Salvatierra, una ciudad señorial al sureste del Estado de Guanajuato

Hay dos maneras de llegar a Salvatierra, una por la carretera directa que sale de Celaya, el otro entrando a Cortazar para luego seguir a Cañada de Caracheo, el cual se convierte más interesante pues encontraremos las haciendas de Caracheo y San José del Carmen, durante todo el recorrido iremos viendo el cono perfecto que es el cerro del Culiacán. Salvatierra tiene los mismos antecedentes de toda la región sureste del Estado de Guanajuato al considerarse la frontera de las dos principales culturas que la habitaron originalmente, los Chichimecas hacia el norte del río Lerma, los Tarascos en la parte sur.

La región era denominada Guatzindeo y Yuriria era la cabecera, todas tributando al rey tarasco Calzonci. Para 1523 Hernán Cortés cumpliendo a lo pactado con los conquistadores, de repartir la tierra una vez sometida la Gran Tenochtitlán, entrega la zona sur del actual Estado de Guanajuato a Gerónimo López, el Caballero del Lagarto, la región este y a Juan de Villaseñor la oeste. Es para 1526 que llegan más habitantes a la zona, los otomís comandados por los caciques Nicolás de San Luis Montañés y Fernando de Tapia, quienes habían fundado ya Acámbaro. Pocos años después el ambicioso Nuño de Guzmán en su pretendida conquista de la zona occidente de México invade los territorios tarascos y asesina vilmente al rey Calzonci, creando con esto un divisionismo entre los propios españoles al desacatar las órdenes dadas por Cortés.

Toda la zona circundante a Salvatierra con sus fértiles valles dieron por resultado una nueva fundación de españoles, Franciscanos, Carmelitas y Agustinos se asentaron y crearon conventos, la villa se fundó bajo el cobijo de Nuestra Señora del Valle a la que al poco tiempo se le levanto un templo y se le cambió la advocación a Nuestra Señora de la Luz. El encomendero Gerónimo López heredó a su hijo, apodado el Mozo todas sus propiedades, asentado en Tarimoro pronto se estableció en Salvatierra y de allí inicia una larga historia en la que la fortuna fue creciendo y sus propiedades llegaron a ser tan vastas que fácilmente las podemos calcular como una cuarta parte del actual territorio guanajuatense. Finalmente la familia logra establecer un Mayorazgo, al no ser autorizado por la corona española un título nobiliario, que era la idea principal.

Quizá sea por eso que al pasear por Salvatierra, en todo lo que es el muy bien conservado centro histórico notamos un cierto aire señorial en el trazo de sus calles, en las dimensiones de sus casonas antiguas, en las alturas de sus edificios, todos de una sola planta pero de grandes dimensiones. A Salvatierra se mudaron en el siglo XIX las plantas textileras que había en Salamanca y siguió prosperando, manteniendo siempre ese aire provinciano de paz y tranquilidad.

En un día entero podemos recorrer la ciudad, llenarnos de ese encanto que guarda. Aquí sigue siendo el Bajío aunque ya muy cerca se levantan las primeras colinas que formarán más al sur la Sierra de los Agustinos. Algo curioso sucede aquí. De todos es conocido la tradición que existe en España, específicamente en Pamplona en donde los toros salen por las calles a embestir a los más valientes, esta tradición llegó a San Miguel Allende solo que debido a la candidatura como ciudad Patrimonio de la Humanidad fue cancelada y ahora existe en Salvatierra con el nombre de “Marquesada” a finales de Septiembre, no te la puedes perder.

Para conocer más de Salvatierra:
http://salvatierra.guanajuato.gob.mx/LugaresHist/lugarHistorico.html