lunes, 31 de agosto de 2015

La gente que visita Real de Catorce: El factor humano

   Unos la visitamos por el atractivo que significa un pueblo fantasma que está renaciendo, otros van allí en busca de su encuentro místico con la mezcalina, otros más aprovechando el fin de semana, otros llegan a vender sus mercancías, hay de todo. Hippies, Neo-hippies, banda, chavos, fresas, gente madura, turistas de la calase media alta y seguramente de más categorías pues para todos hay algo que ver y que hacer en Real de Catorce. Si has seguido El Bable, sabrás que la constante en mis fotos es el no incluir gente, pero esta vez, en algunos momentos me dediqué a captar imágenes precisamente de gente, ahora te las comparto.



























  Y este soy yo El Bable, el mismo que escribe, produce, selecciona textos, transcribe, fotografía, fotoshopea, planea, organiza, publica, y edita. Y como me gustó tanto Real de Catorce, decidí hacerme una foto, con un panorama extraordinario, a la salida del túnel de Ogarrio.

domingo, 30 de agosto de 2015

Cabuche, la flor de la biznaga que es una delicia.

    Habían sido una buena cantidad de emociones las experimentadas en ese ascenso por la sierra desde Estación Catorce y Real de Catorce, agregando a ella la visita a la mina abandonada que está en el camino. Por si no fuera suficiente, el primer impacto que recibí llegando al pueblo y ver su perfecto empedrado la coloración de los cerros circundantes, la corta caminata por un par de calles, tan solo para ambientarnos y el particular conglomerado humando que se daba cita en ese momento me confirmó que este sería un recorrido que quedaría grabado por muchos años. Recibimos en ese momento una llamada, una persona, amante de la historia, sabía de nuestra llegada, nos invitaba a comer. Para allá nos fuimos.

   Nada mejor que llegar a un lugar desconocido en donde un conocido nos espera. La mesa estaba prácticamente puesta, era un restaurante El Cactus. Abrazos, apretones de manos, nos sentamos. ¿Qué tomas? no lo pensé dos veces y dije: Un mezcal. ¿Blanco o Reposado? Blanco, afirmé. Nos dieron la carta. Siendo un restaurante italiano se ofrecía pasta, pizza, lasagna ... y cabuches. ¿Cabuches? ¿Qué es eso? me pregunté. Siendo que la ch en italiano es la c y la c en italiano es la ch nuestra, me dije ¿Cabukes? ¿qué será esto? Entoces le pregunté a nuestro anfitrión y dijo: Ah, son deliciosos, son los capullos de la biznaga roja. Bien, -dije- yo quiero Cabuches.

   Los tallarines que pedí estaban exquisitos, pero los Cabuches era cosa aparte. Digamos que un plato exótico, así como los chapulines, las hormigas, o los gusanos de maguey, sólo que, en este caso estamos hablando de un vegetal, de un fruto que da una cactácea. Será bueno no confundir con la Biznaga que se usa para el dulce, pues la que da el cabuche proviene de la Biznaga Roja.

   Y del Mezcal... ¿qué quieres que te diga? excelente. Suave, sabor delicado pero intenso. Se produce en el municipio de Charcas, en la que fuera una hacienda de los padres carmelitas, la de Laguna Seca.

   Y como suele ocurrir en México, muchas de las palabras que usamos cotidianamente tienen un trasfondo intenso, como es el caso de la Biznaga, palabra de origen náhuatl que viene de Huitznahuac, (huitz, espina y la posposición náhuac, que significa: Junto al espinal). Hay una leyenda, que es algo así como el Génesis, la formación del Cosmos nahua en donde aparece la Biznaga, es decir, la palabra potencializada con el 400 a través del Centzón Huitznahuac. (Recordemos que la borrachera se entendía como los 400 conejos Centzón Tochtin.)

  Son 78 las variedades que hay de Biznaga. Básicamente se dividen en 3 tipos: Las del género Echinocactus, cactos de Norteamérica (6 especies). Las del género Ferocactus, los llamados cactos de barril (32 especies). Las del género Melocactus, los cactos de «gorro» rojo (unas 40 especies). Sin estar completamente seguro, creo que el nombre científico de la biznaga que produce el cabuche es el de Echinocactus Platyacanthus. Aquí puedes ver una imagen.









sábado, 29 de agosto de 2015

Real de Catorce y su festival de Jazz

   No esperes leer aquí la reseña de los grupos que se presentaron en este sexto Festival de Jazz de Real de Catorce, sucedió que, por coincidencias de la vida, llegué a Real de Catorce justo el día en que se realizaba el Festival, lo que vi fue un pueblo extraordinariamente hermoso, hospitalario, medianamente limpio, todo construido en piedra, lo que le da un toque único. Piedras en los muros, piedras en las calles, empredrados "como los de antes". Me comentaron que regularmente hay poca gente, que estaba viendo algo que normalmente no se da por ahí, la gente atraída por el Festival.

   Era un sábado, caminamos luego de una espléndida comida en un restaurante que se anuncia como "Cocina Rústica Italiana", allí tuve mi afortunado encuentro con los cabuches y con el mezcal, combinación ideal que te compartiré (la foto) cuando publique el artículo relacionado con la comida en esta "tirada a perder"; ese restaurante El Cactus es en verdad bueno, excelente, y precios accesibles. Si vas por allá es una escala obligada. Y fue justo allí, en El Cactus que supimos qué hacer y qué no hacer en ese día que estaba el pueblo abarrotado, así que, luego de comer, fue cosa de buscar el hospedaje, nos instalamos, dejamos las cosas y el Festival comenzó.  Para allá nos fuimos.

   Creo eran las seis de la tarde, anunciaron los grupos y la sesión se prolongaría por al menos siete u ocho horas, así que vimos a este grupo de la imagen que no sé si era el primero o el segundo que se presentaba, bastante bueno, con su música sincopada. Acabó su presentación y mientras se alistaba el siguiente grupo me fui a conocer la parte que supongo era la norte de pueblo, por el rumbo del panteón y las imágenes que fui viendo (y captando con la cámara) de pronto me dejaron sin palabras.

   Los precios de comida y alojamiento son de una amplia variedad, no esperes encontrar hoteles de menos de 300 pesos, los hay hasta de 3 mil; en el lugar en el que te quedes lo disfrutarás, de eso estoy seguro pues el encanto del pueblo va más allá del título de "Mágico" que Sectur le otorgó. De comidas.. ni hablar, la gama comienza en los puestos de gorditas que hay en rededor de la plaza y acaban en los restaurantes "de postín". En bebidas, el mezcal (insisto) es algo extraordinario, la marca que por el rumbo se produce es la de Laguna Seca es excelente, Hay una cantina, que fue donde se filmó la película de La Mexicana, a la que no le han movido ni el polvo de la barra, es una buena experiencia tomar algo allí, (por tomar algo me refiero a tomarse una cerveza, más no hay) o, en todo caso, jugar billar, hay dos mesas. Otra vez diré que sale de sobra lo que te pueda contar de Real de Catorce, pues, (al modo) las fotos hablan por sí solas, mira: