viernes, 8 de junio de 2018

El mito de la descendencia francesa en los Altos de Jalisco

  Esos mitos que hay, no solo en la zona alteña de Jalisco, sino también por los rumbos de Cotija, Michoacán o Apaseo en Guanajuato, seguramente en otros rumbos del país, acerca de los llamados “güero de rancho”, que lo liga a la segunda intervención francesa que hubo a mitad del siglo XIX en la que se cree que muchos de los invasores desertaron y se afincaron por diferentes distritos, la mayoría en zonas rurales y que dejaron su descendencia con las características de cabellos rubios o casi rubios, ojos azules o verdes, pieles claras, y complexiones diferentes a las tradicionalmente catalogadas como “mexicanas” (mestizas) no es más que un mito, mito que con el paso del tiempo ha ido aceptándose por muchos como una cosa histórica.

  Pensaba lo mismo, que todo “güero de rancho” que vemos es descendiente de la mencionada desbandada pero, cuando hice el comentario, andando justo por Los Altos, alguien me refirió a lo sucedido entre 1530 y 1540, 1550, cuando ocurrió un episodio llamado la Guerra del Mixtón; luego de leer algunos relatos de los hechos, entendí mejor cual es el origen de estos güeros; ahora que tengo acceso a la monumental obra del maestro González-Leal encuentro mejor fundamento aun, el cual dice que:

  “Como puede verse, no representa, en estricto rigor estadístico, ninguna contribución importante la sangre sefardita a la totalidad de la población criolla de los Altos de Jalisco. Menos aun ocurre con la sangre francesa, que a veces se suele mencionar también como clave de las características somáticas alteñas. En Lagos hubo, en la segunda mitad del siglo pasado, contadas familias francesas que se establecieron sin dejar numerosa descendencia, como los Soiné y los Arnaud, pero tratase de familias que de ninguna manera se extendieron a los demás poblados ni multiplicaron sus vástagos. En el virreinato no existe un solo caso de avecindamiento francés en la región, y tampoco quedó allí población francesa luego del Segundo Imperio.

  “Esa región… en sus características cosas conserva todavía –dice el Dr. Jesús González Martín- algún lenguaje cervantino: la palabra mercar, etc.; lenguaje que uno lee en el Quijote. Y la comida: el cocido, el arroz y una serie de cosas españolas; el tipo de quesos, y todas las cosas típicamente españolas las recrea uno en esa región que conserva esas características raciales, de las cuales se decía, irónicamente, que era así porque allí había perdido un regimiento francés. Ahora, que eso no es verdad, dado que ahí los franceses estuvieron solo ocho meses, y únicamente estuvieron allí los zuavos argelinos que eran polacos, alemanes, etc., todo, menos franceses; únicamente los oficiales eran franceses. ¿Qué cómo fue posible que allí quedó solo la población española? En seguida, el doctor González Martín se refirió a las circunstancias históricas derivadas del Mixtón […].

  “Por lo absurdo y pintoresco, citaré aquí solamente que una de las argumentaciones que se han esgrimido, y hasta por escrito, sobre el pretendido origen francés de la población alteña, es que en la plaza de armas de Atotonilco el Alto hay construcciones de influencia arquitectónica francessa, de principios del siglo XX y fines del XIX y que en la región abunda el apellido Franco.

  Por otra parte: si las características somáticas se hallan perfectamente definidas en la región alteña desde el Virreinato –como lo evidencian los retratos al óleo que existen de personajes locales del siglo XVIII-; si suman millares las informaciones que el Archivo de la Mitra neogallega conserva sobre la ascendencia española de todos los alteños del Virreinato; si todos los apellidos regionales son españoles y son evolución o simplificación de los mismos que existieron durante esos siglos; y si no se conserva ni siquiera un elemento cultural francés o galaico, en oposición a los centenares de elementos culturales, somáticos, folclóricos lingüísticos, sociológicos y –sobre todo- histórico-genealógicos que proclaman la procedencia española ¿con qué base sostienen aún algunos que el alteño desciende de franceses?

Fuente:

González-Leal, Mariano. Retoños de España en la Nueva Galicia. Tomo I. Gobierno de Jalisco. Guadalajara, 2010, pp. 360-361

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