viernes, 13 de enero de 2012

Las reliquias que hay en los templos de Salamanca, Guanajuato.

Cuando nos adentramos a lo que guardan las iglesias coloniales en México nos damos cuenta de que hay tesoros dentro de ellas. Tenemos que ir con mucho tiento para interpretar cabalmente lo que el término tesoro significa. Si te vas por la libre pensarás que hay objetos de oro y de plata y pinturas, todo eso muy valioso y conforma un tesoro. Si eso pensaste estas en un error. Hay unos tesoros que, efectivamente se cuantifican en dinero, y son, en efecto, objetos de oro y de plata, además de las joyas que a la virgen se el ofrendaban; todo tipo de piedras preciosas contenidas en aretes, collares, tiaras, coronas, pulseras y cuanta cosa te imagines. Eso sí es el tesoro del templo, pero hay, en algunos templos otros tesoros: las reliquias de los santos. Ese tesoro veremos el día de hoy aquí, en Salamanca.

Lo que vemos es el Retablo de las Tres Reliquias en el templo de Sn Agustín en Salamanca, recuerdo que en de San Agustín en Morelia también hayuno con reliquias. En el sigo XVII y más aun en el XVIII los templos en el México colonial eran, algunos de ellos, los sitios de concentración de riqueza mayores del virreino. Los templos eran el equivalente a los bancos actualmente; ya que eran los que, teniendo el capital suficiente, financiaban a mineros, a hacendados, a ganaderos, a industriales. Su riqueza venía del cobro del diezmo, de los intereses generados por los préstamos y de las herencias que recibían por los ricos que morían, muchas veces, sin descendencia.

En el mundo novohispano había un temor grande a morir fuera de la Iglesia, alejados del Reino del Señor, era por eso que la gente iba acumulando, a lo largo de su vida días de gracia en el paraíso. Si asistías puntualmente a todas las misas obligatorias ganabas una serie de indulgencias que no era otra cosa más que un "vale", por así decirlo, que te decía haber ganado 10 mil días en ese paraíso. Si comulgabas cada viernes primero y en las fiestas de guardar otro tanto de miles de días eran acreditados a "tu cuenta", si llevabas una vida de recato y en orden, como lo estipulaba la ley de Dios, entonces tenías miles y miles de días de indulgencia y si cuando morías dabas tus bienes a la iglesia, practicamente tenías ya perpetuidad en tu morada celeste... así las cosas.

En todo ese escenario en que vivían los pudientes, había también templos pudientes que, como es el caso de San Agustín en Salamanca, el dinero que tenían guardado en sus arcas, lo utilizaban para aumentar el tesoro del templo. Una cosa que era además de símbolo de prestigio y riqueza era el conservar reliquias de algún santo dentro del templo. A mediados del siglo XVIII San Agustín de Salamanca tenía en su haber varias haciendas que producían abundantemente granos, consecuentemente tenían el capital suficiente para comprarse una buena cantidad de reliquias, de astillas de huesos de santos y de varias cosas más, un poco difíciles de creer. algunos objetos "tocados" por la santidad. Tal es el caso de un pedazo del velo de la virgen María o del de San José, más aun un fragmento del cojín donde alguna vez se hincó Santa Ana, (no el gobernante sino la madre de María). Había también un buen comercio establecido con las astillas de los huesos de los santos, santos que no eran precisamente los más populares pero eran santos al fin, como por ejemplo San Probo.

Esto que ves en la fotografía es un detalle del retablo de las reliquias en el templo de San Agustín, obra del entallador Antonio de Elexalde, el Joven. Esa especie de plato era el lugar en donde se exponían algunas de las reliquias del templo, ese era el tesoro que los agustinos en Salamanca ostentaban a todo visitante. No era ni uno ni dos, sino varias las reliquias que, se dice, aquí había. Para saber cuáles eran ellas, veremos una carta elaborada a manera de listado por Fray Reginaldo de S. J. Vega en mayo de 1949.

"Se iniciaron las obras del Relicario y Cripta en enero de 1945, con el principal interés de colocar allí, en un lugar decente:

1.- El inmenso tesoro que tenemos del Santo Ligno y el fragmento del velo de la Santísima Virgen y el manto del Sr. San José, que entregó del cementerio de Santa Atanacia en un ostensorio el Sr. Obispo Porfiriense agustino Fr. Silvestre Merani en abril 10 de 1761, a nombre de Su Santidad, Inocencio XIII.

2.- El fragmento de un cojín que estuvo debajo del pie de Santa Ana y que del Cementerio de San Calixto entregó el Illmo. Sr. Obispo de Ancona, don Nicolás Manciforte, en julio 19 de 1759.

3.- El cráneo y un vaso con sangre de San Grato, que de la iglesia de Santa Inés, entregó el Illmo. Sr. Obispo Prof. Fr. Silvestre Merani en marzo 11 de 1761.

4.- Las reliquias de San Clemente, San Probo y Santa Benedicta que del cementerio de Santa Priscila y por gestiones de Ntro. Srio. de Provincia Fr. Lucas Centeno, entregó el citado Illmo. Sr. Obispo Prof. Melani en febrero 1 de 1762.

5.- El cuerpo de San Donato entregó el mismo , que no sé donde está, y que del cementerio de San CalixtoSr. Obispo Merani en abril de 1761.

Este interesante documento termina diciendo en lo que es el listado de las reliquias que se encuentran dentro del templo de San Agustín de Salamanca de esta forma: "Debo expresar que hasta hoy permanecen extraviadas las auténticas de las reliquias de San Félix y San Gaudencio, mártires, traídas del cementerio de Santa Priscila". (1)

Al leer esto recuerdo que en una de las pláticas de sobremesa dominical con una muy querida Tía me dijo que ella recordaba que en una ocasión, cuya fecha no recordaba pero que fue al principio de los cincuenta, su suegra, mi abuela, que ocupaba un cargo relevante en una de las cofradías de San Agustín había asistido a una misa muy solemne en la que se había consagrado, una vez más al templo de San Agustín y se había hecho un depósito de reliquias en el altar mayor. Las fechas ahora encuentran una feliz coincidencia con lo que escribió Fray Reginaldo que fue quién mandó construir ese Relicario, las reliquias que allí fueron depositadas ya hemos visto cuales fueron y aclaramos con esto que no fueron robadas del Retablo de las Reliquias, como lo pensaba; sino que fueron retiradas para ponerlas en el lugar adecuado: el altar mayor...

Pero el asunto de las reliquias no termina allí. En el Santuario del Señor del Hospital hasta hace poco estaba en exhibición la reliquia de San Bernardino de Siena, me comentaron que fue enviada con los franciscanos de Irapuato, consecuentemente en el Santuario de Salamanca ya no la podemos admirar.

Y como remate al asunto de las reliquias tenemos que en el templo más antiguo de la zona, el que conocemos como La Parroquia Antigua, allí fueron depositadas tres reliquias de tres santos que son más difíciles de rastrear. Leo esto: "Se tiene noticia que fueron depositadas en el sepulcro de dicho altar las reliquias de los santos mártires Inocencio, Lorenza y Adeodada". (2)

Me da la impresión de que fue un error de dedo y se refieren a Adeodato, como quiera, este templo que fue dedicado mucho antes, en 1690, contiene las reliquias de santos que son aun más primitivos y que se nos hace muy difícil identificar ya que Inocencios son varios, en cuanto a Lorenza, el que venga en femenino se nos antoja complicado y ni que decir de Adeodada o Adeodata.

Con esto comprobamos que, desde el punto de vista de las tradiciones religiosas más antiguas en el mundo Católico, los templos de Salamanca tienen una gran importancia.

Fuentes:

1.- De Santiago Silva, José. El templo de San Juan de Sahagún en Salamanca, Ediciones La Rana. Guanajuato, 2004.

2.- González, Pedro. La ciudad de Salamanca, Ayuntamiento de Salamanca. Salamanca, 1995. Citado por Monserrat García Rendón en Génesis de una villa y su parroquia, Salamanca siglos XVI-XVII. Presidencia Municipal. Salamanca 2010.

5 comentarios:

  1. Patricia Villavicencio14 de enero de 2012, 20:43

    Sr.Benjamin,nuevamente es un gustazo leer su blog, me transporta a mi época de jovencita cuando fui al Edo.de Gto. Sabía que era fantastico pero me atreví a volver 3 veces mas a explorar semejantes paisajes.

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  2. ¡Hola Benjamín!
    Te admiro como historiador.
    Pero me hiciste reir con esto "si cuando morías dabas tus bienes a la iglesia, practicamente tenías ya perpetuidad en tu morada celeste" Sí, como no.
    Pue te diré que tengo una reliquia del Beato Santiago Alberione, me la regalo un religiosa Paulina, porque le ayude a hacer un trabajo final de estudio.
    Es muy pequeña la reliquía, es un pedacito de hueso, esta autentificada por la casa pontificia y esta sellada.
    Pero no sabía todo eso de comprar y vender.
    Más bien lo que sabía es que en Roma se tenían reliquías de Mártires, y como en América no había, se hacían gestiones para traerse acá y darle el culto como reliquias de santos.

    Saludos!!

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  3. Muy curioso su artículo. Me llama la atención que entre los santos de los cuales afirma se conservaban reliquias figure uno llamado Probo. Existen varios santos con dicho nombre, pero uno de ellos según la leyenda era de origen salmantino y ya en terreno estríctamente histórico, murió mártir a comienzos del siglo V en el Reino Vándalo norteafricano, junto con otros cuatro compañeros, todos de origen hispano. Sus reliquias tradicionalmente se veneran en la pequeña ciudad de Medinaceli, en Soria. Me resultaría realmente curioso que alguna de dichas reliquias hubiese encontrado su camino ni más ni menos que hasta México. ¿De cual de las dos fuentes que recoge procede la referencia a la reliquia de Probo?

    Saludos desde Béjar, provincia de Salamanca, España.

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  4. Muy curioso el artículo. Un santo llamado Probo es venerado en Salamanca (España) como oriundo de la ciudad, juntamente con otros cuatro compañeros mártires. Murieron en el Reino Vándalo africano en el siglo V por no querer abrazar el arrianismo, por órdenes del mismo rey Genserico, del cual eran consejeros. La tradición afirma que sus restos descansan en Medinaceli (Soria) y una leyenda (que pudiese tener algo de cierto) le hace oriundo de la ciudad de Salamanca. De hecho algunas de las reliquias de dichos santos llegaron a Salamanca procedentes de Medinaceli y su culto fue muy popular en el siglo XVIII. Me resultaría sorprendente que una de esas reliquias (apreciadísimas en su día) hubiese llegado a la Salamanca mejicana. ¿En cual de las fuentes que cita se menciona la existencia de dicha reliquia? Es un dato que aquí no es conocido.

    Felicitaciones por su blog desde Béjar, provincia de Salamanca, España.

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    1. La referencia de San Probo aparece en la carta del fraile agustino encargado del recinto en los años cuarenta, Reginaldo Vega, y que publica íntegra José de Santiago Silva en su libro del templo agustino que marco como referencia No. 1, saludos.

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