Hoy que es la Nochebuena, día que pasó de ser de recogimiento, unión familiar y devoción católica en la que habitualmente se entregaban regalos, aunque he de aclarar que en El Bable los regalos se entregaban el día de Reyes, manteniendo la auténtica y añeja tradición netamente mexicana (y católica); hoy que estas festividades se volvieron un período vacacional para muchos, o unos días de trabajo adicional, para otros (como cuando laboré, por largos 30 años en el sector turístico en los que, lo que menos tiempo tienes es para festejar o acordarte de fiesta alguna dada la avalancha de gente que llega a vacacionar esos días a los destinos de playa de nuestro país)... en fin, la tradición marca que hoy se entregan regalos y que mejor regalo puede haber para El Bable y sus lectores que saber de su registro ante el INAH.
Más información no tengo pues solamente pude ver, y fotografiar una especie de recopilación de datos que, dentro del formato oficial que tienen los catálogos de monumentos históricos de dicho Instituto, presentado en forma manuscrita y en copia fotostática. No sé si ese es el catálogo definitivo o solo fue una propuesta que se hizo. El caso es que existe una clave, la cual aparece con el nombre de El Baúl y su número es 11-027-149.
La pregunta me la han hecho varias veces (con esto comprobamos que la gente no lee), me preguntan que por qué uso el nombre de El Bable en este espacio electrónico, la respuesta es muy sencilla, el mítico rancho de El Baúl tenía una troje en forma de baúl precisamente, hecha toda en piedra en la segunda mitad del siglo XIX, no hay documentos que digan la fecha exacta. Los habitantes del rancho tenían un modo particular de hablar, recordemos que a mitad del siglo XX la influencia de la televisión no había llegado aun a las zonas rurales de México, y en ese particular lenguaje la referencia de El Baúl se fue deformando a El Baule y luego pasó a El Bable. Esta fue la primera historia que conté, hace ya tres años, la puedes ver aquí.
Fue hace 20 años que se hizo esa catalogación, el equipo 15, al frente el Arq. E. Pichardo, verificó los monumentos que por su antiguedad y características formarían parte de ese patrimonio arquitectónico en el municipio de Salamanca, uno de ellos le correspondió al rancho El Baúl, específicamente a su era, cortijo y troje. Solo que, en julio de 2007 se desató una tormenta eléctrica y un rayo cayó justo en la pared sur de la troje y ésta se vino abajo. Las piedras siguen allí acumuladas luego de cuatro años del siniestro. Esa historia la puedes leer aquí.
Así pues, compruebo que no andaba tan errado, independientemente del valor sentimental que yo le pueda dar a El Bable, levantó un interés por parte de las autoridades, solo que, el diablo sopló, o en este caso, dejó caer un rayo y con ello se vino abajo esa troje que, en su momento se catalogó como patrimonio arquitectónico. ¿Mejor regalo podemos tener el día de hoy que saber del valor histórico de El Bable?
Me imagino la emoción que sentiste al conocer esto, me da gusto por ti y creo que de ahora en adelante El Bable tomará una doble importancia a los que le seguimos...y para no perder la costumbre en estos días ¡Salud por El Bable! jeje
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