Una vez más nos encontramos en Aculco, el pueblo que adquirió en agosto de 2010 el título de Patrimonio de la Humanidad. De toda la región, digamos que la primera parte del trazo del Camino Real, la que comprende lo que actualmente es Distrito Federal, Estado de México e Hidalgo; es este pueblo el mejor ejemplo que podemos ver de cual era la organización social que había en los tiempos de gloria del camino. Nos encontramos en la explanada en donde se ubica algo por demás interesante: los lavaderos públicos.
Aunque este sitio sufrió una muy mal planeada remodelación, que no una restauración, el conjunto sigue siendo una sorpresa para quienes lo vemos por primera vez, ya que se trataba y se sigue tratando, de un espacio público en donde se aprovechaba el brotar del agua de un manantial que justo se localiza allí en un "ojo de agua".
Al aproximarme al sitio me llamó la atención ver el techo a un desnivel notorio, al atisbar por ahí me di cuenta de que se trataba de este espacio tan interesante del cual había leído algo en el blog Aculco, lo que fue y lo que es.
Vemos que los materiales usados en la remodelación son nuevos, solo las piedras de lavar son las originales, medianamente se respetó el diseño original, pero al menos nos damos una idea de lo que eran las necesidades y los servicios que se proprcionaban por parte de las autoridades a la población.
Y por ahí, caminando, encuentro esta interesante esquina marcada con una cruz, me recuerda la casa de la Cruz Verde, en el centro histórico de la ciudad de México.
El pueblo se puede recorrer en dos o tres horas, iremos encontrando en cada esquina, en cada calle, un detalle que nos deja ver la increíble belleza de esta arquitectura vernácula que intenta sobrevivir. Algunas remodelaciones no son del todo afortunadas pero, como quiera, cuando andamos por sus calles nos transportamos con facilidad por el tiempo...
Seguramente cada casa que mantiene las construcciones originales guarda dentro de ella algo hermoso en verdad; recuerdo que cuando fui por primera vez a Aculco me hospedé en el Hotel Hidalgo, en el mero centro, y había allí una antigua cocina que conservaba su enorme chimenea, como si fuera un embudo invertido. Ahora vamos descubriendo otros detalles, como esta singular terraza.
Y ni que decir de esta cruz que corona el portal del patio interior de una casa que alcancé a ver a través de la reja...
Lo que no está cubierto con cantera está pintado de blanco y esa uniformidad hace de Aculco un lugar de singular belleza que, definitivamente hay que conocer.
Quizá este portal fue restaurado usando el modelo original, pero se ve muy encementado, como quiera, lo vemos integrado con cierta armonía a todo el conjunto.
Este es uno de los portales que más me llamó la atención. Las columnas son de madera, troncos que no fueron precisamente torneados pero que mantienen una forma interesante, como abombados al centro... recuerdo haber visto en otras partes del estado de México el uso de madera en los pilares de los portales, como en Chapa de Mota.
Cada lugar tiene o tuvo magia, este por lo visto aun la conserva. Gracias por el paseo.
ResponderEliminary porque ya no sirve la pagina del aculo autentico?
ResponderEliminarLástima que cada vez quede menos de este pueblo. Se supone que es patrimonio de la humanidad pero se lo están acabando con demoliciones y cambios a sus casas antiguas.
ResponderEliminarGracias por las fotos, son muy buenas e invitan a conocer este maravilloso lugar, Deberían de promocionarlo, se ve que es un lindo lugar, muy tranquilo, para turistear
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