lunes, 9 de abril de 2018

De cuando una hacienda cañera fue rifada. San Diego de Atihuayan.

  A lo largo de estos casi diez años de diaria publicación en El Bable, el tema de Haciendas ha sido recurrente. En él he encontrado todo tipo de información, más allá de la historia de sus propietarios y vicisitudes, de costumbres, tradiciones, eventos un poco raros o insólitos, de personajes que en alguna de ellas vivió, pero esta vez topamos con algo por demás sorprendente: la rifa de una hacienda. (Foto de Juan Pablo Pantoja)

  Esta rifa debe verificarse por el último sorteo del mes de Diciembre del presente año de la lotería de Nuestra Señora de Guadalupe, siempre que se haya vendido el número competente de billetes: de lo contrario se avisará al público.
   La hacienda nombrada San Diego Atihuayan, situada en la jurisdicción de Cuernavaca a veinte leguas al sur de México y el dueño de ella lo será el que tenga el número igual al que en la mencionada lotería de Guadalupe salga premiado con los 3,000 pesos.
   Otro premio de 8,000 pesos fuertes le será entregado al que posea el número igual al que en dicha lotería de Guadalupe salga premiado con 500 pesos.
   Otros dos premios de 3,000 pesos cada uno también les serán entregados a los que igualmente tengan los números iguales a los que en la referida lotería de Guadalupe sean premiados con 200 pesos.
   Otros tres premios de 2,000 pesos cada uno se darán a los que tengan los números iguales a los que en la repetida lotería salgan premiados con 100 pesos.
   La hacienda deberá entregarse al que se la saque libre de alcabalas y de todo otro gravamen pues aunque reconoce 39,000 pesos al 5 por 100 y 8,000 a censo redimible y al rédito de 2 1/2 por 100 se le exhibirán al contado los 47,000 pesos que montan los gravámenes para que se verifique el que la reciba enteramente libre.
   El Sr. D. Felipe Neri del Barrio, ha tenido la bondad de presentarse a salir responsable del cumplimiento de todo lo ofrecido, y será quien entregue los premios a los que tengan derecho a ellos, Los billetes para esta rifa valen 17 pesos, y se expenden en México en los estanquillos de las calles más públicas, y en los departamentos, en las administraciones de tabaco.
   No puede ser más lisonjera la perspectiva de esta rifa, la primera que se verifica en la república de un valor que suficiente, para que con la cortedad de 17 pesos, se haga la fortuna de una o más familias.

Fuente:

Diario del Gobierno, No. 1613, T. XIV, sábado 28 de septiembre de 1839. Imprenta de I. Cumplido, México.

No hay comentarios:

Publicar un comentario