¿Era esto una manera de manifestar el aburrimiento que se vivía en ese confinamiento habitual del silo XVIII? eso no lo sé, pero el caso me parece interesante, nunca antes lo había visto en los libros antiguos de los archivos históricos, en este caso el de matrimonios de 1766 en la parroquia de Santa Fe de Guanajuato.
Estamos (en este viaje por el tiempo) en la parroquia de Guanajuato, esa que era ¿o es? Colegiata y que está dedicada a Nuestra Señora de Guanajuato, es el año de 1766, el cura asignado a ese lugar es el Bachiller Don Juan Joseph Romero Camacho, el escribe (o su theniente, es decir, su secretario) en el libro de Matrimonios, al comenzar el citado año, que en Henero, con hache, como se escribía en ese tiempo se realizaba el primer matrimonio del año.... eso es lo de menos, lo interesante es lo que el señor cura hacía en su parroquia... veamos:
Los estados anímicos, más que mejor conocidos en estos días presentes por los que atravesamos de confinamiento, que muestra el Cura son notorios. Quizá era solamente una afición a la caligrafía que él tenía, o, como muchos de los libros que en la época se publicaban, cada que comenzaba un párrafo, regularmente se estilaba hacer una alegoría que incluyera la letra inicial, herencia de los incunables de la Edad Media.
Al ver otro registro, creo que más bien las alegorías caligráficas que se manifiestan no eran por parte del Señor Cura, sino de su escribano pues, ahora vemos en la imagen, que la E podía ser elevada a trazos prácticamente excelsos.
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