viernes, 13 de abril de 2012

Los restos de la vía del tren de Marfil, Guanajuato.

Fue en 1880, aproximadamente, cuando Guanajuato entró a la modernidad de las comunicaciones, al abrirse el ramal del Ferrocarril Central Mexicano de Silao a Guanajuato, con una escala en el pueblo minero de Marfil. Fue así que el acceso a la capital del estado se hacía más fácil, la Diligencia siguió en funcionamiento pero pronto suspendería el servicio al ser más rápido, cómodo y eficiente el tren. Entrado el siglo XX el tren siguió siendo el medio ideal de comunicación, pasajeros, carga y correo se movían por esa, entonces, moderna vía. Y a su lado el fiel compañero de todo tendido férreo, los cables del telégrafo.

En las proximidades de Marfil el tendido se volvió complicado pues se estaba ascendiendo ya a la sierra y en consecuencia hacían su aparición cerros, colinas, bajadas de agua. Hubo la necesidad de dinamitar algunos puntos, como el que vemos en la fotografía, para dar libre paso a las vías. Y eso es ya parte de la historia, el ferrocarril no llega más a Marfil ni a la ciudad de Guanajuato, y lo que fuera la vía, se convirtió en una calle; aprovechando que ya existía un terraplén y que eso facilitaba en mucho su construcción.

Son pocos los vestigios que quedan en ese tramo, el tren en Guanajuato pasó a la historia. Sobrevive este punto de vigilancia, antes de la cerrada curva de acceso a Marfil.

Y del tendido de vías, poco queda; alcanzamos a ver partes de lo que fueron los terraplenes, de pronto aparecen unos rieles o unos durmientes, indicándonos que por allí fue el paso de este tan importante tren que corría desde Silao hasta Guanajuato.

Y para salvar los ríos que antes, hace muchas décadas, llevaban agua, se construyeron, evidentemente, puentes con la tecnología del momento, ya no puentes de piedra como el que alcanzamos a ver al fondo, que era del Camino Real y que sigue en uso en la carretera de acceso a Marfil, sino de fierro, puentes de lo más moderno que entonces había, el fierro.

Y caminando por allí, en busca de los vestigios del tendido férreo, encontramos este que supongo será un altar, aunque no hay imagen alguna, tampoco la habitual cruz, pero, por su forma lo imagino... aunque igual podría ser una toma de agua.

Del río no queda más que su recuerdo, creo que se llamaba Guadalupe, pero no estoy del todo seguro, es antes de entrar a Las Teresas...
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"3 de marzo de 1882.- Está casi concluido en esta fecha el terraplen del ferrocarril entre Marfil y el puente del río Santa Ana; y contal motivo se traslada el campamento a pie de la cuesta de Aguilares para continuarlos rumbo a Silao. Comienza a la vez a abrirse los cimientos de una gran puente que se colocará sobre el mencionado río, cimientos que costarán mucho trabajo, pues no pudo lograrse en largos días agotar el agua de las escavaciones para sentar las primeras piedras de los pilares hasta que se hizo uso de una bomba de vapor. Siguen los trabajos hacia el rancho del Capulín componiéndose en ese tramo toda la vía de una sucesión no interrumpida de tajos y de terraplenes, muchos de estos de enorme tamaño".

Si reconoces el rumbo, te darás cuenta de que voy de Marfil rumbo a Silao; muy cercano a la carretera encuentro los primeros rieles que indican que por allí, efectivamente, iba la vía del tren...

Los remanentes de la estructura del que fuera el puente de fierro...
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"19 de octubre de 1882.- Queda armado el magnífico puente de fierro que atraviesa el río Santa Ana, cerca del antiguo de piedra por donde pasa el camino carretero". La inauguración del ramal Silao-Guanajuato del Ferrocarril Central Mexicano se inauguraría con gran solemnidad y pompa el 21 de noviembre de 1882.

y remanentes también de los terraplenes por donde se colocaron los durmientes y encima los trenes...

No lejos del puente del río Guadalupe, hay la bajada de un arroyo, también seco ya, y vemos otro puente más sencillo...

Y de pronto el tendido desaparece debajo del pavimento de la carretera...

Y vuelve a aparecer a un kilómetro de distancia, pero ya en uso, pues es allí en donde el tren sigue funcionando esporádicamente, según las necesidades de la planta Siemens; allí se fabrican transformadores eclécticos de gran tamaño, tan grandes como que uno sólo ocupa toda la plataforma que vemos, más aun, tan grandes como los que hay en la parte alta...

Y es esto lo que queda en funcionamiento del ramal del antiguo Ferrocarril Central Mexicano, que ahora, para uso industrial, funciona por estos rumbos para dos plantas, una la Siemens, que es la que vemos, la otra para la General Motors, que está a unos 7 kilómetros más adelante.

Desde este punto alcanzamos a ver al fondo el pueblo de Marfil, pero es en la actualidad este el punto hasta donde hay servicio, no regular, solo cuando la fábrica lo requiere...

Me será imposible quitarme ese gusto tan especial que siento al caminar a lo largo de las vías... lo hice durante toda mi infancia... me remonta en el tiempo...

Nota: Lo entrecomillado viene del libro del padre Lucio Marmolejo, Efemérides Guanajuantenses, 1883.

2 comentarios:

  1. Lo deberian convertir en una Via Verde como lo que hacen en España, Estados Unidos y otra en Jalisco.

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  2. Grax.....por Ilustrarme.

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