres Marías comienza el descenso, desde las alturas y en días claros podemos ver en el horizonte el Tepozteco y detrás de él el valle de Cuautla. Hay la idea de que por estos rumbos fue el lugar donde nació el mítico personaje de Ce-Acatl Topiltzin Quetzalcóatl.

Seguimos en el descenso, los picos escarpados que conforman esta parte de la también llamada Sierra de Chichinauhtzin van formando un paisaje increíble, de intenso verde, recordemos que era por acá que el emperador Moctezuma se abastecía de plantas y flores exóticas para su exuberante jardín.

Todo el sur del Distrito Federal (Milpa Alta y Tlalpan) y el norte del Estado de Morelos es área protegida, aquí es donde se ubica el llamado Corredor Biológico Chichinautzin, dentro de él se localiza el Parque Nacional del Tepozteco, un poco más adelante están las Lagunas de Zempoala la cuales aun no conozco.

Llegamos ya a Tepoztlán, el viaje es apenas de poco más de una hora en autobús que va directo y el panorama que vemos a lo largo del recorrido es imponente. De la terminal comenzamos a caminar rubo al centro, es un día no precisamente nublado pero sí brumoso. Notamos el cambio de clima, más húmedo, algo tropical y su verde nos inunda los ojos.

El punto focal de éste que es un Pueblo Mágico es, sin lugar a dudas el cerro del Tepozteco. Siempre que encontramos pueblos construidos a un lado de cerros nos damos cuenta de como la dimensión es distinta, de como la naturaleza se impone, atrae, domina el paisaje. Hace resaltar aun más las construcciones.

Para muestra de este lugar tenemos esta toma, cuando caminaba por la calle principal rumbo al centro, aparecen de pronto las torres del Templo de la Natividad, es enorme y es antiguo, de los más antiguos que se construyeron en la Nueva España, forma parte, por así decirlo, de la primera generación de edificios religiosos levantados por los evangelizadores, en este caso, por los dominicos.

Esta vez no nos quedaremos a dormir aquí, tengo el tiempo pero no da presupuesto, la vez anterior me hospedé en ese lugar que se ve a la izquierda el Chinelo, lugar muy cómodo, seguro, limpio. Si sigues por esta calle empedrada, llegarás al punto de ascenso al Tepozteco, que es donde se ubica la pirámide de Tepoztlán, esa pirámide está dedicada a Ometochtli, el "dos conejo", deidad del Pulque. Tal vez te acuerdes de aquel artículo que publiqué sobre "los cuatrocientos conejos".

Si por estos rumbos la producción de flores es excepcional, que podemos decir de las hortalizas, para muestra basta esta imagen, por cierto, tanto ahora como la otra vez, fui exactamente al mismo puesto y veo que siguen acomodando todo lo que allí venden, tradición magnífica que aun sobrevive, esa de acomodar todo lo que se está vendiendo en el puesto.

Una frase de uno de los poemas de Netzahualcóyotl que encontramos en un mural medio escondido en la zona del mercado municipal, frente al atrio del templo de la Natividad. Si tienes aun la idea de que es Cuahutémoc el que aparece en los billetes de cien pesos (mucha gente lo cree) pues no, no lo es, es Netzahualcóyotl.

Y en el mismo mural se representa una escena característica del estado de Morelos, son los Chinelos, una danza que se origina durante las fiestas de Carnaval cuando los locales no eran incluidos en estos fandangos. Para ver más de los Chinelos, aquí en El Bable ya te había puesto unas escenas una vez que los vi.

Bien, creo que ya estamos ambientados adecuadamente para comenzar a internarnos en las bellezas que guardan estos lugares de eterna primavera...

miércoles, 24 de agosto de 2011

Algunos monumentos en la ciudad de México.

958.- Llevamos apenas un par de días en la ciudad de México y son montones las cosas que vamos viendo, de pronto analizando, luego evitando ciertas cosas nada agradables y al final encantándonos con todo lo que la ciudad, ofrece cuando se puede uno integrar a ella pero en rítmo propio, no a la carrera como es la vida cotidiana de la gran urbe, lograrmos reasltar ciertos detalles que la vuelve única, como son, en este caso, sus monumentos. Este, el de la Revolución captado al caer la tarde cuando aparentaba que una tormenta caería... no fue así.

Dos años viví a dos cuadras de este lugar, jamás me dí cuenta que allí había un monumento, hasta ahora que por mera casualidad pasé por ael rumbo: Avenida Chapultepec casi esquina con Morelia, un monumento levantado a Giuseppe Garibaldi, el viejo, no el joven, al joven fue al que se le dedicó la plaza Garibaldi, donde tocan los Mariachis.

Pero tengo entendido de que Giuseppe Garibaldi, para 1864 estaba en Italia, y en ese año fue a Inglaterra, ya había estado en Nicaragua y antes en Argentina y Urugay, pero por México no estuvo, como quiera, el se declaró a favor de los "bravos oficiales combatientes de la libertad mexicana". Será interesante saber la razón que hubo para levantar precisamente en este monumento. ¿Alguien que lo sepa y nos oriente?

Cuando fui al Cárcamo de Dolores entré al área de comida del Museo Papalote, lleno, claro está, de niños, así que solo comí un tentenpié y me retiré, fue cuando vi este monumento que no se si fue antes que El Papalote o ellos lo pusieron a propósito de las hordas de niños que llegan al lugar, es al maestro y nos refleja a Euclides, padre de la geometría. De esto no estoy del todo seguro, de que sea precisamente Euclides, igual es solo un personaje griego... digamos que sí, que es Euclides impartiendo su conocimiento.

Esta placa tiene algo así como 256 años y corresponde a una pila de agua colocada en lo que hoy día es la estación del Metro Chapultepec, consecuentemente era donde se proporcionaba de agua a los habitantes de esta parte de la ciudad de México, la placa dice que reinaba en España y las Indias el señor don Felipe VI y en la Nueva España el Marqués de las Amarillas. Consecuentemente la pila se fabricó entre 1756 y 1759.

Esta es la pila en cuestión, verás que tiene dos placas que son los rectángulos blancos que aparecen a cada lado. Todos los altorrelieves están ya muy gastados y ni que decir de la gran cuarteadura que hay hacia el lado derecho, en la otra placa seguramente aparece la fecha pero me fue difícil de fotografiarla, como quiera, El rey estuvo en el trono de 1746 a 1759 y el virrey lo hizo de 1755 a 1760; de allí que podamos deducir la fecha de la fuente. La moderna torre que vemos a la izquierda es la llamada Torre Mayor.

Llegamos al Bosque de Chapultepec y accedemos por la puerta principal, solo que La Puerta de los Leones está en remodelación, y esta que vemos es una de las cuatro leonas que hay en el enorme coredor que nos lleva al Altar de la Patria.

Como el acercamiento al detalle que corona las columnas que representan a los Niños Héroes lo hice contraluz, a color no es nada nítida, queda un poco más clara en blanco y negro.

La vista habitual del monumento a los Niños Héroes, que oficialmente se llama Altar de la Patria, ya la conoces, mejor vemos a la Patria de espaldas y logramos este ángulo... por cierto, ¿no crees que le hemos dado la espalda a la Patria desde hace algunos años?

De la existencia de este otro monumento a los Niños Héroes apenas me enteré hace poco, es un obelisco levantado en tiempos de don Porfirio, 1880 y se levanta justo donde se dice que fue que cayó Juan Escutia envuelto en la bandera.

Seguimos en las faldas del cerro del Chapulín, mejor conocido como Chapultepec, ahora nos encontramos con el monumento levantado a los mexicanos caídos en la Segunda Guerra Mundial, al Escuadrón 201, de éste sí que no tenía ninguna referencia, fue una gran novedad para mi.

El monumento es como un anfiteatro, no se si se llegue a usar como tal, pero allí está, poco transitado o, al menos cuando estuve allí fueron pocas las personas que pasaron por su frente.

Y no muy lejos del monumento anterior encontramos otro, este fue mandado construir por don Pascual Ortíz Rubio, el primer "tapado" que hubo en nuestra gloriosa política. Dándole utilidad a todo lo que quedó volando del porfiriato, muchas esculturas que fueron construidas con un fin y que, luego de la Revolución, para lo que habían sido elaboradas ya no se construiría en donde colocarlas, así que ésta es una de las tres esculturas que adornarían la Secretaría de Relaciones Exteriores, es la Templanza. Como el edificio no se construyó, la escultura se colocó como pieza central de esta enorme fuente.

Salimos del bosque y caminamos por Reforma, en la esquina con Toledo, donde está el edificio del Seguro Social se levanta esta moderna escultura, no me fijé en la autoría.

Y en la entrada principal de dicho edifico aparecen estas monumentales esculturas, la otra no quedó clara, por eso no la incluyo. Aqui vemos esas escenas republicanas que se pusieron tan de moda en los años treinta del siglo XX, una madre, la madre tierra que cobija a sus hijos, me llama la atención la posición de las manos, que es la misma que Tláloc tenía y, arriba, ve con atención que hay dos manos que forman los granos de la mazorca...

Aquí ya cambiamos diamtetralmente de rumbo, es el atrio del que fuera convento de Azcapotzalco, una remembranza al Pachón, Encarnación Ortiz, que librara la última batalla precisamente allí y que fuera la que da por concluida la guerra de Independencia, hechos dados el 19 de agosto de 1821.
Y otro cambio de rumbo, ahora en la Zona Rosa, allí vemos el monumento levantado a Germán Valdéz, Tin Tan, el más famoso de todos los pachucos.

Ahora estamos en la plaza principal de Xochimilico, allí vemos este interesantísimo monumento levantado a la memoria de Martín de la Cruz, xochimilca que escribió en náhuatl una relación de las plantas medicinales que había en México. Vemos un nombre en latín: Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis, 1552; este fue el título con el que se conoció su obra, pero, la original desapareció, quedó una copia en latín que es el Códice Badiano, cuya traducción es: Libro de las hierbas medicinales de los indios.

Un monumento más a la memoria de los Niños Héroes, esta vez dentro de los jardines del Castillo de Chapultepec, tengo la idea de que fue levantado a la memoria de Juan de la Barrera pero no estoy del todo seguro, vemos a esta Patria entristecida, representando a la muerte y a un lado el águila republicana. Custodian cuatro indios, todo el conjunto está lleno de simbolismos.

Ahora estamos en el maravilloso Centro Histórico, más específicamente en la parte norte de la Plaza de Santo Domingo, en donde se conserva la antigua fuente que desde la época de Santa Anna existe. Hay fotos antiguas, una de Charnay que aquí publiqué, en donde se ve claramente que esta columna se encontraba en donde en algún momento estuvo el humilladero que marcaba el inicio del Camino Real de Tierra Adentro, pensé que había desaparecido, pero no es así, es solo cosa de caminar por el lado izquierdo del templo para encontrarla.

También por el Centro Histórico encontramos el Reloj Otomano, el que fuera obsequio de esa comunidad establecida en México durante los festejos del Centenario, ahora recien remozado a propósito del Bicentenario.

Y con esta toma del monumento conocido como El Sol Rojo, en la explanada del Estadio Azteca, obra del escultor norteamericano Alexander Calder, nos despediremos de la ciudad de México pues enfilamos a la magnífica provincia, daremos un recorrido por una partecita de Morelos y algo del Estado de México, estamos con el interés de visitar, entre otras cosas conventos, se pondrá interesante, te lo aseguro.

Con esta vista del Estadio Azteca quiero saludar a mi buen Gabo que anda un poco lejos de su tierra, casi al otro lado del mundo, en Ucrania, ojala le siga yendo bien. Y, como él dice: Alratillo!

martes, 23 de agosto de 2011

Cuando las pintas te hacen pensar.

957.- (Sábado de 2x1, este es el segundo artículo de hoy). Desde hace años hemos visto "pintas" esos que, en buena medida fueron el antecedente del grafiti, pintas en las que hay un frase., un mensaje profundo y reflexivo. Las primeras que recuerdo son las tradicionales: "Yo amo a..." ó una que decía "Puto el que lo lea", hace mucho tiempo, caminaba por Cancún, por la calle Chichén Itzá, justo en la Manzana 23, cuando una pinta me llamó la antención por la idea que allí planteaba: "¿Cabrán mis sueños en un cuarto de 3x3? esto haciendo franca referencia a los lugares de hospedaje que son comunes en ese lugar y que cuando llegas a vivir allí se vuelve tú única opción de vivienda, luego, si consigues trabajo tendrás algo mejor. Hubo una más que me pareció muy ingeniosa, era el tiempo cuando se enjuiciaba a Michael Jackson por abuso infantil, lo vi en una calle de Quito, en Ecuador: "Soy el blanco de todos. M.J." La que apenas encontré ahora la vi desde lo lejos y caminé para volverla a ver y captarla de cerca:

"Soy hija de la educación pública". El lugar que eligieron para ponerla es un depósito de basura que hay en la congestionada zona del Metro Taxqueña y sus docenas de paraderos, por lo tanto sus varias toneladas de basura. Supongo que en un futuro próximo habrá la tecnología que capture además de la imagen el olor que allí se producía, un poco más allá del nauseabundo. La frase me dio para rumiarla durante todo el día.

Esta es otra estación del Metro y otro paradero de una buena cantidad de micros, es Chapultepec, la basura producida es la del desayuno y almuerzo pues por allí pasé a las 13 horas, más o menos, lo que me sorprende es la ubicación de este sitio de acopio de basura (valga el eufemismo) pues ese portón negro es ni más ni menos que el acceso a la parte trasera del edificio de la Secretaría de Salud.

Esta callecita, llamada Vasconcelos es poco transitada, o al menos no había afluencia debido a las obras que por allí cerca se realizan pero me parece una muestra intensa de los contrastes que se viven en un conglomerado de 22 millones de almas. El edificio, la Torre Mayor, es, creo yo, el emblema de la nueva era de la ciudad de México... pero, ¿y la basura? ¿Será también hija de la educación pública?

lunes, 22 de agosto de 2011

La Casa de la Bola o el valor de la S: Domingo 7.

956.- Se que no es lo correcto pero así le hago. Llego a los lugares y luego me meto a Internet a buscar información. Prefiero descubrirlos, irme sorprendiendo. Esto lo decidí hacer así desde la primera vez que fui a Florencia (ya llovió, y mucho) cuando llegué a Santa María dei Fiori imaginaba, luego de ver tantas y tantas fotografías y detalles, que sería gigantesca y que tendría un gran atrio desde donde se podría ver a placer. No fue así. Allí decidí nunca consultar antes de visitar algo. Pues bien, el segundo objetivo que tenía en esta visita a la ciudad de México era ver, al menos una hacienda de las muchas que se construyeron en el XVII y XVIII en rededor de lo que era la ciudad y que hoy han sido absorbidas por la mancha urbana las menos y desaparecidas las más. Una de ellas, que sigue aun con todo su esplendor es la llamada Casa de la Bola, cuya puerta principal estamos viendo. Al fondo se ve un contrafuerte, es donde está el Parque Lira y que todo ese conjunto formaban tan solo una pequeña parte de la enorme hacienda que producía aceite de oliva, a pesar de que estaba prohibido en la Nueva España, allí, dicen, era un olivar.

En la plaza donde se levanta este monumento a don Miguel Hidalgo es la sede de la Delegación Hidalgo precisamente, la zona que tiene todo lo bueno que son Las Lomas de Chapultepec, y todo lo malo, que es parte de Tacuba y demás barrios populares. La que fuera la hacienda y ahora es conocida como Casa de la Bola, fue construida por un importante personaje de la Nueva España: Francisco Bazán Albornoz, Inquisidor Apostólico del Tribunal del Santo Oficio, es decir, de la Santa Inquisición. Con esto comprobamos, una vez más, lo que era el tráfico de influencias en aquellos ayeres. Quizá esa posición le permitió que se hicieran de "la vista gorda" para producir lo que estaba prohibido.

Ahora vemos una romántica fuente del Parque Lira, no es un escudo nacional, no es un águila devorando a una serpiente, no, ésta es una representación de la escena de la Grecia clásica, de su mitología, en donde Leda, es seducida por Zeus, el cual se representa con el cisne, la foto no es del todo nítida y casi no se nota el personaje femenino.

Pues bien, ese error en el que vivo, de no consultar primero en folletos o Internet sobre los sitios que pretendo visitar me crearon una frustración al no poder entrar en el Museo Casa de la Bola, debido a que yo fui un jueves y el acceso al público es solo los domingos. Con las ganas me quedé, será para otra ocasión. Estaba frente a la puerta principal cuando algo llamó mi atención, una manta que de la azotea colgaba y que anunciaba la programación del mes y algo, algo específicamente me golpeaba al leer lo que allí se escribió:

"Colicita". ¿Colicita? ¿colicita? ¿colicita? no encontraba su significado, no entendía lo que allí se decía hasta que, leyendo ya la frase, pude darme cuenta del "ligero" error, digamos que de dedo, en donde se quería decir Solicita... voy de acuerdo en esas deplorables ortografías que vemos por todos lados son de gente que no conoce la lengua, pero... ¿en un Museo? Definitivamente esto fue un "Domingo 7".

P.D. Seguramente pocos entenderán eso del "Domingo 7"... era una canción, ya vieja, que iba ligada a un chiste, de cuando los chistes más que blancos eran blanquísimos, eso de "salir con un domingo 7". Creo que la Casa de la Bola salió con un Domingo 7. ¿O calió?

Esta entrada fue corta, al rato te pongo otra, hoy es de 2 x 1.

domingo, 21 de agosto de 2011

El Metro: Un Viaje. Ciudad de México.

955.- El Metro, el Metro nuestro de todos los días. Digo nuestro pues, aunque uno no viva en la ciudad de México, cuando se llega a ella se vuelve algo necesario e imprescindible, como imprescindible es para mucha gente, tanta como 5 millones de personas al día que suben y bajan de sus vagones. Al Metro lo conocí al poco tiempo de que comenzó a funcionar y hoy, luego de un montón de años, que vuelvo a usar sus servicios me doy cuenta de lo importante y, en honor a la verdad, lo bien hecho que fue planeado y construido.

Era el tiempo de las Olimpiadas, era cuando veíamos fotos, acá en la bella y apacible provincia, de los autobuses y trolebuses de la ciudad de México cargados al tope de gente, incluso gente colgada de los mismos, esos a los que se les decía "moscas", vino entonces el Metro, sus primeras líneas, creo que tres: azul, rosa y verde. Pocos años pasaron para darse cuenta de que no eran suficientes y, como todo en la vida, el Metro creció.

En mis juveniles años del 69 o tal vez el 70 ó 71, cuando iba a la ciudad de México, uno de mis primos, que allí vivía, tuvo a bien aleccionarme en como abordar el Metro, en como plantarse atrás de la raya, en como ubicarse contrario a lo que uno piensa es la dirección correcta, ya que al entrar en el túnel, la mayoría de las veces, en el mar de gente que hay bajando escaleras, uno equivoca los sentidos y de ir norte sur, resulta que se va de sur a norte. Eso y más lo aprendí en esas mis primeras "idas" a México. Luego me serían muy útiles pues en México viví largos tres años.

Cuando no se cuenta con los recursos, el Metro se vuelve parte de uno, al principio lo utilizaba todos los días en apenas tres estaciones para ir de donde vivía a donde trabajaba. Chapltepec-Insurgentes se me volvió algo habitual en la vida, a la vez que se volvió algo imprescindible para la vida no laboral, pues, el Metro me acercaba a todo lo bueno, en ocasiones también a lo malo, que había en la ciudad, en la gran ciudad de México.

Cuando uno vive en la ciudad, el Metro se vuelve algo rutinario, algo en donde pasa de todo y se ve de todo todos los días, que, al final, ni en cuenta se le toma las escenas desgarradoras, las escenas de enigma, las escenas de impacto, las escenas de amor, en fin, las escenas de vida que allí se dan, minuto a minuto, estación a estación.

Ahora, que como visitante o turista abordo una vez más el Metro, es solo cosa de segundos para adaptarme, una vez más a ese ritmo de velocidad en que la vida transcurre en sus estaciones y más aun en sus vagones.

Y, como turista que ahora soy en la ciudad, eso me da tiempo, me facilita agudizar el ojo para ir captando cosas que, seguro estoy, quienes viven en la ciudad, ni cuenta se dan de lo que dentro de estos espacios del Metropolitano existen. Lo primero que verás, contrario a la idea habitual, es la poca gente que capté en las fotos, eso debido a que, como turista, evité las horas pico en las estaciones congestionadas, me fui por lo tranquilo, tratando, no precisamente de disfrutar los varios viajes que realizé en el Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de México, sino matando dos pájaros de un tiro, transportarme a donde iba y sacar la cámara para disparar en el momento, si no justo, (perdí una docena de impactantes escenas), al menos en donde me diera la oportunidad de recrear la pupila y el lente, esto pensando que hay un buen número de personas en México que en su vida se han subido al Metro.

El Metro es un sub-mundo, la vida allí corre a su propio ritmo. Para mi, como turista que soy, utilizo el Metro (además de medio de transporte) como gran teatro de la vida. Cuando logras desarrollar ese ejercicio y ver una cadena quasi infinita de vendedores ambulantes, que, como lo pude comprobar, hasta en grupos organizados abordan los vagones para ofrecer todo tipo de mercancía, desde lo más absurdo, hasta lo cotidiano y necesario. Pasando claro está, por lo sorprendente y lo pirateado.

¿Que es lo absurdo? un vendedor que ofrece pelotas que al jalarlas se vuelven hilos y al juntarlos se vuelven pelotas nuevamente. Unas lamparitas (Made in China) que reflejan estrellas y cuanta cosa sobre el techo. Libros de chistes, "para que seas el alma de la fiesta", dicen. Y uno de ellos, el que recuerdo y que la verdad me hizo reír, cuando la vendedora, bastante joven lo recitaba: ¿Sabe Ud como le dirían al Chicharito si fuera gay? Ejotito.

Lo sorprendente: un tipo que se paraba de mano sobre pedazos de vidrio. Sí, en mitad del vagón. Una mujer embarazada que vendía chicles. Lo sorprendente era como mantenía el equilibrio con su embarazo de 8 meses y sus escasos 17 años. La docena de vendedores de discos piratas cargado en su back pack las bocinas. Pero más aun: el vendedor del Excélsior, sí, del "periódico de la vida nacional" a tan solo 5 pesos, para que usted no pague 12 pesos decía... ¿cómo le hará? me pregunté...

La lista de lo que sucede en el Metro se vuelve infinita, pero hay algo que no acaba de gustarme, mucho menos que no acabo de entender. Es lo que ves en la fotografía: los vidrios rayados, supongo que con algún químico que dejan su perenne huella. No entiendo a la gente que lo hace, seguramente jovencitos, aunque también los entiendo, (no los justifico) me puedo imaginar el ambiente en el que transcurre su vida diaria para que hagan esto... lamentable.

Algo que me parece extraordinario en el Metro, me refiero a las primeras tres líneas, es su ideografía, sus logotipos; son hermosos en verdad. Fueron creados por el mismo que hizo los logotipos utilizados durante las Olimpiadas de México, un norteamericano (yes! un gringo) de nombre Lance Wyman, son claros, directos, conceptualizados a la perfección y son notoriamente diferentes a los que se hicieron en las siguientes líneas, las que son de la 4 a la 12.

Los primeros vagones creo se hicieron en Francia, o, en todo caso, con teconología francesa, pues son igualitos a los que hay en París. Luego hubo necesidad de adaptase algunas cosas, el aire acondicionado, o, en todo caso, los ventiladores, que son imprescindibles dentro de ellos, especialmente cuando hay varios cientos de usuarios junto a ti. A muchos de los extranjeros les sorprende que haya vagones exclusivos para mujeres, así es este Metro.

Serán los tintes amarillos del gobierno de la ciudad que en la actualidad existe o será el sereno, pero ahora se permiten "las tocadas" dentro de las estaciones del Metro, me tocó ver a un grupo tropical, incluso había gente bailando, también a este grupo de música tradicional.. de todo hay en el Metro de la ciudad de México.

Pero algo interesante que guarda el metro, y todo incluido en el mismo boleto, es el arte que allí dentro hay. Lo mejor, a mi gusto, es la obra de Rafael Cauduro, como esta que estamos viendo, la cual entra en un estilo que creo se llama Hiperrealismo, y con justa razón. Más no te puedo decir, siguen ahora las imágenes que por si solas hablan y comprueban que el Metro es un viaje.