982.- Eso que a tanta gente gusta, eso de "pueblear" en domingo o en día de fiesta, o, tal vez en un puente como éste en el que estamos inmersos el día de hoy, lo que más les gusta del pueblear es ir a la plaza, al mercado o al tianguis a ver que hay y a ver que se compra o, en el mejor de los casos, a ver que se come. Los tianguis son tan antiguos como antigua es la cultura mexicana pero, entendamos una cosa: esa variante que en la actualidad hay, en donde le dicen "tianguis" a mercados de usado o de piratería, eso, la verdad sea dicha, no son tianguis, los tianguis son cosa magna, majestuosa, llena de color y aroma y, claro está, llena de Historia.
Sabemos bien que tanto Hernán Cortés como Bernal Díaz del Castillo se maravillaron cuando conocieron el gran tianguis que había en Tlatelolco, constataron que había una perfecta organización, tanto en la exhibición de productos, como en la variedad y en los procesos de compra, ellos anotaron en sus relaciones como eran estos Tianguis, esos son unos pasajes de la literatura que, si gustas de la Historia de México, DEBES leer.
En este tianguis actual, en algún poblado del estado de Hidalgo que, amablemente, Guadalupe Huicochea nos ha hecho el gran favor de compartir sus fotografías, vemos eso que había en los tianguis, solo que, excepción hecha con esto que ahora vemos: el Pulque. El pulque estaba reservado para ciertas ceremonias y para los ancianos, eran ellos los únicos que tenían permiso para la embriguez, era como un premio al esfuerzo de toda una vida. Consecuentemente si estaba reservado, seguramente no se encontraba en el tianguis.
El tianguis estaba lleno de olores, colores y formas... y lo sigue estando. Hubo algo, que al leer a Bernal Díaz me sorprendió: en el tianguis de Tlatelolco había una sección en donde se comerciaba con la Yenda, algo que no propiamente se vendía allí, dadas las características del producto, sino que allí solo estaba ese, digamoslo así, representante de ventas. Si no sabes lo que la Yenda es, entra aquí.
De todo, de todo había en los tianguis, en ese de Tlatelolco igual había animales vivos, exóticos, todo tipo de flores, de hierbas y los escenciales productos alimenticios, piedras, arenas, textiles, en fin, todo lo imaginable y cosas que ni siquiera imaginamos. Me sorprende mucho ver la siguiente fotografía que es un cuero o mejor dicho un odre, usado para contener allí el pulque y transportarlo con facilidad. Evidentemente que en el antiguo tianguis odres no había pues estos fueron introducidos por los conquistadores y, siendo Hidalgo un productor de pulque, aun se encuentran por allí tan peculiares objetos.
Pues bien, sucedió que 34 años después de la conquista, en 1555, hubo la necesidad de crear, de institucionalizar propiamente y en toda la extensión de la palabra a la Iglesia Católica en la Nueva España. Es por eso que se organizó el Primer Concilio Provincial de Méjico. Fue presidido por los más altos representantes de la Iglesia en ese momento: Fray Alonso de Montúfar, Arzobispo de México; Don Vasco de Quiroga, Primer Obispo de Michoacán; Fray Martín de Hoja Castro, Obispo de Tlaxcala y Fray Thomas Casillas, Obispo de Chiapa. Todo esto sucedió el 6 y 7 de noviembre del mencionado año de 1555, es decir, hace poco más de cuatro siglos y medio.
Aquí hacemos un alto para ver los molcajetes y los metates y comentar sobre la ancestral tradición que hay de los piedreros que se dedican a darle forma a estos utensilios que, para que sean en verdad buenos y duraderos, las piedras deben ser talladas cuando hay luna llena. Verdad o mentira no lo sé, lo que sí sé es que quien sabe de molcajetes y metates, cuando compra uno se asegura de que fue hecho bajo esta característica.
Pues bien, en este largo, larguísimo documento que se emitió con todas las resoluciones que estos santos varones acordaron, en el inciso LXX (54 por si no entiendes los romanos) lo siguiente: "Que los tianguez no se hagan en domingo ni en otras fiesta solemnes, y que en cada pueblo se procure haya un hospital cerca de la iglesia". Bueno, aquí tenemos la buena, los hospitales, y la mala, la prohibición. Vamos al detalle:
"Los mercados y tianguez que los indios usan por guardar su antigua costumbre, suelen caer muchas veces en los días santos del domingo y otras fiestas solemnes, por lo cual los indios de los pueblos comarcanos, á donde el tianguez se hace, suelen desamparar sus pueblos, aunque hay monasterios de religiosos y sacerdotes en ellos, y dejan de oír misa y los sermones que se predican manifiesto de sus ánimas: por ende. S.A.C. estatuímos y mandamos que los indios no hagan tianguez los días domingo y otras fiestas solemnes de guardar, ni vayan a ellos ni vendan, ni compren en los tales días, mas de lo que para la comida tuvieren necesidad; y porque los indios del pueblo, donde cae por su orden el tianguez, de esto se suelen agraviar, ordenamos que los pueblos todos en general pierdan el tal día, sin que ninguno sea preferido a otro, sino que pierdan aquel día que le cupiere, de manera que todos sean iguales".
"Otrosí, porque es muy necesario así para los indios pobres de los pueblos; como par los estrangeros que a ella vienen, que haya un hospital donde los necesitados sean recibidos y favorecidos, exortamos à todos los ministros religiosos y clérigos que por la mejor vía que pudieren procuren que en todos los pueblos haya un hospital cerca de las iglesias y monasterios donde puedan ser socorridos los pobres y enfermos, y que los clérigos y religiosos los puedan facilmente visitar y consolar y administrar los sacramentos". (1)
Habrá que saber un detalle, eso de que no se organizanran los Tianguis en domingo y fiestas de guardar fue una verdadera bomba que estalló contra esta noble tradición pues, en esos tiempos las fiestas de guardar ascendían a 46 y si agregamos los días de cuaresma que, creo, eran también de guardar, tenemos que la prohibición se daba en 86 días, pero si agregamos los 52 domingo que contiene el año, entonces son 138 días en los que no se podían colocar la noble tradición del Tianguis.
Hay quien me ha dicho en repetidas ocasiones que por qué me meto tanto en la cosa de la Iglesia, que es aburrida, que es oscura, impositiva. Pues bien... yo en verdad os digo, y ahora lo acabo de reconfirmar, que si no nos adentramos a la Historia de la Iglesia en México no entenderemos muchas de las cosas acontecidas, sus razones y motivos.
Y para concluir por hoy el tema te comento que, dentro del paquete de prohibiciones que hubo, vino luego la de no permitir la práctica de la medicina tradicional por considerarla "cosa del demonio". Pero esa, esa es otra historia que algún día veremos más a detalle.
Seguramente te prguntarás qué es esto. Pues son flores que en los cactos que abundan por Hidalgo, se llaman Gualumbo y con ellos se hacen exquisiteces culinarias... eso me lo comentó Guadalupe Huicochea a quien le agradezco me haya facilitado las fotos que ahora acabamos de ver.
Fuente:
Colección de Cánones y de todos los Concilios de la Iglesia Católica Española. Don Juan de Tejeda. tomo V. Imprenta de don Pedro Montero. Madrid, 1855.
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