viernes, 17 de mayo de 2019

Hacienda de San Antonio Ometusco, una descripción de 1899

 HACIENDA SAN ANTONIO OMETUSCO.
Propietario: D. IGNACIO TORRES ADALID.

En términos de la municipalidad de Axapusco, Distrito de Otumba, entre las estaciones del ferrocarril Mexicano, Irolo y Ometusco, se encuentra la valiosa y hermosa hacienda de campo de la que es propietario el señor D. Ignacio Torres Adalid , persona bien conocida y apreciada en México por las bellas prendas de su carácter. Dicha hacienda, que lleva el nombre de San Antonio Ometusco, está destinada al cultivo de cereales y del maguey, cuyas labores se practican en ella con máquinas apropiadas y modernas, obteniéndose en rapidez y producción el halagador resultado que obtienen todos los agricultores que abandonan el hábito de la rutina y entran de lleno en el progreso mecánico, como entraron todos los demás ramos de la industria humana.

  Posee la hacienda hermosos campos por los que cruzan algunos arroyos como el de Papalote, cuyas aguas se aprovechan para el riego, y colinas más órnenos acentuadas donde se escalonan vistosamente plantíos de maguey. Las tierras son de excelente calidad, especialmente en los llanos, donde crecen con lozanía los verdes tallos del maíz y la cebada, y miden una extensión aproximada de cien caballerías, ó sean 4.400 hectáreas poco más ó menos.

  Es sin disputa la hacienda San Antonio una de las más productoras y mejor atendidas en la comarca de los Llanos de Apam, debido al interés que su propietario tiene en mejorarla cada vez más, convencido de que todo gasto en este sentido aumenta el valor de la finca y la cantidad y clase de las cosechas. Estas alcanzan cifras interesantes: de dos á tres mil cargas anuales de maíz y ocho ó diez mil de cebada. El maguey produce también en la actualidad un buen rendimiento, pero contando la propiedad con gran número de plantas jóvenes es de creer que en pocos años duplicará la producción de pulque. Discurren por ciertos lugares á propósito de la hacienda numerosos ganados, vacuno, lanar, caballar y asnal, que constituyen otra fuente de riqueza con su multiplicación y productos.

   Guadalupe y La Presa, terrenos de la hacienda, por medio de un ferrocarril fijo y con un ramal al ferrocarril Hidalgo, quedando de este modo en condiciones de enviar á México fresco el pulque de su tinacal, en brevísimo tiempo. Además, su proximidad á las estaciones de Irolo y Ometusco, le permiten usar los ferrocarriles Mexicano é Interoceánico que se juntan en la primera de aquéllas.

   Habitan la hacienda como 1.800 almas, muchas de ellas peones que se ocupan en las faenas agrícolas de la misma y que se proveen, como podrían hacerlo en cualquier población importante, de cuanto necesitan, en la bien surtida tienda y almacén de la finca. Los edificios construidos en ella son muy notables y todos fueron edificados con ladrillo, siguiendo planos de buen gusto moderno, como puede verse en los grabados que ilustran estas páginas; especialmente la casa habitación, la tienda y el precioso templo católico, que podría figurar dignamente como parroquia en cualquier ciudad.

   Otro edificio de mérito es el tinacal donde, como se sabe, sufre la fermentación el jugo del maguey, llamado aguamiel, en recipientes apropiados, hasta hacerse pulque y ponerse en condiciones de entregarlo al consumo.  


Fuente:

Figueroa Domenech, J. Guía general descriptiva de la República Mexicana. Tomo II. Ramón de S. N. Araluce, México, 1899. pp. 318-322

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