Sé muy bien que si no eres un seguidor de la pintura surrealista, el nombre de Alice Rahon no te dirá mucho, y con esto no quiero decir que esa tendencia en la pintura sea mi favorita, la cosa va un poco más allá pues, tuve el enorme gusto de conocerla y convivir un poco con ella hace una buena cantidad de años, treinta para ser exactos y eso sucedió en la ciudad de México, cuando viví allá, y fue por una de las tantas casualidades de mi vida, cuando trabajé en una de las cosas que más conocimiento me ha dejado, si bien dentro del turismo, pero en una especialidad que jamás pensé existiera, el coordinar los servicios terrestres de las orquestas sinfónicas que viniendo de otros países, llegaban a presentarse en la Sala Netzahualcóyotl. Lo que estamos viendo es una pintura de Alice Rahon que se exhibe en el Pabellon de la Unión Europea de la Expo Bicentenario.
Como me fuí ligando más y más a ese ambiente de las orquestas sinfónicas, cuando la temporada de verano tenía que asistir a los conciertos que se daban sábados y domingos, yo vivía en la Colonia Roma, por lo tanto los fines de semana los pasaba en San Ángel que me quedaba mucho más cerca de la Netzahualcóyotl y lo hacía en la casa de Alice Rahon. Cuando llegué allí me dijeron que ella era una pintora, yo no hice mucho caso pues el tiempo lo llevaba limitado, así que solo llegaba a dormir y poco a poco se fue dando la convivencia con ella, recuerdo que comentaba mucho de los dolores que tenía en la espalda, prefería no moverse mucho, en varias ocasiones que comimos juntos ella prefería quedarse reposando en la sala, con la chiminea prendida, me decía que si se ponían ramas de pino, como el de Navidad, el olor que generaba sería más agradable. Siempre oíamos música clásica. Un buen día me mostró su estudio, había montones de cuadros, todos apilados, me enseñó algunos... me contaba de sus amigos, Buñuel, Rivera... esa visita que hice a la Expo Bicentenario valió la pena solo por el hecho de haberla recordado.
Si bien este trabajo que vemos ahora no es de ella, su estilo dista mucho de lo que aquí se presenta, lo vi dentro del mismo pabellón, el cual, como todo lo que hay en la Expo, tienen una museografía atractiva, sí... pero, tratandose del Bicentenario, pensaba que la idea de ligar el Viejo Mundo era desde otra perspectiva, como quiera para mí, muy en lo personal, fue fantástico encontrarme con una pintura de Alice Rahon, me hizo recordar ese verano en el que cada fín de semana llegaba a su casa; pero, en términos de muestra relacionada a un evento específico, los 200 años del inicio de la lucha por la Independencia, una muestra de artistas europeos avecinandados en México... no sé... como que, al igual que en el Pabellón Iberoamericano, mis expectativas eran otras.
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