jueves, 26 de marzo de 2015

El Puente de Tlautla, uno de los más bellos del Camino Real de Tierra Adentro.

    Seguimos en Tlautla, municipio de Tepeji, estado de Hidalgo, esta vez para admirar en toda su magnificencia el Puente de Tlautla, quizá se llamó Puente de Santiago Tlautla, dado que el pueblo está bajo el patronazgo del Apóstol, el Mayor. Divaguemos un poco, no en el tiempo del Camino Real, sino mucho antes, antes de que los españoles llegaran a México y trajeran toda la tecnología de aquel Viejo mundo a este Nuevo mundo, de aquella Vieja España a esta Nueva España.

   Las técnicas de construcción en España fueron heredadas, en su mayor parte, de Roma, del Imperio Romano, en donde los caminos se empedraban y cuando topaban con un río lo cruzaban a través de puentes que, dependiendo de lo accidentado del terreno, era la altura del mismo y el número de arcos que se construirían para soportar el paso de los viajeros, sus caballos y sus recuas.

    Los españoles se vieron luego de los romanos, invadidos por los árabes, los cuales perfeccionaron en mucho las técnicas de construcción y, sobre todo, dieron forma a la lengua que nosotros, incluso hoy día, seguimos utilizando palabras de origen árabe. Una de ellas es Alcantar, que nos llegó como apellido Alcántara, esa palabra quiere decir El Puente; bien sabemos que los artículos fueron impuestos por los árabes, "Al" lo entendemos como "el", docenas y docenas de palabras en español comienzan con "Al", lo puedes corroborar en cualquier diccionario, verás que todas ellas son de origen árabe.

    La palabra que seguimos usando asociada a Alcantar en la actualidad es la de "alcantarilla" la cual entendemos como el sitio por donde corre el agua al drenaje, pero si analizamos bien la palabra veremos que tiene el sufijo que, hace mucho tiempo se entendía como algo pequeño, pongamos por ejemplo lo primero que se me viene a la mente, el nombre de una Hacienda por los rumbos de San Felipe, Guanajuato: Ibarra, y no muy lejos de allí hay otra, que se llama Ibarilla.

    Así pues, hubo en el Camino Real, además de Alcántares, es decir, Puentes, las Alcantarillas, que no eran drenajes, sino que eran pequeños puentes, puentecillos, si quieres darle otro nombre. En este caso no estamos ante una Alcantarilla, sino ante un Alcántar, un Puente, un magno puente, el Puente de Tlautla que es uno de los mejores ejemplos que he conocido que mantiene la belleza del entorno que tuvo en su momento el Camino Real de Tierra Adentro, además conserva su empedrado, no ha sido agredido, como en el caso de Atongo, al que le pusieron una gruesa capa de chapopote. Con las siguientes imágenes afirmo la idea que es uno de los más bellos de los que conozco.


















   Entre la ciudad de México y Querétaro hubieron 36 puentes y 47 alcantarillas. (Dato de la Memoria de la Secretaría de Fomento, 1857. pp.29-30)


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