domingo, 11 de junio de 2017

Capellanías o la “Economía Espiritual” durante el Virreinato

  En 1729 el Diccionario de Autoridades, definía la Capellanía como la “Institución hecha con autoridad del Juez Ordinário Eclesiástico, y fundación de renta competente, con obligación de Missas, y algunas con assisténcia a las Horas Canónicas. Háilas colativas, perpétuas, y otras adnutum amovibles”. En términos más actuales encontramos que “Fundamentalmente eran obras pías instauradas en la Iglesia Católica, mediante las cuales el fundador, generalmente una persona acaudalada, dejaba en su testamento una cantidad de dinero que se ponía en renta, para que con las ganancias se pagara la realización de un número determinado de misas por la salvación de su alma.

  "De origen medieval, las capellanías tuvieron gran auge en España, Portugal y sus reinos en América durante los siglos XVI, XVII y XVIII. En esto tuvo mucho que ver la cultura del barroco que hizo énfasis en la muerte, el Purgatorio y la salvación del alma. La contribución de los laicos en las donaciones de capellanías y obras pías y en las fundaciones de capellanías fue muy importante, creando una estructura de apoyo y solidaridad mutua, intentando asegurar no sólo el bienestar del donante en el "más allá", sino además, el de su familia y allegados en el "más acá". (Wikipedia)

   Dicho en otras palabras (más sencillas y directas: el miedo creado por la Iglesia fue de tal magnitud que, si para algo servía el dinero, qué mejor que para comprarse la paz y, en todo caso, un breve paso por el purgatorio. Y aquellos que tenían el capital suficiente llegaron a pagar no solo una docena de misas de por vida (en la muerte o hasta que la Capellanía se agotara) sino hubo quien se mandó decir 50 misas al año... o cien.

  El tema es sumamente interesante, para leer más, entra aquí.

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