La Catrina, esa caricatura de la muerte que todos conocemos fue creada por José Guadalupe Posada, su nombre original era el de Calavera Garbancera, esto debido a que "«Garbancera» es la palabra con que se conocía entonces a las personas que vendían garbanza que teniendo sangre indígena pretendían ser europeos, ya fueran españoles o franceses (este último más común durante el porfiriato) y renegaban de su propia raza, herencia y cultura", creo que ahora más que nunca esos "garbanceros" están presentes y alistándose a su Halloween.
Esa calaca, fue evolucionando al paso del tiempo. Lo que Posada creó fue la, digamos, cara de la muerte, esto al finalizar el siglo XX, para quedar en el olvido, durante varias décadas. Quizá primero fue debido al afrancesamiento de México en la primera década del siglo XX, luego por el movimiento de Revolución, y el triunfo de la misma no sería hasta ya casi por terminar la década de los treinta, cuando comienza el movimiento de arte nacionalista, impulsado, entre otros por Diego Rivera que es él quien revive a la Calavera Garbancera para ya con cuerpo y con el nombre de La Catrina en su espléndido mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda, cosa que ocurre entre 1946 y 1947.
Al paso del tiempo y con el impulso que por todo México (o casi) se le ha dado a esta festividad, La Catrina esta vez está más viva que nunca, y las fotos que ahora vemos son apenas las vísperas de lo que es la celebración de muertos en Salamanca, Guanajuato. Claro, con los tintes (desagradables) de la nueva invasión norteamericana, es decir del Halloween.
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