martes, 31 de diciembre de 2019

Cerramos el 2019 en El Bable con algunas aportaciones de los seguidores: Puertas azules

  Una tarde como hoy, hace once años, en San José del Cabo, Baja California Sur, específicamente en San Bernabé, junto a la Carretera Transpeninsular aterrizaba las muchas ideas que tenía sobre algo que llevaba un año estudiando pues en eso que ahora es la cosa más común: las redes sociales, había descubierto una plataforma en la que podría compartir las cosas que me han ido obsesionando a lo largo de mi vida, que había estudiado y que, siendo tantas, mi cabeza estaba a punto de explotar. 

  Pensaba entonces que subiría un artículo mensual, luego pensé que sería mejor quincenal... al poco tiempo me di cuenta del mucho material que tenía y decidí hacerlo diario. El inconveniente que se me presentaba eran las imágenes, hace once años no había la proliferación de plataformas y equipos de fotografía y las que quería eran específicas. Un amigo (Sergio) me ayudó para tener las primeras con el estilo y óptica que yo buscaba, otra amiga (Peggy) me ayudó para tener la imagen que justo estaba buscando, con el fondo, el concepto, los colores precisos que buscaba... un tiempo después enfilé a Puebla y allá otra amiga (Rosa María) me dio las primeras lecciones de fotografía y me prestó su cámara, logré tomas propias y luego, me vine a Salamanca y acá uno de mis sobrinos (Talí) me prestó su cámara, cuando eran de 8 pixeles y me di cuenta de lo mucho que podría retratar... finalmente me hice de una cámara, Sony, de las básicas y de ahí surgió un gigantesco archivo fotográfico que crece cada día. Fueron tres cámaras las que agoté, un seguidor (Pedro) me hizo el gran favor de enviarme una, de mejor calidad, misma que ya está llegando a su fin. Para 2019 tengo ya una nueva cámara que otro amigo (Carlos) me hizo el enorme favor de obsequiar... seguramente en la década que está por comenzar, los veinte del XXI, las imágenes de El Bable serán mejor.

   Hace poco convoqué por mi página de El Bable de Benjamín Arredondo en Facebook que, dada la obsesión de las puertas azules, pedía a quien quisiera colaborar enviándome para este artículo de cierre de 2019, las puertas azules que fueran encontrando y este es el resultado, de San Miguel de Allende, Guanajuato, Fer me manda esta.

Fabián hizo lo propio desde Morelia, Michoacán.

Desde Papantla, Veracruz, me llega esta imagen.

Capilla de la Ex Hacienda Coyula, Atlixco, Puebla. La fotografía es de la cuenta Facebook Cuchita, agradezco a Oz Zut por el envío.

José María me envía esta de Villa Morelos, Michoacán, la antigua "Corte Chica".

Juan Pablo, desde El Soyatal, Apulco, Zacatecas.

Jorge en Aguascalientes, Aguascalientes, participa también. Si bien esta puerta es nueva, nos sirve de testimonio de la permanencia de la tradición de pintar de azul las puertas.

   Esta imagen la envía Ruth Zafrany, desde Isla Mujeres, Quintana Roo.

Ruth también envía esta otra puerta azul, está en Montreal, Canadá, donde vive actualmente.

 Esta foto es mía, la tomé en Guanajuato, Gto.

  Revisando mi caja de postales, encuentro esta de un templo de Guadalajara, Jalisco.

  Esta foto me la envía Beatriz desde Luang Parabang, en Laos.

  Viendo un documental de la DW aparece esta casa con puertas y ventanas azules.

    En un reportaje del periódico español ABC encuentro esta imagen, creo es Sevilla.

  En los interminables recorridos que hago en Google Maps-Street Finder, encuentro por la zona rural de San Felipe, Guanajuato, estas ventanas azules.

  Desde Guanajuato me envía Fer esta puerta que encontró por uno de los callejones.

  Desde Real de Catorce, SLP, Jorge nos envía esta imagen.

  Marina nos comparte esta imagen tomada en Coscomatepec, Veracruz.

 Cerramos con otra más que Beatriz me envía desde Laos.

En Quiroga, Michoacán.

lunes, 30 de diciembre de 2019

Las muchas historias que las ventanas rotas nos pueden contar

  Estamos llegando a once años de publicación en El Bable, los primeros diez años fueron con un artículo por día, este onceavo año, como lo anuncié justo hoy, hace un año, no me sería posible seguir con ese ritmo pues seleccionar texto, imágenes y más aún, cunado va con texto original me lleva tanto tiempo que en ocasiones dos o tres horas no me bastaban y, como sigo desarrollando mi proyecto de investigación, éste cada vez requiere de mayor atención y, claro es, más y más tiempo.

  En este año que está por concluir logré publicar un libro más, el de Diego Rul, su paso por Salamanca y pude retomar el tema de Haciendas para detallar la historia de cada una de las que hubo en Salamanca, que fueron 22. La información que tengo es abundante, ya está organizada en una primera ronda, es decir, separados los documentos de cada una de ellas en su carpeta específica, tendré luego que hacer un acomodo cronológico pero... como una cosa lleva a la otra, han surgido dos proyectos más.

  Uno de ellos es el tema de las Cofradías pues, buscando en un archivo, en otro y en varios más, fui dando con datos de lo más interesante del tema. Además leyendo documentos y más documentos sobre las Haciendas, fueron apareciendo datos y más datos sobre los Ranchos que hubo y sigue habiendo así que para el 2020 tendré mucho de que hablar... mejor dicho, escribir. Ya que tenga todo bien definido lo comentaré por este espacio.

   Mientras eso ocurre, lo que hoy comparto es una selección de fotografías que he tomado tanto en la Ciudad de México como en Guanajuato, Salamanca, Valle de Santiago, Oaxaca y muchos otros lugares en los que voy encontrando ventanas destruidas o semidestruidas que, con aquello que hace poco comenté de mi gusto por lo viejo, me atraen sobremanera.