viernes, 20 de febrero de 2015

Crónica de una visita a las zonas más pobladas de México, en busca de los vestigios del Camino Real.

   Este viaje casi relámpago lleva apenas 10 horas y no acabo de sorprenderme de lo que acabo de ver. Todo comenzó cuando, al explorar el Google Maps los municipios del Estado de México, la imagen que ahora ves me llamo enormemente la atención, ver una retícula de calles que, en partes son ordenadamente geométricas y de pronto entran en el caos y se van "comiendo" a las montañas, luego de haberse ya "comido" a las colinas que fueron apareciendo en su paso devorador dado el crecimiento que se antoja nunca parará y concluirá quién sabe en dónde. Se trata de la sierra de Guadalupe, Quizá el nombre lo asocies con la Villa de Guadalupe, y sí, en efecto, es allí en donde comienza, pero el Tepeyacac es un cerro no precisamente alto, es más bien una colina, le sigue el Cerro de Zacatenco,  ligeramente más alto que el Tepeyac, pero menos del Cerro del Chiquihuite que tiene 2,730 metros; es el que se ve abajo de esta imagen, sigue luego esto que vemos claramente, se trata del Picacho, con 3,055 metros de altura.

   Salí a las 9;40 de Jilotepec en el Estado de México, lo primero que hice fue avisarle al chofer que me bajaría en la Plaza San Marcos, yo le aviso, me respondió; era el día de tianguis, así que el autobús dio varias vueltas para poder tomar su camino, enfiló por lo que fue el Camino Nacional, es decir, el antiguo Camino de Diligencias, que fue, originalmente, el Camino Real de Tierra Adentro, pasó por Santiago Tlautla, sitio en el que hay interesantes vestigios de esa emblemática ruta, como un puente, el trazo de la vía original, aun empedrada, una hacienda llamada La Cañada, seguimos por un lado de Tepeji y entró en la Autopista al poco comenzamos a entrar en la mancha urbana, poco a poco el horizonte iba desapareciendo entre construcciones que, comienzan a ser como un espeso bosque que no permite ver más allá, Pasamos por un lado de Coyotepec, por un lado de Tepotzotán. Finalmente en la inmensa autopista que tiene cuatro carriles de cada lado, paró y me dijo que allí me bajara, efectivamente, era San Marcos y no tardé ni medio minuto cuando ya estaba en la combi que me dejaría en el centro de Cuautitlán. Lo primero que vi al entrar a la zona centro fue una capilla de tipo colonial junto a un templo enrome, moderno. Se trata del Santuario de San Juan Diego Cuahutlatoatzin, el cual, de acuerdo al relato, era el sitio en donde ocurrió la aparición al Juan Bernardino; ni tiempo para pensar si me bajaba o no, el tránsito de vehículos lo podemos calificar como infernal, así que mejor esperé a llegar a la "base".

   Mi objetivo al visitar Cuautitlán era corroborar en "vista de ojos", como se decía en tiempos virreinales cuando se va a un sitio a comprobar si lo que se dice es, y pues sí... lo que se dice es que en Cuautitlán está la cruz atrial más hermosa que se haya construido no solo en México, sino en todo el Continente Americano, es verdaderamente espectacular la cruz, sus dimensiones y el punto en el que está colocada, pero... (shit happens) está en restauración, así que buena parte de la cruz no se puede apreciar. Continué hacia la Catedral de San Buenaventura, limpia, bien cuidada, amplia, pero... (shit happens) me prohibieron tomar fotografías. De rastros del Camino Real, ni para que buscarlos por el rumbo, dado que son calles y calles y más calles, vías de alta velocidad, tren ligero, pasos a desnivel de dos y tres niveles, y, en mitad de todo aquello, los restos de la estación del tren y, un poco más adelante, una troje semiabandonada, oprimida entre tanta construcción, no tengo idea de cuál era el nombre de esa hacienda, de pronto los nombres cambian, ya estábamos en Tultepec, la mancha urbana había comenzado en Tepotzotlán, muchos kilómetros atrás... de Tultepec siguió Coacalco, la mancha urbana nunca termino y el tránsito frenético de cientos, de miles de vehículos tampoco. Entramos luego en Ecatepec y allí fui a dar al otro destino que me había marcado por conocer: la Casa Morelos, que no fue otra cosa que la Casa del los Virreyes en donde descansaban luego del largo camino desde Veracruz y se preparaban para hacer su entrada triunfal a la capital de Virreinato.

   Amabilísimo, como pocas veces ocurre, fue el chofer de la combi, pesero o colectivo (como gustes llamarlo) y me dejó lo más cerca que pudo de la entrada del lugar solo que, estando allí, caminé un poco más, soportando los fétidos olores de un río degradado al máximo, y entré en un sitio verdaderamente espectacular: El Puente de Fierro, que fue, en su momento un puente, muy al estilo de los puentes que se construyeron por muchos lugares en México durante el cardenismo (como el del Molinito en Salamanca) pero este puente, que es doble, está fuera de uso y, atinadamente, no lo tiraron como en Yahualica, Jalisco, por ejemplo; sino que lo habilitaron como taller de pintura y escultura y sala de exposición, algo que, en verdad es digno de difundirlo, pues el ambiente que se logró allí dentro es fantástico. Allí pude tomar todas las fotos que quise, dentro de poco las compartiré.

   Pretendí darme un verdadero banquete en la Casa de Morelos, que se llama así porque fue en ese sitio en donde se le fusiló, y era, como ya te lo comenté, la Casa de los Virreyes.... ¿anotaré de nuevo la frase del "shit happens"?... creo que sí pues el inmueble, que supongo era espectacular, al menos en sus dimensiones, consta de tres habitaciones, de una exposición de objetos relacionado al cura Morelos y no más, pero, en la parte de atrás hay una capilla, ya no en uso, y un poco más allá están los vestigios del Albarradón de San Cristóbal... que maravilla... y lo que compruebo es que aquel decreto firmado por el entonces presidente Fox, fue pasado por el lugar que ya sabemos y esos vestigios, los del Albarradón, siguen gritando frenéticamente que quieren, que deben ser rescatados. Las fotos que documentan esto que te cuento dentro de poco las verás por aquí publicadas. Por ahora lo que quiero es bañarme y no volver a ver una horizonte lleno de casas, casas, casas, autos, autos, autos, calles, calles, calles...


1 comentario:

  1. Hola!!, aunque ya no hago comentarios tan frecuentes, desde que descubrí El Bable muy continuamente leo su contenido (tanto anterior como el más reciente), por que me gusta como describes y me llevas en un viaje por el tiempo, pero....aquí viene el gran pero...habiendo tantas palabras y siendo México un país tan rico en cuanto a un vocabulario popular (por así decirlo) ...por que mejor en lugar de utilizar palabras anglosajonas (shit happens) por que no usar: Que chingados!! o Que madres!!..., ja, ja, ja, ja. Me parecería que estaría mucho mejor y en un contexto muy mexicano, tal cual El Bable se ha caracterizado. Esperando no causar ninguna ofensa en ningún sentido. Saludos

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