domingo, 26 de febrero de 2012

Las águilas heráldicas del Códice Techialoyan García Granados

De entrada, en esta entrada, te diré que del tema no sé mucho, por no decir que nada. Los códices del antiguo México son algo enigmático, encierran una gran información y son de una excepcional belleza; es menester de especialistas descifrarlos. Yo como mortal simplemente los admiro. Esta parte que ahora vemos corresponde a la llamada "Rueda de Tepanecayotl" de la cual se han hecho varios estudios, a mi lo que me llama la atención son las águilas que aparecen en los más de seis metros que mide el estupendo documento. Recordarás que estando en la capilla del pueblo de San Ildefonso, cercano a Tepeji del Río, vimos en una de las paredes una parte de este códice y de allí fue que surgió el interés de conocer un poco más. De entrada que son varios los que llevan el nombre de Techialoyan, por lo que hay que identificar bien a cual nos referimos, en este caso al García Granados y surge pues, la pregunta de que quién fue esta persona.

Datos no encontré muchos, fuera de que el Ing. Alberto García Granados lo compró en 1893 a un librero que vendía antiguedades en París de nombre Emile Dufossé. Seguramente él, Gracía Granados se encontraba en parís, cosa común para la élite de finales del siglo XIX, él era amigo de Porfirio Díaz, no sé a que se dedicaría durante el porfiriato pero en 1911 fue nombrado Secretario de Gobernación en la corta administración del presidente Francisco León de la Barra; ocuparía el mismo cargo con Victoriano Huerta en 1913. Fue cruelmente asesinado, cuando mandó ser fusilado, aun encontrándose en cama debido a una enfermedad, por las tropas Carrancistas. Años antes, en 1907, el códice adquirido en París lo donó al Museo de Arqueología. Lo que vemos en la fotografía es el "Nopal Genalógico" cosa que en verdad es de llamar la atención, como se habían ya transformado las ideas, pues éste códice no es prehispánico sino que fue mandado hacer a mediados del siglo XVII.

Vemos las primeras águilas heráldicas que aparecen en el Códice. Este es el escudo del Imperio Español, de los territorios de ultramar, esto lo difereciamos debido a que el águila bicéfala sostiene, o abre, con sus garras las Columnas de Hércules, mito que existía de que era allí el confín del mundo y que la Corona Española traspasó y luego conquistó, de allí la idea de Territorios de Ultramar.

Aquí aparece toda una alegoría, recuerdo que el escudo de armas de la ciudad de México va custodiada por unos leones rampantes, creo así se llama en heráldica a los leones que aparecen a cada lado de la pieza central del escudo; pero en este caso custodian esa idea extraña de Estado e Iglesia, al centro el escudo del Reino de España con su águila bicéfala dentro de un recuadro del cual surgen dos torres. El poder total en pleno.

Un escudo más, en este caso de una genealogía, los Mendoza-Moctezuma: Andres, Juana, Diego y María. Aquí las águilas nos son un poco más familiares, puesto que aparecen ya de perfil y en un aspecto casi circular, que bien podríamos pensar en un primitivo escudo nacional así como ahora lo conocemos, pero aquí más bien se está interpretando, entre otras cosas, las ligas entre la presencia del águila bicéfala española y el águila mexicana de perfil.

Un águila más encontramos, en este caso encima de algo que parece fuera un tépetl, un pequeño cerro, esta vez el águila, que si bien no está parada sobre un nopal, sí está devorando una serpiente.

En este caso aparecen ya las interpretaciones heráldicas europeas totalmente integradas a los diseños tradicionales de los códices mexicanos, no me atrevería a hacer interpretación alguna de las simbologías que hay al centro, pero veo un águila a la izquierda y un león a la derecha, algo por demás curioso.

Y otro más, muy parecido al anterior pero que al centro lleva una rodela, o tal vez sea un chimalli, las flechas y esos mazos que los aztecas usaban. Nuevamente el águila y el león lo custodian. Ante todo esto me viene una pregunta y reflexión final... sabemos de que docenas, quizá centenas de códices fueron destruidos, quemados, anulados. Algunos de ellos fueron a parar a Londres, Oxford, Viena, París, El Vaticano, Madrid y Dresden. Este, el García Granados es de los pocos que regresaron a México, el lugar que le corresponde.

Esta imagen en donde no es un águila la que aparece, pero sí el Señor de Xilotepec va dedicada a mis buenos amigos de ese lugar.
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El tema es de lo más interesante, para leer más de él entra aquí:
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Un estudio de la Universidad de Oregon (en inglés) aquí:
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Revista Arqueología Mexicana:
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Sobre el asesinato de García Granados aquí:
Ya está disponible una edición digital del Códice:
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Nota: las fotografías las tomé de una copia facsimilar que editó el Colegio Mexiquense.

2 comentarios:

  1. No sabía que exictiran códices hechos después de consumada la conquista. Interesante dato. Gracias

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    1. Hasta donde sé, sobrevivieron 17, de ellos solo 2 en México, bueno esos dos los tuvieron que traer de Europa, los otros 15 siguen allá, en países como España, Francia, Inglaterra, Alemania, Austria e Italia. El día que te enteres de lo que que hizo el fraile, "padrecito" Landa en Yucatán te dará una idea de lo que fueron los abusos, culturales, en este caso. Saludos

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