Sobre el calendario y la medida del tiempo hemos hablado ya en varios artículos y hoy, 29 de septiembre, día de Huitzilopochtli, perdón, día de San Miguel Arcángel, lo haremos una vez más. Hace un año te comentaba de la gran difusión que se hizo del culto a San Miguel en los primeros años de la evangelización llevada a cabo por los Franciscanos, ahora que estoy regresando de esa zona del altiplano central lo ratifico: el culto a San Miguel está altamente difundido en toda la zona central de México, especialmente en lo que fuera el Imperio Azteca.
“Huitzilopochtli (en náhuatl Huītzilōpōchtli; 'colibrí zurdo' o 'colibrí del sur'), fue la principal deidad de los mexicas. También fue conocido como Ilhuicatl Xoxouhqui y ha sido asociado con el sol. Al arribo de los españoles a Mesoamérica, era la deidad más adorada en el Altiplano Central por la imposición de los mayas. Los conquistadores lo llamaron Huichilobos”. De esta forma nos lo describe Wikipedia y vemos algo interesante: su asociación con el sol.
El templo de Huitzilopochtli, el dios de la guerra se ubicaba al centro de la Gran Tenochtitlán, en el Templo Mayor, a un costado del de Tláloc, la lluvia, tan importante para la vida y el colibrí zurdo tan importante para la muerte, una manifestación más de la dualidad. Y si Tenochtitlán era el ombligo del mundo, ese par de templos estaban en el centro del ombligo. Hitzilopochtli es el que comanda el ejército celeste que va abriendo camino al sol. Miguel Arcángel es el que protege las puertas del paraíso y nos conduce en el trance de la muerte justo a sus puertas.
Es más que clara esta asociación Miguel-Huitzilopochtl, al arcángel lo encontraremos en casi todas las portadas de los templos del siglo XVII en la parte alta, con su espada desenvainada apuntando al cielo y su balanza de la justicia en la otra mano y posicionado precisamente en el oriente, dándole la espalda al sol, es decir, abriéndole el camino a Tonatiuh, al Sol, a Dios… según lo queramos ver.
Los franciscanos tuvieron por norma colocar una escultura de San Miguel en el primer templo que se levantara en una población, del lado oriente, esto como protección a las fuerzas demoníacas, a las malas ideas, al pecado, al mal. Aquí en Salamanca, por ejemplo, lo vemos en el templo de Nativitas que está en la parte oriente de la ciudad y ese templo fue levantado precisamente en el siglo XVII… lo acabo de ver en Tepotzotlán, coronando la riquísima fachada barroca, además de estar presente en un nicho justo en el torreón del ángulo oriente de la barda perimetral del antiguo Colegio de San Francisco Javier.
La fiesta de Tlaxochimaco en el Calendario Azteca, era la dedicada a Huitzilopochtli, a él se le ofrendaban todo tipo de flores, pues la celebración coincidía con el mes de agosto de nuestro calendario…”se llamaba Tlaxochimaco, “ofrecimiento de flores”, y estaba dedicado a Hitzilopochtli y a todos los dioses, como protectores de los hombres, especialmente de los muertos. En este mismo mes los mercaderes festejaban a su dios Yacatecuhtli, el señor guía, patrón de los viajeros... El día de fiesta, muy de mañana, todos iban al campo donde entonces había muchas flores de todos colores, que se criaban solas, y hacían guirnaldas, collares y sartales para adornar las imágenes de los dioses…
Los sacerdotes de Huitzilopochtli componían la imagen de él y todos los sacerdotes de los demás templos arreglaban las imágenes de los dioses que tenían a su encargo. La gente principal y los macehuales adornaban con flores las imágenes de los dioses que tenían en sus casas. Esta era la fiesta de todos los dioses, semejante a la que después llamaron los cristianos de todos los santos.
Por la tarde, después de la comida, iban a bailar a los patios de los templos; y en estas danzas no hacían ningún ademán con los pies ni con las manos, ni con la cabeza; tampoco hacían meneos con el cuerpo ni daban vueltas ningunas; todos iban con pasos llanos al compás del son y del canto, que eran muy lentos; todos iban bien despacio, nadie osaba hacer bullicio, ni atravesar por el patio donde bailaban; todos los danzantes iban con gran tiento, que no hacían ninguna disonancia. Y todo esto lo hacían por no perturbar las almas de los muertos, para que saliesen con buen fin de su peligroso y largo viaje al más allá, que nombraban Mictlán, la región de los muertos”. (1)
Vemos claramente varios sincretismos además del ya mencionado de San Miguel Arcángel con Huitzilopochtli, vemos el de su fiesta, la de Huitzilopochtli que se tradujo luego de la conquista en las festividades católicas de Todos Santos y Fieles Difuntos, vemos como se celebraba a Yacatecuhtli, el patrón de los caminos, que luego se asoció a San Cristóbal… vemos puros sincretismos
Y así es como vemos los campos en todo el rumbo norte que circunda a la ciudad de México, donde estuviera asentada la Gran Tenochtitlán, el ombligo del mundo…. Las fotografías fueron tomadas en el Museo Nacional del Virreinato de Tepotzotlán, a excepción de la 6 y 8 que fueron tomadas en el templo de San Francisco en Tepeji del Río, Hidalgo. La que sigue aquí abajo fue tomada en el Monasterio de San Antonio el Grande en Jilotepec, y el campo florido que ves es en las inmediaciones de Jilotepec en el Estado de México.
1.- Álvarez Constantino Jesús. El pensamiento mítico de los aztecas. Editorial Balsal. Morelia, 1977.
Tarea: ¿Te has puesto a pensar que hoy, día de San Miguel, está asociado al equinoccio de otoño?
Para leer sobre San Miguel Arcángel y la tradición de las cruces de pericón, entra aquí:
Para leer un poco más sobre Tlaxochimaco y las flores, entra aquí:
Creo que por estos sincretismos, con un poco de esto y otro de aquello es como se consiguió fusionar, aunque sin equidad, las creencias religiosas, pero es un tema profundo y del que hay que saber mucho más, por eso ahora solo me limito a decirte que como siempre, aprendí muchas cosas!
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