sábado, 6 de julio de 2019

De cuando se construyó la Ave. 20 de Noviembre, CDMX

  La Avenida 20 de Noviembre fue, en tiempos de Adolfo López Mateos, es decir, los sesenta del siglo XX, la entrada triunfal a la capital del país, pues era por ahí donde centenares de gentes se apostaban para dar la bienvenida a los distinguidos visitantes que, en visita oficial, llegaban a México. Tal fue el caso de Charles de Gaulle y John F. Kennedy, así como Joseph Tito... seguramente más, pero no recuerdo más nombres que los citados, el que la avenida desembocara en el Zócalo y, desde lo lejos se viera en toda su majestuosidad del Catedral Metropolitana era la apoteosis de esas entradas triunfales.

  Y fue para celebrar el XXV aniversario de la Revolución que se mandó hacer la calle a la que se le daría el nombre de la fecha de inicio del movimiento: 20 de noviembre pero, por motivos varios no se abrió justo el día del aniversario 25, sino hasta el año siguiente: 1936.

  El primer paso en la democión ha sido dado. Han caído viejas casas del México viejo. La Catedral, testigo de muchas transformaciones urbanas, luce ahora en la mayor perspectiva que le ofrece la nueva avenida recién abierta. A la izquierda del Palacio del DDF y a la derecha, las casas derruidas en cuyo solar se han de levantar más tarde grandes edificios modernos

   Continúa la piqueta demoledora trabaja con ahínco. El antiguo edificio de “el Puerto de Liverpool”, en la esquina de la callejuela y San Bernardo cae al paso de la moderna avenida. Es en el año de 1934, fecha que marca una nueva etapa de urbanización en México y en la cual, si bien es cierto que en nombre del progreso han sido derruidos edificios y rincones del México colonial insustituibles, también lo es que se ha dado a la ciudad ciertos aspectos no carentes de mérito.

  La mecánica demoledora no solo ha dado al traste con edificios sino también con calles enteras como la de Ocampo entre Uruguay y Venustiano Carranza –sur a norte-, totalmente desaparecida así como el edificio que la intercepta al norte. Con esta calle se han perdido ya para siempre muchos recuerdos del México de fin de siglo.

  Hay urgencias por abrir la nueva avenida que ha de ser una de las vías de descongestión de la plaza mayor, corazón de la ciudad. Se ha abierto la brecha de la República del Salvador en dirección al Zócalo. Sobre el cartel asoman las torres y la cúpula de al catedral. Los lotes vacíos que van quedando son utilizados provisionalmente como parques de estacionamiento.

   Casas y calles con fisonomía propia, llenas de recuerdos para los capitalinos, calles y casas asociadas a muchos sucesos que se desarrollaron en esta parte de la ciudad de México desaparecieron al paso de la avenida moderna. La fotografía de esta página muestran un tramo de calle que fue borrado totalmente así como el edificio en que se hallaban los populares Baños de San Felipe, conocidos y frecuentados por más de una generación del vecindario del sur de la Plaza Mayor.











Fuente:

México en el tiempo. Excélsior. México, 1946. pp. 61-64

No hay comentarios:

Publicar un comentario