962.- Entramos al templo de la Natividad en Tepoztlán, Morelos; lo primero que nos llama poderosamente la atención es encontrar al centro, justo luego del abatimiento de las hojas de la puerta la pila bautismal. Creo es el primer recinto en donde vemos esto. Comprobamos que es enorme el recinto. El techo una sola bóveda de medio cañón sin mayores decorados. Rodeamos la pila bautismal y...
Quedamos impactados por la cantidad de colores que vemos en el altar mayor. Se ve algo inusual aquí. No se nota esa solemne oscuridad que es habitual en las primeras construcciones europeas en la Nueva España, aquí los muros fueron planos pero hay algo, algo que de inmediato nos dice que este es un recinto diferente y que tiene mucha vida...
Las ventanas están muy bien ubicadas, si bien no llenan de luz el interior si lo iluminan lo suficiente, como que aquí ya se había superado ese oscurantismo que, se hizo material en las primeras construcciones, aquí ya se había avanzado y las ventanas se hicieron más grandes, la arquitectura estaba tomando carta de naturalización, es ya medio siglo de presencia española, fue en 1580 que se comenzó a levantar el templo, ocho años pasaron para dejarlo concluido.
Pero... esto no es del todo normal, hay al menos tres siglos de diferencia entre estos elementos puramente neoclásicos y la gigantesca bóveda de medio cañón de una buena cantidad de metros de largo y, ni que decir de los más de 30 de alto... esto es un choque de estilos definitivamente.
Estamos descubriendo una auténtica sinfonía, o quizá sea una oda al eclecticismo... son cuatro altares de un lado, y otro tanto del otro... ocho altares que son totalmente diferentes uno del otro, si bien guardando los elementos característicos del neoclásico, pero distintos el uno del otro. Este que vemos es el lado izquierdo.
Ahora el lado derecho y lo mismo... iguales pero distintos, necoclásicos todos pero cada uno lleva su acento propio... y notamos entre los primeros dos el púlpito de madera, otro elemento más que se suma a este coctel... por así decirlo.
La cúpula del altar mayor muestra una clara influencia del estilo gótico, destacan las nervaduras que hemos visto ya en varios lugares, recuerdo las más impresionantes en el templo agustino del ex Convento de San Pedro y San Pablo de Yuriria, solo que aquí están pintadas y de colores fuertes y contrastantes. Veamos esta bóveda con calma...
Hace poco fue que visité este templo de la Natividad, era el día de la Asunción, pero aquí se le estaba recordando en su modo antiguo, cuando se le llamaba La Dormición de María... la escena es impresionante, se refiere a la muerte de la madre de Jesús, de esto hablaremos con detalle en el "otro blog".
Sigamos adentrándonos en este sitio ecléctico. Ahora estamos viendo el muro izquierdo del altar mayor la escena de la muerte del profeta, Elías, el que asciende a los cielos en un carro de fuego, por lo tanto relacionado a los advenimientos al ser interpretado como un ser de luz y, si estamos en un templo que celebra la Natividad de María, la idea queda integrada con Elías.
Del lado derecho no le puse atención, no recuerdo quienes son los que están representados y a que escena bíblica se refiere... ¿alguien que lo sepa?... sigamos gozando de esta cantidad de ideas, formas, estilos y colores que vemos en el templo de la Natividad.
En Tepoztlán el modo antiguo de atender al tema religioso está vigente, lo vemos desde que entramos en el pueblo, tiene sus barrios con sus capillas perfectamente decoradas y atendidas, existen aun las mayordomías y son respetadas y codiciadas también, no es de extrañarnos que en su parroquia hayan ido levantado los altares diferentes para cada uno de los santos que allí se han colocado, como este Sagrado Corazón de Jesús.
Y el altar de las Ánimas...
Y el de Nuestra Señora del Carmen...
Ni que decir del de Nuestra Señora de Guadalupe...
La Dolorosa y San Juan... que maravilla, que maravilla de lugar... mañana conoceremos el atrio, verás la cantidad de detalles que allí se guardan.