domingo, 31 de diciembre de 2017

El Bable, IX Aniversario

  Hoy, 31 de diciembre de 2017 cumplimos 9 años de publicar El Bable, esto representa 3 287 días y he logrado "subir" 3 253, es decir, me faltan 34 para decir que lo he hecho diariamente. A las 12:00, mediodía, eran 6'842,806 visitas, esto indica que para febrero de 2018 contaremos ya los siete millones de visitantes, a los que prefiero denominar como "lecturas", en el entendido de que muchos llegar aquí solo a ver las fotografías.

  Seguidores directos en el Blog son 690; en Facebook 1,277, en Google+ son un montón. He recibido 8,588 comentarios y los cinco artículos más vistos a lo largo de los nueve años son:

1.- Las monedas del bicentenario, 251,348 lecturas.
2.- Uriangato, la tienda de ropa más grande de México, 65,690 lecturas.
3.- Nido de Colibrí, 53,706 lecturas.
4.- El hospital abandonado de tuberculosis, 35,590 lecturas.
5.- Las dimensiones de la Península de Baja California, 32,464 lecturas.

 Mañana comenzamos con el pie derecho el 2017, para el 25 de enero presentaré mi libro, Haciendas de Salamanca y son varios los proyectos que están tocando a la puerta. En 2018 celebraré el Décimo Aniversario a lo grande.



sábado, 30 de diciembre de 2017

En el IX Aniversario de El Bable presentamos el libro Haciendas de Salamanca

  Cada 31 de diciembre hago un recuento de lo que fue el Bable en el año. He relatado aquí que ese último día fue un error, pues no sabía que la base de Blogger, el sistema que uso para publicar, estuviera basado en algún lugar de la California norteamericana, por ende el tiempo allá es de dos horas menos respecto al centro de México; pensaba lanzarlo el 1° de enero, siguiendo aquella tradición medieval de que todo se solía oficializar el día en que inicia un nuevo año. Han pasado ya nueve, dentro de ellos dos bisiestos, el número de artículos es enorme, el número de seguidores, comentarios y réplicas cada vez aumenta. Uno de los temas que más ha gustado y por el cuál tengo cierta fijación es el de las Haciendas, fue de allí que surgió un proyecto hace 6 años, es decir, luego de andar recorriendo lugares por México di con la interrogante de que, cuáles habían sido las haciendas de Salamanca, pocas respuestas encontré, comenzó así la investigación.

   Luego, quizá lo recuerdes, estando en Aguascalientes, justo un día como hoy, hace un par de años, publiqué algo que más o menos decía que mientras todos andaban en fiestas, posadas y cenas, yo estaba concentrando información. Publiqué luego mi frustración de no encontrar patrocinador y de lo riesgoso que representaba para mí hacer una inversión de un libro impreso ante las escasas utilidades que tendría; como quiera la idea de acabar el libro y publicarlo la mantuve y hoy puedo decir que el libro lo tengo ya.

  Esta vez, en lugar de cenas y posadas, mi tiempo fue revisar una y otra vez el formato, la composición, el tipo de encuadernación, averiguar precios y calidades de papeles, de gomas, de impresiones o reprografías. Revisar otra vez más, pues las faltas de ortografía me alteran. Hablar con quién sabe del tema, acordar procesos y asentar la idea ya bien clara de lo que será el libro. Las pruebas están ya hechas, el formato me agrada y va acorde a todo lo que durante nueve años he publicado en El Bable, así que, el 25 de enero el libro estará disponible. Solo aclaro una cosa, el tiro es bastante corto y cincuenta ejemplares están ya pedidos. Es edición de autor y, más aun, edición artesanal. La presentación-entrega será ese día mencionado, será en Salamanca, Gto., la fecha y el lugar lo anunciaré con la debida anticipación. El precio será de $ 350.00 pesos, no incluye gastos de envío.

  Si estás interesado en un ejemplar, favor de contactarme en el correo: oficina.utt@hotmail.com, necesito saber en que ciudad vives para calcular los gastos de envío. También me encuentras en Facebook como El Bable de Benjamín Arredondo.

viernes, 29 de diciembre de 2017

Una pulquería en el siglo XIX

  Se acaba 2017 y dejo, una vez más, un gran pendiente que tengo: beber pulque y, claro es, visitar una pulquería. Haré el propósito de lograrlo para el 2018 que ya nos está tocando a la puerta. Mientras ocurre, comparto esta breve y sustanciosa lectura:

  Los locales en que se venden y se sirven estos aguardientes de cactos no son exactamente tabernas -a las que se acude exclusivamente para beber- sino lugares de cita, plática, cante, alcahueteo, conspiración política y baile. En tiempos de Maximiliano las pulquerías estaban en su apogeo y era inconcebible imaginar una sin el rasguear de guitarras, bailarines improvisados entre la clientela y su china poblana: ¡gran institución!

  Entornemos los ojos e imaginemos un local nocturno iluminado con velas de cebo y hachones de trementina. En el fondo del cuarto hay barriles con letreros del tipo de bebida que contienen: el Bonito, el Refino, la Miel en Penca, los pulques “curados”. Sobre el mostrador en que se despachan las bebidas, hay grandes vasos, llamados “tornillos” “chivos, o “floreros”. Los parroquianos forman corrillo sobre el piso: sentados unos, en cuclillas otros, o bien de pie marcando con un cierto contoneo de codos y dedos los compases del “jarabe”. Los bailantes taconean recio en la madera del piso; otros, por falta de zapatos, hacen gala de la potencia de sus pies desnudos. Trenzan las piernas, tan pronto pisan con la punta del pie o del talón, inclusive, del tobillo. Se adelantan unas veces, retroceden otras. Se yerguen, se inclinan anudando las manos a la espalda. Cuando uno de ellos pone rodilla en tierra, el otro pasa la pierna por encima como brincando sobre su pareja.

Fuente:

Luca di Tena, Torcuato. Ciudad de México en tiempos de Maximiliano. Planeta, México, 1990, p.137

jueves, 28 de diciembre de 2017

Exposición de fotografías en la barda de Riama en Salamanca

   No podría afirmar que fue en las rejas de Chapultepec, por el rumbo del Museo de Arte Contemporáneo de la Ciudad de México, en donde esta costumbre comenzó pero es la primera que recuerdo haber visto: Tamayos (creo), fotografías de los principales actores de la Época de Oro del cine mexicano, otra más de Cantinflas... se volvería luego esta práctica institucional. Este año el tema fue el Gran Premio de México. En 2010, dentro de las muchas convocatorias que hubo, una de ella era de aficionados a la fotografía, Sentimientos de México se llamó, hubo luego una segunda convocatoria.

  Fue entonces, en la segunda versión, que los trabajos de los finalistas llegaron a Salamanca y se colocaron en la barda perimetral de la refinería de Petróleos Mexicanos, estuvieron allí un par de años, incluso hay uno de ellos que aun sobrevive, los demás o fueron vandalizados, robados, tirados o arrumbados.

  Mi sorpresa fue que, a finales de octubre de este año, fueron colocadas nuevas imágenes, esta vez relacionadas al Día de Muertos, trabajos muy buenos, por cierto. Y ahora, que paso de nuevo junto a la mencionada barda, la sorpresa fue aun mayor, pues fueron retirados los de Muertos para ser colocados los de tema Navideño. Aquí algunas tomas.

 (Nota aclaratoria: el nombre que uso en el título, el de Riama, si no eres de por estos lugares te parecerá extraño, se trata del acrónimo de Refinería Ing. Antonio M. Amor, como fue denominada la refinería de Salamanca.)