Fue en marzo de 1958, un año después del "Año de Hidalgo", que se inauguró el Parque Museo La Venta en Villahermosa, capital del estado de Tabasco. Esto bien lo podemos anotar como la primera acción clara, decidida y contundente de preservar los vestigios arqueológicos que, ante el descubrimiento de mantos petrolífero y su consabida explotación y daño al medio ambiente, estaban por destruir los monolitos de la zona arqueológica de La Venta, en Tabasco.
"La Venta. Sitio arqueológico situado entre el río Tonalá y su afluente el Blasillo, en lo que fuera una isla, en el norte del Estado de Tabasco. Ahora el lugar está rodeado por un pantano. Allí han sido encontrados importantes monolitos de la cultura olmeca: altares de grandes bloques rectangulares que representan individuos o deidades saliendo de las fauces del monstruo de la tierra, llevando en sus brazos niños; cabezas olmecas colosales al parecer de niños o espíritus de las aguas llamados chaneques, representados en forma naturalista, hermosamente tallados; estelas monumentales y tumbas, una de las cuales está formada por grandes prismas basálticos conteniendo hermosos jades azulosos y translúcidos. La importancia de estos descubrimientos hizo que se tratara de sustituir el nombre olmeca de esa cultura por el de Cultura de la Venta. La exploración principal de este sitio la realizó el investigador norteamericano Matthew W. Stirling en 1939-1940". (1)
Y fue Carlos Pellicer quién, ante los descubrimientos de Pemex, inició el movimiento de rescate de las piezas: "Nació en Villahermosa, Tabasco, en 1899, estudió desde niño en la ciudad de México. A partir de la primera juventud combina los estudios con los viajes, primero a países de América Latina y después a Europa y Asia. Desde entonces la pasión por el viaje forma parte de su carácter y sus propósitos vitales. Como maestro su experiencia fue breve y satisfactoria. Como casi todos los escritores mexicanos prestó servicios en la administración de los negocios públicos: durante cuatro años fue director del Departamento de Bellas Artes. Su amor por la pintura y la arqueología lo llevó a especializarse en la museografía: varios de los museos más imaginativos y bellos del país son obra suya". (2)
No me queda la menor duda de que este parque y el de Uruapan, donde nace el Cupatitzio son los dos más bellos que hay en México, bien los podemos considerar como los precursores del concepto del "Theme Park", que ahora desarrollan Xcaret, Xel-Ha y varios más. Esa vez, cuando llegué a Villahermosa amenazaba tormenta, el último frente frío del 2013 estaba por entrar en el Golfo de México, así que, caminar bajo la llovizna por este parque fue un interesante experiencia, aquí las imágenes.
1.- Enciclopedia de México. Tomo VII. México. 1977. p.567-568
2.- Op. Cit. Tomo X. p. 195
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