domingo, 13 de febrero de 2011

Los palmares de San José del Cabo, belleza en peligro.

En todo México la naturaleza es pródiga. Dependiendo de la zona es el tipo de vegetación que encontramos y, por consecuencia, el tipo de prodigio que vemos. Esa mano de Dios presente en cada ángulo a donde volteamos está salpicado de algo maravilloso, en este caso de la vegetación, la cual, es un poco desconcertante en esta parte del país, pues, si pensamos que estamos en una zona desértica, y, de pronto encontramos que hay mucha vegetación nos aparece la interrogante del por qué será.

Indudablemente porque la sabiduría de la naturaleza es vasta y ella misma (o Dios, según lo quieras enfocar), depositó reservas de agua en la zona y en rededor de esas reservas de agua subterráneas la mayoría, fueron creciendo cientos y cientos de palmeras, las que se llaman de abanico, pues por estos rumbos las hay, básicamente de tres tipos: de abanico, como en la fotografía de arriba, de coco, como la primera que aparece y las datileras, que es la que verás en la siguiente fotografía.

Como una buena cantidad de zonas dentro del municipio de Los Cabos, donde se ubican San José del Cabo y Cabo San Lucas son de alto nivel, se ha introducido vegetación "fina" traída de lugares distantes y que se han ido adaptando perfectamente al bondadoso clima local, como lo es la Palma real o la Palma caribeña, de esas no te pongo fotos ahora, pues no están precisamente por todos lados, sino en las zonas residenciales o en los campos de golf. Esas las veremos en otra ocasión, ahora lo que nos interesa es ver la más abundante.

La palma de abanico crece fácilmente, la encuentras por todos lados, especialmente en rededor de los pocos cuerpos de agua que hay en la península, como lo es el Estero de San José, el río de Mulegé y el San Ignacio, auténticos oasis en donde hay miles y miles de palmas del tipo abanico. El nombre es debido a que sus hojas son redondas, como si fueran un abanico, de esos de plumas que se usaron hace mucho tiempo.

Las hojas de este tipo de palma son las ideales para hacer las palapas, hay artesanos que crean auténticas obras de arte al ir entretejiendo las hojas, de ese modo estamos aprovechando a la naturaleza y conviviendo con ella en armonía.

Espero notes un detalle que hay en esta fotografía tomada en las inmediaciones del Estero de San José del Cabo, si ves el tronco está ennegrecido, esto debido a un incendio. Sabemos que hay una técnica en otras partes del país que se llama roza, con z, eso es quemar el rastrojo y todo lo que queda luego de una cosecha para dejar el terreno listo para la siguiente siembra. Eso se ha limitado pues se sabe de los contaminantes que se liberan en esta acción y el descontrol en que cae en ocasiones.

Aquí (en el mejor de los casos) más bien se cuidan las palmeras y se les van cortando las hojas, así crece, esplendidamente, como lo ves en la foto. Las hojas se usan en la, digamosle así: palapalería. Y todos somos felices. Pero...

Lamentablemente siempre hay un pero, un "negrito en el arroz", una ambición desmesurada que, por tal de hacerse de unos buenos millones más... mandan quemar las palmeras. Te dejo unas fotos más para que veas cuan espléndidas son las palmeras. En donde duermo, un tercer piso, me toca justo debajo de la ventana una palmera, en la noche, cuando la brisa se deja sentir, el sonido que producen las hojas es... sencillamente relajante.

Es la naturaleza vibrante, la naturaleza viva, la naturaleza en su máximo esplendor... Pero, las están quemando.









Efectivamente. Se dice que hay "malandros" que van y queman los palmares. En San José del Cabo hay dos, uno en el Estero, el otro en Santa Rosa, ambos se alimentan con las corrientes subterráneas de lo que es el gran arroyo de San José. Y la pregunta surge: ¿Será que a un "malandro" le interesa quemar un palmar?

Yo más bien creo que el interesado, o los interesados en desaparecer los palmares son quienes tienen la capacidad (económica) de desarrollar un complejo habitacional, pues las ubicaciones de los palmares son privilegiadas, pero la pregunta la refuerzo: ¿Desarrollo a cambio de sacrificio de lo natural? Es momento de reflexionar y decirle a quienes tienen esa capacidad económica, que mejor tengan capacidad moral y dejen de estar quemando los palmares.

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