lunes, 29 de noviembre de 2010

La fiesta de San Martín del Terrero, Guanajuato

La "estampita" que estamos viendo es la razón por la cual en el rancho de San Martín del Terrero cada año, en su día, 11 de noviembre, se dan cita cientos de personas, la madrugada de ese día las colinas de los rededores se comienzan a iluminar con las antorchas que los jinetes de toda la región llevan en la tradicional peregrinación ecuestre en honor a San Martín Caballero.

El santuario sobresale desde la distancia, en un lugar en donde normalmente todo es tranquilidad, ese día y los tres antes y después se comienza a cubrir de tiendas, de sombras que producirán un enfímero mercado en el que de todo se vende.

Dicen que la fe mueve montañas y aquí en mitad de la sierra de Codornices, en el límite norte del Bajío se comprueba cada año.

A pie, en caballo o en uno de los cientos de autobuses que llegan durante todo el día es como los peregrinos cumplen la manda o la tradición de visitar al santo que montado en su caballo identifica a buena cantidad de pobladores de la zona rural del estado de Guanajuato.

En el atrio, como suele suceder en estas festividades hay un poco de todo, especialmente el fervor de la gente que con inquebrantable fe acuden a la cita con San Martincito.

Vestigios de los adornos florales que llevaron los jinetes y peregrinos que en la madrugada hicieron su arribo al Santuario los encontramos en el atrio.

Y si bien son pocas las sombras y los asientos para reposar, cualquier cosa es buena para descansar luego de la caminata...

Ad Mjorem Dei Gloriam, así como lo dijera San Ignacio de Loyola, así se lee a la entrada del Santuario.

Solo que, a diferencia de la solemnidad Jesuita, aquí en San Martín del Terrero, en el día del santo, la música regional es lo que rompe la solemnidad.

Y las hileras se van formando para llegar hasta el altar, seguramente con una petición o un agradecimiento...

Y, entre la multitud, nos acercamos al altar de San Martín Caballero...

el cual, siendo su solemnidad, está cubierto con flores...

Cada camión que llega trae al menos 40 peregirinos, en el estacionamiento se cuentan más de cien autobuses y siguen llegando más...

Y es el turno del Mariachi, el cual comienza, como marca la tradición, con Las Mañanitas...

"... y hoy por ser día de tu santo, te venimos a cantar."

La tradición regional marca que al santo se le lleva cera, en este caso, monumentales figuras que saldrán en procesión antes de la misa principal. Por la manufactura de estas que estamos viendo, seguramente fueron hechas en Cortazar.

Una muestra más del arte efímero, serán encendidas las velas y con el calor, poco a poco se desbaratará esta filigrana hecha con cera.

Un San Martín Caballero envuelto en cera, atrás un Sagrado Corazón de Jesús.

Y el Mariachi sigue tocando... a un costado otra filigrana, una vela escamada de gran tamaño.

Las demostraciones de fe son muchas y palpables, veámoslas...







Y, como decía mi abuela: "primero la devoción, luego la diversión", ahora vámonos a la feria de San Martín del Terrero...

En medio de la inmensa polvareda se levantan las carpas, durante varios días los peregrinos, especialmente los que vivien en los ranchos de la región, tendrán la oportunidad de adquirir una gran variedad de productos necesarios para la vida cotidiana.

Que mejor escena podemos tener de San Martín que ver un grupo de jinetes que llegan a visitar al santo en el día de su Santo.

Estando en la sierra lo común es ver las estufas de leña donde se cocen las tortillas...

De todo hay...

Y a un lado, la Feria con sus juegos mecánicos, subieremos a la Rueda de la Fortuna... desde arriba el panorama será otro seguramente.

Y esto es lo que vemos allá arriba, autos y carpas y más autos y más carpas...

Para todos lados se levantan las carpas, San Martín del Terrero se convierte en un gran mercado durante esa semana...





Al decir que hay de todo, es eso, de todo, como esta intrigante mujer que, según reza la publicidad, cuenta con tres pechos... antes era la Mujer Araña, la que desobedeció a su padre y a su madre y por tal motivo se convirtió en araña.. ¿a quién habrá desobedecido ésta mujer que ahora se exhibe?

Tepache !

Y todo tipo de cerámica de uso regular, platos, ollas, macetas...

Y no podía faltar el globero...

Y... claro es... la invasión china también...

De todo, de todo se vende en San Martín del Terrero.

Sombreros en al menos una docena de diseños...

El abarrote cerró, es día de fiesta.

Desde que entramos al rancho vemos la vendimia.

Y paletas de colores psicodélicos...

Con ésta última fotografía entenderás la razón de llamar a este lugar como San Martín del Terrero, la toma la hice desde el asiento del autobús en el que regresé a Salamanca, puro polvo... Toda una experiencia visitar a San Martín Caballero en su Santuario de San Martín del Terrero, Guanajuato.

Visitando una parte de la Sierra de Guanajuato

Hace poco, con motivo de la fiesta de San Martín Caballero, el 11 de noviembre, fui a esta parte, desconocida para mí, de la Sierra de Guanajuato, es una zona que se conoce como Sierra de Codornices, que se forma con las suaves laderas que van ascendiendo del Bajío hacia la zona norte.

El cambio del paisaje es más que notorio pasar de los fértiles valles de Salamanca y Santa Cruz de Juventino a esta parte que es un poco más alta, seguramente sobre los 2,000 -2,200 metros de altura, es drástica, se nota la carencia de agua y, debido a la diferencia de alturas, se ven las cañadas que los arroyos de la lluvia va trazando.

Aquí estamos ya en San Martín del Terrero, localizado en las confluencias de los municipios de Guanajuato y Dolores Hidalgo, distante unos 60 kilómetros de Salamanca y unos 20 de Guanajuato, ese montón de autobuses que ves en mitad del terrero es apenas el inicio de la llegada de los peregrinos que se congregan durante ese día en torno al Santurario que allí se levanta.

El paisaje tiene una singular belleza, si bien hacía un poco de fresco, el sol que caía como plomo quemaba, cosa habitual en las zonas serranas. Desde aquí estamos a unos 80 kilómetros de la siguiente planicie, la que se localiza luego de San Miguel en el municipio de San Luis de la Paz, donde comienza lo que se llamó El Gran Tunar, es decir, la región chichimeca.

Si bien este año de 2010, a nivel nacional, se caracterizó por ser el que dejó mayor cantidad de agua, esa no llegó por la zona del Bajío, en donde las lluvias fueron más bien escasas, la desertificación es más notoria año con año y como ejemplo tenemos esta vista serrana a mitad del otoño.

Si la zona se llama San Martín del Terrero es, sencillamente, por la cantidad de polvo que hay, es decir, por lo seco que está la zona... lo que se ve es una de las típicas escenas del día de San Martín en que los cientos de peregrinos que llegan, muchos de ellos acampan en las cercanías del Santurario.

Un cielo limpísimo, ni una sola nube se vio durante todo el día de San Martín en la Sierra de Codornices en Guanajuato... sigamos viendo algunas tomas de este particular sitio.







Notarás que se aprovechó esta hondonada para hacer una pequeña presa, un auténtico oasis en mitad del seco paisaje.
Considerando que de Salamanca a Guanajuato por la carretera estatal que va en dirección norte hay unos 80 kilómetros, a la mitad del camino vemos algunas colinas con bosques de madroño, el árbol que crece con facilidad en estas alturas y con no mucha abundancia de agua, esto nos hace pensar en algo...

Se dice que hubo una época, esto, antes de que llegaran los españoles, que la Gran Chichimeca eran bosques de Huizaches en toda la zona del Bajío y de Madroño y Oyamel en las partes altas de la sierra. Una vez descubiertas las minas hubo necesidad de dos cosas: de animales de tiro y de leña para avivar el fuego de los hornos.

La deforestación comenzó, con la característica de que eran tierras tan poco pobladas que nadie notó nada y no afectó directamente a los humanos... hoy día estamos pagando las consecuencias de esa voracidad que hubo en torno a las minas de plata que se fueron localizando a pocos kilómetros de lo que estamos viendo en las fotos.

En el Caribe mexicano se estará discutiendo en estos días los problemas del cambio climático, seguramente saldrán de allí nuevas disposiciones para detener los estragos... cosa que se está haciendo muy tarde, pero al menos algo se hará.

Nos podremos imaginar en esta fotografía, si le incluimos los miles de árboles que la poblaron hace apenas 500 años, de los cuales ni el 20% queda, para darnos una idea de lo que fue la devastación ecológica que, de la mano a la voracidad española, devastó el campo mexicano.