martes, 4 de junio de 2013

1745: Advertencia acerca del día en que debe celebrarse la aparición de la Virgen Santísima (de Guadalupe).

   De lo mucho que hemos comentado sobre evangelización en la Nueva España, sobre sincretismo y sobre calendarios y la precisión matemática de los antiguos mexicanos, llegamos al punto en que vemos que una observación que pensaba había pasado desapercibida en la época colonial no lo fue, la relacionada con el mito, tradición, leyenda, historia, como gustes clasificarlo, de la aparición Guadalupana. Para ello debemos tener muy claro en primer termino aquello que sucedía en la gran Tenochtitlán durante sus celebraciones, festividades y rituales que se marcaban en los calendarios, que marcaban festividades en fechas precisas que eran regidas por los movimientos solares. Una de ellas la del 21 de diciembre, día del solsticio de Invierno.

    Si la precisión astronómica de los antiguos mexicanos sorprendió a los europeos no es de extrañarnos que, una fiesta tan importante, como lo era la dedicada a la Madre de los dioses, a la patrona de la fertilidad, diosa de la vida y de la muerte, guía del renacimiento y madre gestante de Huitzilopochtli, la que conocemos como Coatlicue, en su advocación de Tonantzin, fuera festejada precisamente durante el solsticio de Invierno.

    Muchos fueron los santos Católicos que fueron mimetizados o sincretizados. Hemos visto ya sobre San Isidro Labrador y su asociación con el mes del Toxcatl; San Sebastián y el mes de Tititl; San Miguel Arcángel asociado a Huitzilopochtli y el mes del Tlaxochimaco; el Corpus Christi con el mes del Etzalcuelitztli; o el Viernes de Dolores con el mes de Tzotzontli; el Día de la Candelaria con el mes de Izcalli. En consecuencia la celebración que había a Tonantzin debía encontrar su par dentro del panteón Católico, quién mejor que la madre de Dios en su advocación de Guadalupe, es decir, quién mejor que la madre de Huitzilopochtli que Coatlicue en su advocación de Tonantzin.

    Encuentro un libro, publicado en 1745 en donde se hace mención de este error calendárico en la fecha de la aparición de Guadalupe en el cerro del Tepeyac. Se trata de Felicidad de México, de Luis Becerra Tanco (n. Taxco; 1603 - 1672), quien fuera un clérigo secular criollo, experto en lenguas indígenas, historiador, matemático y por un lapso breve, catedrático de astrología en la Real Universidad de México. El padre Becerra debe su celebridad a la publicación de la obra Origen milagroso del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (1666), recopilación del testimonio que había rendido ante los jueces de la pesquisa para solicitar a la Santa Sede fiesta y oficio propios para la Virgen de Guadalupe. (Wikiquote)

Advertencia acerca del día en que debe celebrarse la aparicion de la Virgen Santissima.

   Un punto notable se debe advertir acerca del dia en que se apreciò la ultima vez la Virgen nuestra Señora à su Tio Juan Bernardino, estando ambos divididos, y en distintos lugres, dandole à Juan Diego las señas que avia de llevar al señor Obispo, que fueron las rosas, y con ellas su bendita Imagen, y dando salud instantanea à su Tio Juan Bernardino, librandole de la fiebre que padecia, diciendole el apellido, que se avia de poner à su Efigie, y Templo, que es lo siguiente.

    "Dice la tradición, que este milagro sucediò el dia doze de Diciembre del año de 1531. que fue cincuenta y un años antes de la correccion del Kalendario, que se sigue en este Nuevo Mundo, y casi en tdo los Reynos sujetos à la Monarquía de España. Esta correccion se puso en practica en el año de 1582. de la Natividad de Christo Señor nuestro, por mandado, y orden de la Beatitud de Gregrio XIII. y se hizo por averse retirado el Equinoccio del Verano diez dias enteros atràs del lugar, que le avia señalado el Santo Concilio Niceno, por quanto pende del Equinoccio Vernal la Pasqua en que se celebra la Santa Resurreccion de Christo nuestro señor: y à este mismo passo se retiraron atràs los dos Solsticios del Estío y del Invierno.

 Aviendose pues de ajustar el dia de la celebridad de la Aparicion à el lugar, que posseía el Sol en aquel año que aconteciò, viene à coincidir el dia de oy, en que comienza à cerer el dia sobre la noche en este clima, y despues del Solsticio del Invierno: lo qual, à mi ver, no carece deste misterio, quando repara San Agustin, Serm. 21. de Sanctis, que naciò el Señor en el tiempo, que comienzan a crecer los dias, y su Precursor San Juan, quando empiezan a menguar".

   Vemos como el presbítero Becerra y Tanco hace su disertación en torno a la relación que hay entre el Equinoccio de Primavera, usando el término antiguo de este concepto, con la Pascua de Resurrección y que trajo por consecuencia la regla que dice que el Viernes Santo será la luna llena posterior al Equinoccio, es decir la Epacta. Menciona también sobre el cambio del Calendario Juliano y la implementación del Gregoriano, cuando se decretó la inexistencia de diez días en 1583. Entra el presbítero en aguas más profundas al recordar aquella teoría de que Santo Tomás anduvo predicando en México antes de la llegada de los españoles, por el rumbo de Tula, considerando con ello que gracias a él se pudieron hacer precisiones calendáricas con exactitud.

"...y no puedo persuadirme à que el computo de los siglos que usavan los Naturales Mexicanos de 52. años cada siglo, dando à cada un año la cantidad de 365. dias, tan conforme à la verdad, se pueda atribuir al Demonio, padre de la mentira, sino à enseñanza del Santo Apostol. A que se llega, que al finde cada 52. años solares añadian 13. dias intercalares, por trece bissiestos que hay en cada uno destos siglos; porque al tiempo que se dividieron los Apostoles en todo el Orbe à predicar el Santo Evangeli, siguieron el computo del año ordenando por Julio Cesar que precediò al nacimiento de Christo Señor nuestro, que observaron los Romanos en todo su Imperio, aviendo reducido à Provincia el Reyno de Judea. Assiquè se debe transferir el dia de la festividad de la Aparicion à veinte y dos de Diciembre, como se practicò en la festividad de Santa Teresa de Jesus, la qual aviendo fallecido en el dia subsequente al dicho transito del Patriarca San Francisco, en cinco de octubre, se transfiriò à quince, por aver passado la bendita Santa desta vida à la eterna en el año de 1582. despues de media noche del dia quatro de Octubre, momento en que se comenzò à practicar la Correccion del Kalendario, echados fuera los diez dias qe se avian anticipado los Equinoccios".

    Tema para muchos difícil de entender, para otros imposible de implementar pues, la tradición de casi cinco siglos estableció la fecha como el 12 de Diciembre. Ahora vemos el sustento suficiente para precisar que no fue sino el 22 de Diciembre. Dudo que algún día se hará este ajuste pues, en estos temas dominará siempre la tradición antes que la razón.






Fuente:

Becerra Tanco, Luis. Felicidad de México. Imprenta Juan de Zúñiga. Madrid, 1745. pp. 89-94

1 comentario:

  1. Amigo Benjamín ciertamente es bastante complejo...esos 10 dias entre el 12 y el 22 de diciembre, serán los que borraron? bromeando nomás...

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