miércoles, 26 de marzo de 2014

Los arcos y las goteras de la ciudad: Arcos festivos, arcos indicativos.

   ¿Cuándo habrá comenzado esta idea? esa de tener, literalmente, puertas para entrar en las poblaciones. En la antigua Roma se ideó el Arco, el triunfal, para marcar un hecho relevante, pero eso no era propiamente la entrada a la ciudad, sino un monumento alusivo a un evento.Quizá fue en la Edad Media cuando, ante el temor de ataques, esos feudos, más que ciudades, tenían una puerta de entrada al recinto, mismo que se cerraba por las noches y, quiero pensar, si vigilaba también. Quizá fue con esa idea medieval que, cuando los españoles comenzaron a construir sus ciudades en el Nuevo Mundo, incluyeron los arcos que, no triunfales, eran el marcaje a la entrada de la ciudad y los límites de lo que eran los espacios reservados solamente para que ellos vivieran, los indios lo harían "extramuros".

   La fotografía que ahora vemos, y la anterior, corresponden a dos de los tres arcos que sobreviven en Mérida, Yucatán, ciudad que tenía esos límites. La siguiente fotografía la tomé en Izamal, Yucatán, en donde también sobrevive un arco. En el puerto de Veracruz, tengo entendido que, cuando se concluyó la muralla que limitaba a la ciudad española, hubo un punto de acceso, con una especie de arco.

   No todas las poblaciones tuvieron arcos, más bien fueron pocas, pero lo que sí tenían todas ellas eran las llamadas "goteras". Recuerdo que, cuando llegué a vivir en San José del Cabo, Baja California Sur, había un término por demás curioso que era "ir a la gotera", pero eso se refería a la gasolinera. El término novohispano de la gotera se refería a los límites de la ciudad, no una garita, ni un estanco, que esos eran punto más bien para recaudar fondos para la Corona, la gotera, según la octava acepción de la palabra en la Real Academia de la Lengua es: "f. pl. Bol., Chile, Col., Ec. y Méx. Afueras, contornos, alrededores."

   Y la idea del arco, marcando la entrada, aunada a la idea de la gotera que nos dice el límite de la misma se siguió manifestando, aun en los años treintas del siglo XX en donde, por ejemplo, se colocó un arco a la salida de la ciudad de México en la nueva carretera que conducía Toluca, allá se colocaría el arco de entrada a esa población.

  Esta es la maqueta en la que se reconstruyó la forma en que estaba el puerto de Veracruz en la última década del siglo XVIII, cuando fue concluida la muralla y ese era, luego del puente, la entrada a la ciudad.

    La idea siguió... "cundiendo", por distintos lugares de México, Guadalajara colocó también su arco de entrada, que marcaba, además la gotera de la ciudad, solo que, en nuestros días, esa gotera ya está casi en el centro de la población.

   Ahora, ya con técnicas y materiales modernos, se siguen levantando arcos de entrada en las goteras de las ciudades, como este que se levantó en Mendoza, Veracruz.

   O este otro que ya con matices característicos de lo que se volvió símbolo de la población, la primera que se levantó en el continente Americano y que con el paso del tiempo la que fuera la primera obra civil construida en tierra firme por mano española, la casa de Cortés, fue devorada, luego de más de cuatro siglos, por la selva... idea que se reprodujo en el arco de entrada a La Antigua, en Veracruz.

   Y el arco se institucionalizó prácticamente, y la "moda" proliferó por todos lados, como en esta población, Congregación de Rodríguez, estado de Coahuila.

  Uno con reminiscencia maya, a la entrada de Kantunilkin, Quintana Roo.

   O este, que no es propiamente un arco en la gotera de la ciudad, sino más bien donde se exhiben las presas, durante un torneo de pesca en Puerto Morelos Quintana Roo. Quizá recordarás que anteriormente vimos los Arcos Triunfales que, fueron colocados para recibir al efímero Emperador, Maximiliano de Habsburgo, o aquellos que se colocaban durante las visitas que hacía Porfirio Díaz a distintas poblaciones del país. Pero también hemos visto otro tipo de arcos...

  Y esto son los arcos que se levantan durante las Fiestas Patronales. Algo que me sorprendió recientemente, cuando andaba a la descubierta de los Conventos franciscanos de los valles centrales de Puebla, fue pasar por montones de pueblos en los que aparece siempre un arco un arco que nos dice de la que fue, es o será la fiesta patronal, arcos la mayoría de ellos de materiales efímeros que el tiempo se encargará de destruir, pues, por algún motivo místico o mágico (por no decir que dejadez) permanecerán allí hasta la siguiente fiesta patronal, este que vemos ahora es el de Huatlatlauca, Puebla.

En Actipan de Morelos, Puebla.

En Huixcolotla, Puebla.

En San Miguel Zacaola, Puebla.

En San Jerónimo Ocotitlán, Puebla.

Sin estar seguro creo que este es de San Hipólito Xochitenango, Puebla, o cerca de allí, es para las fiestas de San Juan Bautista.

Este otro no sé a que pueblo corresponde pero fue puesto en honor a San Antonio de Padua.

Y este es en la comunidad de La Purísima, municipio de Palmar de Bravo, Puebla.

   Arcos festivos, arcos representativos, arcos que no solo fueron esos traídos por los europeos a México, sino que fueron reforzados con la idea del arco, como acceso al sitio en donde se realizaba una de las celebraciones del nutrido calendario ritual en el antiguo México.


  Quizá este sea el extremo de ese gusto por los arcos en las carreteras. Se trata del punto divisorio en entre los Estados de Quintana Roo, al frente, y el de Yucatán, al fondo; en la carretera que va de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, a Valladolid, Yucatán.

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