jueves, 21 de enero de 2010

El pensamiento agustino en el siglo XVII, fray Diego de Basalenque

"... en fin, con que tomaron camino y navegación tan larga, fue venir a predicar el santo evangelio a esta tierra, esparcir la luz de la ley de gracia a gente que vivía en tinieblas, desterrar al demonio, que como rey tirano de las almas había muchos años que las tenía tiranizadas. Reinando sobre ellos, con tiranía de almas y cuerpos; pues éstos pedía en sacrificios y lego las ánimas se las llevaba al infierno; y aunque había muchos años que andaban trabajando en estas empresas, con grande fruto y logro de los religiosos de N.P. San Francisco, que fueron los primeros que formaron ejército contra este rey tirano, y luego los religiosos de N.P. Santo Domingo , que gloriosamente les ayudaron en estas batallas alcanzando cada día maravillosas y milagrosas victorias, sacando del poder del demonio millares de ánimas, restituyéndolas al verdadero Rey y Criador suyo, mediante la predicación y el santo baptismo; con todo esto como la tierra es tan dilatada, que es el medio mundo juntándola con la del Perú, donde también se hacían las misma conquistas, y la multitud de gente era tanta, que parecía infinita; los ministros de las dos regiones, aunque eran muchos más de los que eran, eran pocos para el reino tan dilatado y poblado..."


Esta es una escena de flagelación, seguramente de la mano de la escultura colgaba un silicio, el implemento usado para tal fin en la época. (Aún hay lugares en donde se usan, Atotonilco, Gto, por ejemplo.)


Ni más ni menos que éste era el pensamiento que dominaba Europa hace quinientos años y fue precisamente con esta idea que llegaron los frailes a evangelizar a los “naturales”, por fortuna ya nos separan cinco largos siglos. Desde que entré en el Convento de Actopan me vino a la cabeza la imagen del Convento que hay en Salamanca, pues ambos fueron construidos por los Agustinos. Aunque fueron unos los que siguieron el rumbo del Valle del Mezquital y continuaron luego por la Huasteca, y otros que llegando a lo que era la provincia de Michoacán y se desarrollaron hacia el norte de la misma, lo que es en la actualidad el Estado de Guanajuato, es decir, llegaron a Celaya, luego a Salamanca, la ciudad en donde vivo actualmente. Así pues, sean unos o los otros, una región o la otra, los Agustinos son los mismos y todos tenían una filosofía similar, así que, leyendo apenas la introducción de una historia interesantísima de como fue que se desarrollaron en la que ellos llamaron la Provincia de San Nicolás Tolentino, es decir, Michoacán.


Lo entrecomillado lo escribe Fray Diego de Basalenque a manera de introducción en si Historia de la Provincia de San Nicolás Tolentino, el libro se publicó en México de forma resumida en Los Agustinos, aquellos misioneros hacendados. Selección de textos de Heriberto Moreno García. Cien de México, Conaculta. México 1998. Las fotografías las tomé en el Ex convento de San Nicolás de Tolentino en Actopan, Hidalgo.


Por la indumentaria y la postición, me atrevería a decir que esta es una representación de San Isidro Labrador.


Nota: para no confundirnos. El Ex convento en Actopan está dedicado a San Nicolás de Tolentino, y la Provincia fundada en lo que actualmente es Michoacán y Guanajuato se llamó de San Nicolás Tolentino.


Partiendo de la idea de que San Homobono era un Santo muy celebrado en el México virreinal y por la capa que este santo usa, podría comentar que es el santo patrono de los sastres.



Aunque ya me dijeron que no les gusta que escriba de santos, aquí podrán encontrar más sobre San Homobono:


http://elsenordelhospital.blogspot.com/2009/11/san-homobono-santo-patrono-de-los.html



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