En el amplio y bello patio del antiguo hospicio de Betlemitas de la ciudad de Guanajuato, conocido lugar por el Viejo Hospital de Belén; el lunes 6 de junio de 1960 a las 11:10 de la mañana descubrieron a más de 2 mts. de profundidad los pilares de la preciosa arquería colonial de este histórico edificio, centro activo de caridad y de beneficencia en plena época de la Colonia en lo que antaño fuera Villa de Santa Fe Real y Minas de Guanajuato. El historial de este lugar pleno de hechos inconmovibles en la vida social de Guanajuato, se remonta hacia los albores del siglo XVII y se le conoce en las páginas protocolarias por “un sitio a la salida de esta villa que fue de haciendas denominadas del beneficio de sacar plata por azogue y fundición con las tierras de cuadrilla… conocida por el nombre de Hacienda de Cervera… siendo uno de sus más antiguos dueños y poseedores don Francisco de Cervera Ceballos, minero que fue de este Real… quien caó con doña Isabel Pérez Malo, mujer legítima de dicho Dn. Francisco Cervera Ceballos, falleciendo ésta el 29 de agosto de 1622 (1) fue madre de Maximiliano de Cervera y de doña Josefa de Cervera. Se empezó a desmembrar este importante centro minero establecido en pleno corazón de la ciudad entonces Villa, el 4 de junio de 1686 dejando de pertenecer a los Cervera, para convertirse más tarde en Convento y Hospicio de Betlemitas.
En carta fechada el 26 de marzo de 1727 que Fr. Lucas de San José, Vice Prefecto General del Sagrado orden de Nuestra Señora de Belén, envió al muy Ilustre Cabildo de Santa Fe de Guanajuato, pidiendo se le proporcionara sitio para construir convento “para servir a sus prójimos en las aras de la Religión, de esta manera se convirtió en convento, anexo al templo de Belén que aún existe; más tarde Hospital, el primero que tuvimos, y ya en este siglo dio albergue a varias oficinas públicas y al Monte de Piedad y desde hace como 15 años a la Presidencia Municipal y a la Inspección de Policía que todavía sigue allí.
Se rumora –lo estamos investigando- que debajo del edificio hay otro templo anterior al que ahora existe, que estuvo comunicado por medio de los túneles subterráneos que van de la iglesia de la Compañía, con la Alhóndiga, pasando por el Convento de Belén. Estos túneles, como se sabe todavía existen.
…[al parecer la continuación del texto no concuerda lo escrito en la primera plana con lo que aparece en la página 3, como quiera es más que entendible el punto hacia donde va la crónica] con el cuarto voto que profesan de la hospitalidad de todo género de enfermedades, por esto admite en sus enfermerías sin distinción de colores… por esto se aplica a curar de todas las enfermedades… a sus mayores alivios… curar solo aliviar a sus enfermos, se aplica conforme a educar los niños en los primeros rudimentos de nuestra Santa Fe, enseñando con perfección sus talentos con cristianas virtudes, las utilidades tan necesarias a la república como la lectura y la pluma. Estando ya patentes a la soberana comprensión a V.S. nuestros deseos con todo juicio, ajustadas las utilidades que resultaron en nuestra fundación a esta nobilísima Villa y a sus hijos. Resta solo para consumación gloriosa de obra… a todas luces del divino servicio y bien de los pobres que a V.S. se aplique con generoso aliento a señalarnos competente sitio y ayudarnos y coadyuvar, con los señores mineros a la fábrica de las enfermerías quedando a solicitud en las minas el sustento de sus operarios y pobres y derechos religiosos y asegurados en la providencia de Dios (2).
El 29 de abril, habiéndose reunido el muy Ilustre Cabildo, integrado por don Miguel Gordillo del Toro, Alcalde Mayor y Teniente de Capitán General de la Villa de Santa Fe de Guanajuato; Don Francisco Bluet Higuiño, Alférez; Domingo Prado de Berástegui, Alguacil Mayor; Francisco de Llanos, Depositario General; Miguel de Victoria Figueroa, Fiel Ejecutor; no concurriendo el Regidor, don Francisco Matías de Busto, por encontrarse enfermo, se discutió la petición en el seno del Cabildo y se acordó que para fundar el Convento con el título de Nuestra Señora de Belén, se destina un sitio en un paraje que está a la salida de esta Villa corriente del río abajo, donde fue Hacienda de Minas que llaman de Cervera, y por bien de esto se embargó y formó concurso de tenedores, cuyo más tiempo de treinta años pasaron a la Real Audiencia de esta Nueva España sin que se haya perdido de corriente las tierras que son afectas a la dicha Hacienda… tierras confinantes hasta la de los herederos de don Nicolás de Busto y Jerez y don Antonio Sánchez Salgado, estando pronto dicho Sr. Alcalde Mayor y Capitular a coadyuvar y solicitar personalmente el mayor fomento de la misma para principio, y después para continuar de conseguir tan santo fin… el que desempeñado (como se espera), esta Villa a las cargas y obligación con que se haya causado por la fábrica de Casar Reales(que antes no las había sus propios, hace este cabildo unas regulas y completando a continuación perpetua lo que sea doble…” 3.
Donación: Digo yo Doña Isabel Hurtado de Mendoza, madre del Mariscal de Castilla que en dono graciosamente, por la parte que a mi toca y tocar pueda como 60 varas de sitio poco más o menos, de la Hacienda de labrar metales que llaman de Cervera, por la parte del río y cerro en que está la capilla de San Roque, a la Religión de Nuestra Señora de Belem par la obra tan piadosa de fundar en él un hospital de curación en la villa de Guanajuato; y para que así conste en todos los tiempos doy el presente en 29 días de agosto de 1727 en México. Doña Isabel Hurtado de Mendoza. Días antes, el 25 de agosto el virrey de Lara de Acuña, marqués de Casa Fuerte, expidió Real Despacho para que con este título pasase a fondos a ella (la Villa de Santa Fe de Guanajuato) Hospital hospicio… que conforme a su instituto se dedicase no solo a la asistencia y curación de los pobres enfermos, sino también a la educación y enseñanza de la puerilidad en primeros rudimentos teniendo escuela donde fuesen doctrinados respecto de haber dichos religiosos condescendido a ello… ponderando lo útil y necesario y conveniente que era dicha fundación al servicio de ambas, apestado y beneficio de la causa pública, pues componiéndose la villa de más de 40,000 personas de todas calidades y esferas… la mucha forastería de indios y gentes miserables que indecentemente acuden a la labor y beneficio de las minas, cuya tarea y recio trabajo ocasionaban repetidos quebrantos de salud… no siendo menos lamentable el que los párvulos carecieran de la precisa enseñanza en un lugar que siendo su vecindad tan innúmera de familias ilustres y gente pobre no les será posible a unos por defecto de facultades y a otros por omisión, o no querer apartar de sí sus hijos porque sin la vista y sujeción de sus padres, no se les pidiese remitirlos a las escuelas de esta corte…”. En el mismo despacho se autorizó un Oratorio y el Hospital y para la fábrica de la Iglesia y Convento hasta que se obtuviera la licencia de S.M.
El 30 de septiembre de 1727, don Miguel de Victoria Figueroa, Regidor, Fiel Ejecutor de Guanajuato, a nombre del Alcalde Mayor, don Miguel Gordillo del Toro, que se encontraba enfermo, dio cumplimiento al Real despacho. Pasó con el Rdo. P. Fray Francisco de la Asunción y don Juan Pardo de Berasategui, Teniente General del Alguacil y de mí, el presente escribano Juan Fernández de Seim. Se da posesión “caminamos afuera de esta Villa, río abajo a la margen de la mano derecha de él, pasada la Hacienda de minas que fue de don Francisco Cervera Ceballos, en el punto y rincón que llaman el Zapote, en… vuelta que hace dicho río mandó que Cristóbal de la Encarnación y José Hernández, maestros alarifes, midiesen de frete y fondo… y habiendo echado a cordel desde su crestón que hace de la parte de atrás de dicha casa de don Pedro de Otero el río abajo con pendiente mucha parte de dicho río por la vuelta que hace hasta llegar a otro crestón de cerro se halla haber 101 varas de frente y después medido el fondo halló tener para la parte de arriba de San Roque 9 varas que se incluyen los jacales siguientes: Jacal en que vive Inés Eulalia viuda de Santiago Anaya y solar de seis varas que compró a los herederos de dicho Francisco de Cervera… Jacal en solar comprado que pertenece a María Anaya, otros dos jacales en que viven distintas personas quienes dijeron estar reconocido en dos reales de paga en cada mes al Prbo. Don Juan José de Sopeña… a don Juan Macsimiliano de Cervera en quien reconocí el dominio de haber caído en ellos el derecho de don Francisco Cervera y en dueños de tres jacales comprado, se hallan y dicen que estaban prestos a desocuparlos pagándole lo fabricado… hallándose presente dicho Br. Don Juan José de Sopeña y échole saber yo, el Escribano, lomandado por el dicho Sr. Ecmo., y auto proveído en su obedecimiento por el Sr. Alcalde Mayor y otro lo leyó, dijo que en conformidad de la reserva que en dicho auto se expresa por ser sin perjuicio de su derecho, por el importe que deba valer dicha parte y tierra, no tenía que decir en contra de la posesión que se intentaba dar al dicho Rdo. P. Francisco de la Asunción, por la cual por no haber habido otro ningún tercero… don Miguel de Victoria y Figueroa mandó a dicho don Juan Pardo de Berasategui meter en posesión de dicha parte de el Zapote así en parte de 101 varas de frente y 97 de fondo con en todo lo demás de uso… con lo cual dicho Teniente General de Alguacil Mayor, cogió por la mano a dicho Rdo. Padre Fr. Francisco de la Asunción, tal Comisario Procurador de su Religión, en nombre de ella, (de la mano) entró en algunos jacales y abrió y cerró las puertas y después fue hasta la orilla del río donde se puede cortar dicho cerro… y dicho Padre arrancó y tiró piedras e hizo otros actos de posesión verdadera actual y corporal (4).
Así termina el valioso documento que guarda celosamente el Archivo Histórico de Guanajua. En septiembre de 1728 la Gazeta de México, p.78, informa lacónicamente la terminación de las obras del Hospicio de Betlemitas en los términos siguientes: “Quédase finalizado en este lugar (Villa de Santa Fe de Guanajuato) el convento y hospicio de los Betlemitas, que se fabrica a expensas de la Villa, con obligación de Escuela para niños pobres y de enfermería para desvalidos”.
El edificio colonial del Hospital de Belén que actualmente está siendo restaurado cuidadosamente ha sufrido en el transcurso de más de dos siglos el impacto terrible de las inundaciones motivo por el cual fueron subidos de nivel sus antiguos pisos, al respecto dejó asentado el padre Juan de Dios Fernández de Sousa en su valiosísima Carta Consolatoria, pag. 116, al hablar de la horrenda y espantosa inundación del 5 de julio de 1760. “Siguió su precipitado raudal su curso por la calle de Belén, continuando averías hasta entrarse con mayor furia a la Casa de la Caridad, al Refugio de Pobres, a los Pórticos de la Sagrada Piscina que en las plantas de misericordia, planta riega y fecundiza el Convento de Religiosos Betlemitas, cuyas enfermerías, iglesia y escuela de niños, derribó por los cimientos. Los religiosos en tal aprieto, anteponiendo a su vida el último empeño de su sagrado instituto, intervinieron el orden debido de la caridad: defendiéndose de si propios, solamente cuidaron de los pobres enfermos, que en aquel domicilio yacían; y despreciando el róximo peligro que amenazaba a todos, realzaron su caridad ofreciéndose a la muerte por librar de ella a sus amados olientes. Entrándose por el agua, mudaron estas prendas de su espiritual amor a una sala destinada al truco, juego que servía de diversión a la Comunidad…”
Abundan muchos hechos históricos que engrandecen al viejo hospital de Belén, en el transcurso de los muchos años que lleva de existencia, aún no ha sido defraudada la intención de sus fundadores, actualmente el C. Gobernador del Estado, Dr. Jesús Rodríguez Gaona y el Gobierno Federal, restituyen a su prístino esplendor el edificio creando un gigantesco Centro Escolar, con este motivo dieron principio las obras de restauración el día 2 de mayo de 1960, corre al frente de las mismas el ing. Arq. Enrique Aragón Echegaray, quien tuvo la feliz suerte de descubrir las columnas, primorosa arquería colonial del vetusto claustro conventual de Nuestra Señora de Belén, ésta arquería ornamentada de primorosa cantera rosa de principios del siglo XVIII nuevamente vuelve a esplender, ya que sería un crimen de lesa cultura dejarla nuevamente sepultada en la humedad e incuria. Guanajuato recuperará así una más de sus valiosas joyas arquitectónicas perdidas con el devenir de los siglos. Al inaugurarse el gran Centro Escolar que iluminará con la flama perenne del saber, y a través del cual Guanajuato seguirá siendo el paladín de la cultura.
Referencias: AHG. Actas de Cabildo, f.40 y siguientes.
Fuente:
Prof. José Arena S. Estado de Guanajuato, Año XVIII, No. 861, del 11 de junio de 1960, pp. 1-3
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