Hace cuatro años estaba en mi larga convalecencia, luego del accidente que sufrí en el maravilloso lugar llamado Semuc Champey, el tiempo era largo, regularmente acostado o en la silla de ruedas, así que, ese tiempo me bastaba para leer, entre otras cosas El Universal y Reforma de cabo a rabo. Me entretenía mucho con los anuncios clasificados, era como el postre luego de la primera plana y la cultural, la de deportes y sociales e iban directo al tacho (como dicen en Argentina). Leyendo esos infinitos anuncios aprendí que hay una palabra, nueva para mi, llamada cambaceo. Ahora, caminando por las calles de Salamanca encuentro un anuncio en donde dicen de un visiteo. Una aportación más para el destrozo de la lengua que varios cientos de millones hablamos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario