viernes, 1 de junio de 2012

El Santuario de Jesús Nazareno en Atotonilco, Guanajuato.

  El Camino Real de Tierra Adentro se comenzó a construir en 1546 cuando se descubren la vetas en Zacatecas, once años más tarde, en 1555, fue descubierta las abundante veta en Guanajuato, comenzado el siglo XVII el trazo del camino estaba bien definido, el empedrado realizado, muchos puentes facilitaban el tránsito de y hacia la ciudad de México, es así como a lo largo de su paso se van levantando las haciendas, posadas, ventas, mesones, fondas y toda suerte de servicios, especialmente los que proporcionaban herreros y carpinteros, se iban encontrando con relativa facilidad. El gobierno de Nueva España había instalado ya sus estancos y nadie libraba de ser revisado para pagar los derechos correspondientes, las aduanas se sucedían una a otra.

  Setenta y tres leguas, unos 300 kilómetros, separaban a la ciudad de México de Atotonilco, sitio en el que, en 1740, se comienza a construir el Santuario de Jesús Nazareno, 8 años después estaría concluida la primera etapa, continuarían once años de construcción en la que el recinto se fue complementado con las capillas para formar esto que ahora podemos admirar.

 "A partir de la dedicación y hasta 1759 se dio otro periodo de construcción en donde se alzaron las capillas de Loreto, del Santo Cenáculo y de la Soledad. Pero de acuerdo con inscripciones del P. Alfaro en los muros del Santuario, no descansó al terminar estas construcciones. No conforme con las tres capillas que llevaba, el mediodía de Navidad de 1759 trazó la planta y se iniciaron las excavaciones de la capilla de Belén. Pocos meses después, el mero Viernes Santo de 1760, se inició la capilla del Santo Sepulcro. En esta última se encuentran las inscripciones del P. Alfaro, en donde se lee que "la bendición de ambas la hizo él mismo en 1763 precisamente el 18 de marzo vísperas de la festividad de San José". Es probable que la capilla del Calvario, que complementa ala capilla del Santo Sepulcro, haya sido terminada después, según consigna José de Santiago Silva en El arte barroco de Atotonilco, pues "la magnitud de la obra indica que no pudo haberse levantado en sólo tres años". El caso es que para 1766, 10 años antes de que muriera Alfaro, se terminó la capilla del Santo Rosario y su camarín". (1)

 Con esto nos damos una idea de que, cuando el Camino Real de Tierra Adentro se encontraba en pleno uso, era cuando el Santuario se estaba construyendo, muchos se habrán detenido allí para pedir al Señor la protección suficiente para llegar sano y salvo a su destino. Desde allí quedaban aun 4 jornadas para llegar a la ciudad de México y, al menos, 15 para continuar a Chihuahua.




















   A lo largo de esta semana hemos visto al pueblo de Atotonilco, Patrimonio de la Humanidad, desde distintos ángulos, nos hemos apoyado en el libro de Jorge F. Hernández, La soledad del silencio. Tenemos ahora una mejor idea de la magnitud y belleza de este sitio, el cual requiere, definitivamente, conocerlo pues creo es una de las más bellas joyas de arte arquitectónico que en todo México existen.


  Y no nos podemos ir de Atotonilco sin recordar que fue allí en donde se dio un hecho que marcó la historia de México para siempre, ya que la imagen de la Virgen de Guadalupe fue de aquí precisamente, que fue tomada. Sobre este tema, hay mucho que hablar también. Para leer más, entra en este sitio:

http://cabezasdeaguila.blogspot.mx/2012/03/la-imagen-de-guadalupe-en-el-santuario.html

1 comentario:

  1. Increíble entrada, Benjamìn.
    Ahora sòlo falta visitar los lugares.
    Saludos.
    Christian Barrón

    ResponderEliminar