miércoles, 17 de abril de 2019

Finalmente logro conocer el templo de San Sebastián en el centro histórico de la CDMX

   Este es uno de los rumbos del centro histórico de la CDMX que tenía pendiente de recorrer un poco en calma, ya había pasado por ahí en un día de entre semana y poco me fue posible ver de sus construcciones pues sus calles están abarrotadas de puestos callejeros. Claro es, estamos a un par de calles de Tepito, la venta callejera por excelencia de la ciudad.

   Visitar el lugar en domingo permite ver un poco, "un poco", de lo que hay allí en términos de construcciones virreinales, estamos frente a uno de los templos más antiguos de la ciudad, uno de lo que fuera cabecera de una de las cuatro partes en que se dividió la ciudad española de México... mejor dicho, en uno de los cuatro barrios que la circundaban: Atzacoalco.

    Este cuadrante corresponde a la parte norte. Para ubicarnos mejor, si ponemos al centro (como es) el Zócalo, y de allí trazamos un cruz, dividiremos al centro histórico en cuatro. Arriba, al norte está el punto A y B, el A hacia la parte poniente, el B hacia la oriente, La A corresponde a Santa María la Redonda, se llamaba Cuecopan, rumbos una cuadra allá (poniente) de Garibaldi. Siguiendo la misma idea, está la parte C y D, la C era San Juan (donde está el mercado) Moyotla. y la D era San Pablo Zoquiapan.

   Así pues, estamos en el cuadrante de San Sebastián Atzacoalco.

   La calle del Puente de San Sebastián es la que sigue de la de Arsinas, al Oriente, y desemboca en la  Plazuela de San Sebastián. Plaza y calle tomaron el nombre de una de las cuatro primeras capillas que se fundaron en la ciudad cuando la segunda Audiencia la dividió en cuatro partes para su administración religiosa. Era Presidente de esa Audiencia D. Sebastián Ramírez de Fuenleal, y dio a esta capilla el nombre de su santo. Púsola al cuidado de los padres franciscanos como una de sus doctrinas y en poder de ellos se conservó hasta el año 1585, que llegaron á México los padres carmelitas descalzos con el Virrey Marqués de Villa Manrique, y agradándoles el barrio para su fundación, el Virrey les dio la Ermita de San Sebastián, con la doctrina y administración de los indios de aquel barrio, sin contradicción de los franciscanos. Tuviéronla algún tiempo, pero el año 1607, por orden de los superiores de España, dejaron esta doctrina, que pasó á manos de los religiosos agustinos, en las cuales estuvo hasta la secularización de ella. (1)

   Es sorprendente el lugar... verlo sin su habitual bullicio, sus cientos de mercaderes, nos hace (si eres bueno en viajar en el tiempo) ver lo que era la antigua ciudad de México, pues muchas de sus construcciones (algo así como el 50%... 45%) son originales, una buena cantidad desmoronándose, otras apuntaladas y las demás vandalizadas o agobiadas por la cantidad de cosas que hay en ellas... sean bodegas que numerosas familias... de sus callejones luego hablamos. 

   El punto está en que que podemos ver una iglesia que si bien sería catalogada en nuestros días como minimalista por la carencia de ornamentos que tiene, nos dice que es tan antigua que, tan solo basta ver su techumbre para entender que en ella se acumulan cuatro siglos y medio... o un poco más. Pues ese artesonado (que no es el original) fue el usado antes de que se construyeran los templos con la bóveda de medio cañón que (creo) introdujo fray Pedro de Gante.

   Hay dos piezas que bien valen la pena adentrarse en ese rumbo para admirar, uno es el púlpito, el otro la pila bautismal... obras excepcionales que luchan en solitario por sobrevivir... La puerta principal se nota es de otra época, más reciente que el templo original pero igual tienen su mérito y por ahí, en la Sacristía hay (o hubo) una imagen que ahora mismo no recuerdo su nombre pero que fue de gran veneración en tiempos virreinales.

   Me congratulo de haber visto por dentro uno de los varios templos que tenía pendientes de conocer en el extraordinario centro histórico de la CDMX.










 


No hay comentarios:

Publicar un comentario