Una vez más estamos en casa, en Salamanca. Esta vez para ponerle atención al profundo significado religioso en una parte que tal vez, si no eres buen observador, no le has puesto la debida atención; pero si las has notado, ahora te darás cuenta de lo que allí se encierra dentro de las exposiciones teológicas o, en todo caso, evangelizadoras que representan los templos antiguos en sus decorados interiores. Arquitectónicamente se denominan pechinas y se definen como "cada uno de los triángulos esféricos que permiten la transición de una cúpula, de planta circular, a la estructura sustentante, de planta poligonal". En la fotografía vemos la totalidad de una de las cuatro pechinas del templo de San Agustín, en ella, el personaje en rojo es San Jerónimo.
Vemos ahora a San Agustín, el cual cierra ese cuadrángulo de exposición que hay en las pechinas. Por cuadrángulo me refiero a que, viendo al frente de nosotros al altar mayor, encontramos hacia la izquierda la primera de las pechinas, la que comienza el relato de lo que se nos quiere transmitir en esa doctrina artística, en este caso se comenzaría con San Jerónimo, sigue San Ambrosio de Milán, luego San Gregorio Papa y cierra con San Agustín de Hipona, todos ellos Padres de la Iglesia Latina.
No dudaría que la distribución de estos Padres estuviera relacionada a sus nacimientos, es decir, que llevan un orden cronológico pues todo lo que se dispone como decorado dentro de un templo antiguo lleva siempre un orden y una razón muy concreta de estar allí. Por antigua me refiero a las que tenemos en México construidas del siglo XVIII hacia atrás. Vemos en la pechina a San Ambrosio.
"En Salamanca existen en esos sitios unas pinturas que los representan, fueron ejecutadas ya en el siglo XX, pero es muy probable que sean reposiciones de otras que existieron y se deterioraron en los siglos precedentes. Para el agustinismo es casi obligada su representación por el papel que entre ellos ocupa el santo fundador. Su ubicación bajo el tambor de la cúpula que da luz al espacio central de la iglesia , se relaciona simbolicamente con el papel intelectual y didáctico de estos paradigmas de sabiduría teológica, son la luz que aclara el camino de la salvación". (1)
Estamos ahora en el Santuario del Señor del Hospital, templo diseñado en 1888 por el ingeniero inglés Ernest A. Barton bajo los cánones más depurados del diseño en boga: el neoclásico. El interior del templo fue decorado, en cuanto a la pintura tipo tapiz en las paredes por el sacerdote francés Ives Grall y los trabajos de pintura fueron hechos por el maestro Candelario Rivas, quizá las pechinas fueron, si bien diseñadas por Candelario, ejecutadas por su hijo, José Rivas.
En estas pechinas se están mostrando a los personajes más importantes de la pasión de Nuestro Señor. Siendo este un templo dedicado al culto y devoción de Cristo, la doctrina que se nos está mostrando es la que San Lucas evangelista escribió, específicamente los pasos de la Pasión, representada por los 5 lienzos a lo largo del templo; la Muerte, presente en los dos lienzos del altar mayor y el Cristo Negro en su camarín y la Resurrección, plasmada en la pintura de la cúpula.
Vemos así en la primera pechina a Nuestro Señor, luego a María, en su advocación de la Dolorosa, ahora vemos a San Juan apóstol y en la siguiente veremos a María Magdalena. Estos trabajos de pintura artística fueron elaborados entre 1920 y 1924.
Lo más común que vemos en las pechinas son representados a los cuatro Evangelistas, pero, en el caso de los templos de Salamanca, en los que se ubican en la zona centro, los cuales son los más antiguos, no existe tal representación.
Estamos ahora en el templo de la Santísima Trinidad, mejor conocido como Parroquia Antigua. Aquí no encontramos ninguna pintura en las pechinas, sin embargo el espacio es igual aprovechado para la doctrina con un texto tomado del evangelio de San Juan en el pasaje de la samaritana, específicamente el 4:24, esta escrito en latín. En la primera pechina leemos: SPIRITUS EST DEUS. Dios es espíritu.
Quizá en el decorado original de este templo hubo alguna pintura ocupando el espacio de las pechinas, ese dato no lo tengo, lo que ahora leemos es ET EOS QUI ADORANT EUM: Y los que lo adoran...
IN SPIRITU ET VERITATE: en espíritu y en verdad... Esta fue la parroquia original de Salamanca, se terminó de construir, sin ornamentos, en 1690, para el siglo XVIII fue decoradoen su exterior, luego fue abandonado durante algún tiempo, a pesar de ser una belleza en su portada e interior, durante buena parte del siglo XX no fue atendido, cuando dejó de ser Parroquia se vino abajo, de allí el nombre con el que sigue siendo conocido hoy día: La Parroquia Antigua.
Y la frase concluye: OPORTET ADORARE: es necesario que adoren. Sobre esta frase se han hecho muchas conclusiones, habla mucho sobre la idea de adorar a Dios en terminos reales y sin fanatismos: Dios es espíritu y los que lo adoran en espíritu y en verdad, es necesario que lo adoren. Si el tema te interesa, da en el buscador Juan 24.4 y verás la cantidad de información que encontrarás.
Ahora estamos en el Templo de Jesús Nazareno, el que conocemos mejor con el nombre de Las Tres Caídas. Construido en 1840 no fue hasta finales del siglo XIX y en la primera década del XX que se comenzó a decorar. En este caso fue también el francés Ives Grall quien diseñó la pintura decorativa. La pintura propiamente fue obra del artista local Zeferino Rico.
Vemos aquí una influencia conceptual desarrollada por Candelario Rivas en El Señor del Hospital en el que maneja, por un lado la dualidad y el equilibrio, y por el otro la representación de los mismos cuatro personajes. Jesús, María, Juan, Magdalena.
Por equilibrio y dualidad entiendo que hay dos personajes masculinos y dos femeninos, distribuidos alternadamente.
Si bien esta Magdalena no es del todo atractiva, sí lo son los otros tres personajes, los cuales, creo, son los retratos mejor logrados dentro de toda la pintura de Rico elaborada en este templo de Las Tres Caídas.
Llegamos al Santuario de Guadalupe, templo del que hay la menor información entre los seis que se ubican en el centro de Salamanca y cuyas pechinas estamos viendo el día de hoy. Aquí se ubicó originalmente una capilla en honor a San Juan Nepomuceno, luego se erigió en Santuario Guadalupano, quiero pensar que esto sucedió luego de 1756, fecha en que fue oficialmente nombrada Patrona de toda la Nueva España.
No creo que los trabajos de pintura en las pechinas, y en general la pintura decorativa del templo sean tan antiguas, desconozco cuando se comenzaron a hacer las remodelaciones a este templo, como quiera, la doctrina que marcan las pechinas son las apariciones de la virgen de Guadalupe, la primer a Juan Diego, la segunda cuando, a pesar de cambiar de rumbo se le aparece...
Y por último el conocido como "Milagro de las rosas", cuando lleva del Tepeyac las rosas como muestra de la voluntad de la virgen de construir allí un templo para su adoración... creo que nos queda bien claro como es que se aprovcha este espacio arquitectónico para contarnos un relato, recordemos que antes era poca, muy poca la gente que sabía leer y en los templos había el recurso de la imagen para llevar a cabo la doctrina y evangelización.
Por último llegamos al templo más antiguo y el que ha tenido varias remodelaciones a lo largo de sus más de 450 años de existencia, ahora lo conocemos como El Expiatorio, fue originalmente la capilla de la Asunción. En estas fotografías el trabajo de pintura dentro de las pechinas no es del todo claro.
Aquí lo que estamos viendo es una serie iconográfica de la Eucaristía, la razón es principalmente una, que en este templo está en exposición permanente el Santísimo Sacramento. Por otro lado, recordando que una de las tradiciones más arraigadas en Salamanca es la fiesta de la Octava de Corpus, fiesta dedicada, precisamente al Santísimo Sacramento, entenderemos mejor la razón por la cual las pechinas de este recinto están decoradas con esas alusiones.
Así pues, concluimos la visita de las Seis Casas, nos faltó una para llegar al número 7 y todo su profundo significado, pero si a significados nos vamos, hoy hemos visto el que tienen las pechinas en los templos. Tenemos un motivo más para ponerle atención cuando andamos por allí, recorriendo los templos en otras ciudades...
Referencia:1.- De Santiago Silva, José. El templo de San Juan de Sahagún en Salamanca. Ediciones La Rana, Guanajuato, 2004.
hola ojala pudieras fechar la pintura en la que esta juan bernardino porfa saludos!
ResponderEliminarTengo entendido que todo el trabajo decorativo del Santuario de Guadalupe corresponde al último cuarto del siglo XIX, pero no tengo la fecha precisa.
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