El Bicentenario pop. Ver para creer

Sé bien que, muy al modo de la prensa y, en general, los medios nacionales, fuimos víctima de uso y abuso de una palabra en los pasados meses: Bicentenario. No quiero seguir participando de esa idea, lo que se dio, lo que fueron los festejos, buenos o malos, ya se dieron y forman ahora parte de la historia, así que, espero que con este artículo temine mi participación de la documentación de lo que se vio durante el mencionado Bicentenario. Esto que vi en Silao y Pénjamo fue sorprendente, se llamó "Bicentenario Pop" y se manifestó a través de los pendones que fueron colocados en todos los postes de ambas poblaciones. Quizá los hubo en otros sitios, pero, los que ví fueron solamente en esos dos lugares.

Será bueno apuntar, para los que no vivien en el estado de Guanajuato, que tanto Silao como Pénjamo fueron las dos poblaciones más beneficiadas con los eventos del festejo, pues en la primera se instaló la Expo Bicentenario y en la segunda, se instaló un museo temporal en la ex Hacienda de Corralejo, amén de los espectáculos de luz y sonido. Así pues, sorpréndente con los personajes retratados en los pendones, comenzaremos con la imagen más difundida durante este año, la de don Miguel Hidalgo y Costilla.

Hace tres años que fui a Tecate, en la frontera norte, me sorprendió ver que una calle muy cercana a "la línea" llevaba el nombre de Victoriano Huerta, ahora me vuelvo a sorprender en las calles de Pénjamo al ver el pendón con su retrato, claro es, con influencia de Wuarhol.

Y ni que decir de este otro pendón, con el vilipendiado Pofirio Díaz, a ese que ni un solo monumento se le ha querido levantar, del que siguen diciendo que fue nefasto pero que no ven que fue él quién modernizó a México.

No sé si los retratos fueron hechos a propósito del festejo o los tomaron de alguna iconografía en particular, lo que sí podemos ver es que algunos no son nada afortunados, como este que retrata a Gertrudis Bocanegra.

Los buenos, los malos y los regulares... así se llama un libro, que por cierto te recomiendo, si es que te gusta leer las crónicas de un auténtico y consagrado conversador de San Miguel Allende, pero en este caso vemos en Pénjamo el pendón de Juan Ruíz de Apodaca, antepenúltimo virrey de la Nueva España, fue el número 61 de la lista de 63 y llevó el título de Conde del Venadito.

Lo dicho, los buenos y los malos, en este caso, y a un lado del pendón de Hidalgo, aparece el del birgadier Félix María Calleja del Rey... ver para creer.

Afuerita del templo de San Antonio, seguimos en Pénjamo, apareció ni más ni menos que el retrto de Fernando VII.

Hay un lector de El Bable, que sigue consciensudamente la vida de Pedro Moreno y, seguramente, será el que pegue el brinco cuando vea esta imagen donde se dice que es Pedro Moreno, solo que, en esa época ni se llevaba el bigote tan delgado, ni la piocha. Las patillas eran mucho mas largas y gruesas, eran del tipo de "las polacas". En conclusión, aquí hubo un error, este personaje más bien refleja a un participante de la Revolución y no al héroe lagunense.

La representación femenina no es muy abundante, Josefa, Leona, Gertrudis y ahora aquí vemos a la afamada Güera Rodríguez, afamada no por su participación en el movimiento insurgente, sino por su leyenda, especialmente a lo que se decía sobre su belleza. Pero, de nuevo, una imagen idealizada y ataviada con un siglo de diferencia, pues su sombrero y cuello alto más bien corresponde a principios del siglo XX que al XIX, en el que vivió.

Y este es fray Servando Teresa de Mier, personaje que tiene una historia interesante que habrá que conocer con detalle. Esta fue la sorpresa pop del Bicentenario.