Sumamente bellos son los templos que hay en la zona periférica de la ciudad de México. En Morelos, Puebla y Tlaxcala el estilo barroco tomo tintes regionales y se volvió el de tipo Estucado, su influencia llegó hasta Oaxaca. Su característica es esa, el uso abundante de estuco, en el caso del templo en Tlaltenango, vemos además, que el estuco fue coloreado en rojo óxido y amarillo en el exterior y blanco y dorado en el interior.
Barroco estucado comienza a desarrollarse a mitad del siglo XVII, los ejemplos máximos que tenemos en México son en la Capilla del Rosario en Puebla, construida entre 1650 y 1690 y el Templo de Santo Domingo en Oaxaca, construido de 1623 a 1666. La gloria de este estilo se realiza en Tonantzintla, estado de Puebla, que comienza a construirse en 1690.
Los otros estilos que comprenden al Barroco son: el Talaveresco con abundante uso de azulejos tipo talavera, de allí su nombre. El Purista, el Tablerado, el Tristóstilo, el Salomónico, el Estípite y el Ultrabarroco. Para ver las descripciones de cada uno de ellos, entra aquí.
Conozcamos, pues, el templo de la virgen del Rosario en el barrio de Tlaltenango, Morelos. Aquí hay la consabida leyenda de que una vez pasó alguien por ahí, un ser misterioso, claro está, que venía del puerto de Acapulco en dirección a la ciudad de México, cargaba un baúl del que emanaban aromas y sonidos armónicos y deliciosos. Se hospedó allí, en Tlaltenango y al día siguiente desapareció, luego, al abrir el baúl encontraron la imagen de la virgen y desde entonces se le venera, era el año de 1720.
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