viernes, 31 de marzo de 2017

Ha quebrado el día, hagamos las once. De comidas, refacciones y palabras.

  Sabrás que soy bebedor, eso lo he manifestado en este Bable varias veces. No quiero decir que me tengan que sacar a rastras de los locales, eso nunca me ha sucedido, el beber ha dependido siempre de varias cosas, lugares, compañías (o soledades), horas del día y localidades en donde me encuentre y cual bebedor tengo una norma, aprendida porque la frase la oía de niño: "ya quebró el día" indicativo de que era la hora del primer trago. Eso se estilaba al mediodía, como se estilaba tirar un poco de agua, especialmente en estos días de estío, "para las ánimas benditas del purgatorio". Costumbres en vías de desaparición o que ya de plano desaparecieron.

   Nací en la década de los cincuenta, lo cual me indica que la frase de "ya quebró el día" viene de los treinta o de tiempos de la Revolución o de la Reforma... recordemos que los horarios de antes de la luz eléctrica eran muy distintos a los actuales y las jornadas comenzaban muy temprano, por lo que al mediodía las horas de trabajo habían sido ya varias, el hambre de seguro ya arreciaba, de ahí que el día hubiera ya "quebrado" y un aperitivo caía de maravilla. Pero la cosa va más atrás según me entero al leer en el Diario de Ajofrín un párrafo en el que dice de una costumbre novohispana, en la ciudad de México, sitio que visitó en 1764.

 Escribe el fraile franciscano de la Propaganda Fide: "Hacer las once es frase con que explican la refacción que toman esta hora, o con chocolate, o con aguardiente". Creo de ahí se origina lo que a nuestros días llegó como la quebradura del día. Esto nos conduce a averiguar lo que es el Almuerzo, el cual como palabra es sorprendente.

  "ALMUERZO. s. m. El primer alimento que se come por la mañána, y con el qual uno dexa de estar ayúno, por lo que tambien sellama desayúno. Regularmente suele ser de cosa ligéra y en poca cantidád. El orígen de esta voz segun discurre Covarr. viene del nombre Latino Morsus, que significa bocádo, y como de ordinário lo mas comun entre la gente populár el desayúno es de un bocado de pan, tanto que para expressarle dicen: Vamos à tomar un bocado: con el artículo Al se pudo formar Almorsus, y despues corrompido quedar en Almuerzo" (1).

   No pensé hubiera influencia árabe en el almuerzo, me refiero a la palabra, pero ahora ve que el "al" está presente debido a que fue el modo de suavizar, por así decirlo, el morsus. Interesante me parece ya que al poner un poco más de atención al abundante léxico vemos cuán importante fue la presencia de los distintos pueblos que pasaron por la Hispania y dejaron su huella... en este caso en el habla. Por cierto, hace poco veía que en España, en la propia España hay un concepto que para nosotros significa algo y para ellos otro, el Prehispánico, lo cual tenemos más que claro en México. Pero allá en España, al hablar de prehispánico, en ocasiones se refiere a lo que fue España antes de ser Hispania, es decir, antes de la presencia Romana.

   Que maravilla quebrar el día con un bocadillo de bacalao... o con unas gorditas... o con un mezcal y sus respectivos cabuches... y la lista podría seguir...

 hacer, o tomar, las once

1. locs. verbs. Tomar un refrigerio ligero entre las once y las doce de la mañana, o a diferentes horas de la tarde, según los países.

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Diccionario de Autoridades - Tomo V (1737)

REFACCIÓN. s. f. Alimento moderado, que se toma para reparar las fuerzas. Latín. Refectio. Ientaculum.

Fuente:

1.- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de Autoridades - Tomo I (1726)

miércoles, 29 de marzo de 2017

Un mundo al revés: la vida cotidiana en Nueva España

   Es del modo que Ajofrín lo define, no en tono cáustico sino, por el contrario, con cierta alegoría, modo que bien podemos considerar es su estilo. Nada de lo que el comenta lo hace diciendo que allá (en España) sea mejor, es bastante directo y, simplemente va describiendo lo que ve, ahorrándose todo juicio crítico; quizá sea esa la razón por la cual su libro se vuelve una delicia que disfrutamos página a página. Esta vez nos lleva a imaginar el mundo del sentido del gusto pues los comentarios que hace sobre el consumo del chocolate y de los dulces nos deja ver el modo en que en aquel 1764 eran consumidos por la Ciudad de México.

  “El uso del chocolate en toda la América es frecuentísimo; el más moderado lo toma dos veces, por la mañana y a las tres de la tarde; muchos lo toman tres veces; no pocos, cuatro veces, y algunos más. Por la mañana, y aun por la tarde, lo toman todos los criados y criadas, cocheros, lacayos, negros, mulatos; siendo tan común que hasta los arrieros, zapateros, oficiales de todas clases de gentes lo usan por tarde y por mañana. Y no dicen “tomar chocolate”, sino “beber chocolate”. Siendo muy de notar que aunque para labrarlo echan todos los materiales y en la misma cantidad que en España, nunca sale tan bueno, sin saber en qué consiste; sólo en Oaxaca se labra rico el chocolate. No se sabe si el ir el cacao de aquí a España contribuye con alguna cantidad en el rumbo para que allá sea mejor, al modo que sucede en el vino que camina al Norte. Hacer las once es frase con que explican la refacción que toman esta hora, o con chocolate, o con aguardiente.

 El consumo del dulce es igualmente grande, pues nunca beben sin preceder el dulce, y todas las comidas acaban con dulce, y hasta que le comen no beben, teniendo por costumbre inviolable no beber ni antes de la comida, ni en medio, sino a lo último, pensando que no se puede comer habiendo ya bebido. Con que sucede a los recién venidos (y a mí me ha sucedido algunas veces) que si piden agua a los sirvientes en medio de la comida, luego le quitan el plato si no están advertidos de ello. “¡Padre! ¡Y usted bebe ahora”!, me dicen admirados. El dulce que hacen es exquisito y delicado, y lo fabrican de mil géneros, ya con frutas y raíces del país, y ya de las que han venido de la Europa. Advirtiendo que el chocolate no lo hierven, pues dicen que así mata; por lo cual hierven el agua, deshacen el chocolate en ella y lo toman.

  En los días de festejo o cumpleaños, hay estilo en Méjico y demás ciudades de la América tener bailes, que llaman “fandangos”, en sus casas, a puerta abierta para todos los que quieran conviden. Cuando se hace entre gente de distinción, son estas funciones honestas, decentes y sosegadas, y bailando primero algunas danzas y minuets propios del reino, que son de bastante artificio y ligereza, prosiguen con los bailes de Europa alternando con letras y canciones ya del reino, ya de la Europa. Dura esta diversión regularmente hasta amanecer. Los fandangos de la gente común son nada decentes y en todo desordenados; beben mucho vino, aguardiente o pulque; hay muchas riñas y pendencias, y vienen a acabar en heridas y muertes.

  El traje, carácter y genio de los indios pondré después. El traje de las negras y mulatas es una saya de embrocar (a modo de basquiña pequeña de seda, con sus corchetes de plata, y por ruedo una buena cinta o listón), la cual traen sobre la cabeza por lo angosto de la cintura de la saya; traen sus guardapiés, que llaman “enaguas”, de tela de China, con flecos de Holanda o encajes ricos, y calzado honesto. Y esta hermosa prenda de honestidad, gravedad y decencia sobresale en todas las mujeres del reino, pero mucho más en las señoras.

  La demás gente pobre viste como puede; regularmente, los descalzos andan vendiendo zapatos, y los desnudos vendiendo vestidos. Las pobres mujeres y las indias no traen los niños delante en sus brazos, sino atrás, en las espaldas. De suerte que (decía un chistoso) todo es aquí al revés de la Europa: las basquiñas en la cabeza; las enaguas por fuera; los niños a las espaldas; los descalzos venden zapatos; los desnudos, vestidos; las lagunas dan más carne que pescado; los mosquitos van al agua” (1).


  Luego de dos siglos y medio de la visita de Ajofrín, en México seguimos al revés; por ejemplo, el consumo de refrescos es el más alto del mundo, siendo que en nuestro país se producen distintas frutas todo el año.

Fuente:

1.- Diario del viaje que hizo a la América en el siglo XVIII el P. Fray Francisco de Ajofrin. Vol I. Instituto Cultural Hispano Mexicano. México, 1964. pp. 79-81

martes, 28 de marzo de 2017

Algo de lo que vio y sorprendió a Ajofrín en la Ciudad de México, 1764

   Recién habíamos hablado del atractivo que encuentro en la vida cotidiana, en la historia de las cosas del día a día, un poco más allá de fechas, batallas, gobernantes y personajes sobresalientes para poner atención a las personas que, al igual que tú o que yo somos los habitantes, los ciudadanos, las gentes que vivimos nuestro día a día. Así que, veamos lo que Ajofrín describe en su Diario, cosas por demás sorprendentes que vio en la capital del Virreinato de la Nueva España.

   “El traje y modo de vestir de la gente principal es casi en todo a la española, imitando los hombres el modo y estilo de los que vienen de la Europa, y las mujeres las modas de las señoras gachupinas (así llaman a las europeas), reteniendo siempre algunos usos antiguos, como es el paño de rebozo para dentro de casa, y aun para afuera las señoras no muy principales.

  Hombres y mujeres andan igualmente embozados con un pañuelo blanco que llaman barbiquejo, arropándose con el carrillo por cualquier dolorcito de muelas, fluxión o amago de ella que les quiera seguir su delicada aprehensión. Usan de este dengue aun las personas e primer carácter, presentándose así dentro y fuera de casa, trascendiendo los religiosos y clérigos, que he visto asistir así en el coro y también en el altar.

   “Los gorros blancos es otro títere. En toda España no hay tantos como en solo México. Chicos y grandes, ricos y pobres, todos traen su gorro muy empingorotado, hasta los clérigos y frailes; he visto asistir a unos y a otros en funciones públicas de iglesia, en procesiones y entierros con gorro blanco. Los he visto también, y es muy frecuente, en el confesionario con gorro. He visto (yo mismo) dar la sagrada comunión con gorro, y esto es en México. Item salir para decir misa con gorro, registrar la misa con gorro y quitársele al introito. Y si esto hacen los sacerdotes ¿qué juzgas hará lo que no lo son? Ayudan a la misa con gorro, que no al azar se le quitan; se confiesan con gorro; se ponen en el comulgatorio con gorro, y solo se le quitan al tiempo de recibir a su Majestad, e inmediatamente se le vuelven a poner.

  “El tabaco de hoja es otro abuso de la América, lo fuman todos hombres y mujeres; hasta las señoritas más delicadas y melindrosas y estas se encuentran en la calle a pie y en coche, con manto de puntas, y tomando su cigarro; y como en España traen el reloj colgando de la basquiña, aquí traen su cigarrera de plata o de oro y aun guarnecida con diamantes. La figura de la cigarrera es como un botecito pequeño de cuatro o cinco dedos de alto, y cuelga de una cadenita. En las visitas de las señoras pasan varias veces una bandeja de plata con cigarros y un bracerito (y los he visto muy pulidos) de plata o de oro con lumbre.

  “Fuera de casa, sea en la calle o paseo, no se desdeñan, ni señoras, ni señores, de sacar el eslabón y yesca para tomar el cigarro, y aunque estén delante de personas del mayor respeto. Y lo mismo cuando van a visitar algún sujeto de carácter; en medio de la conversación sacan sus bolsas, donde traen el eslabón, pedernal y yesca; aunque en las casas de los criollos luego ofrecen al huésped su bracerito, que siempre está prevenido con lumbre encima de la mesa, para que encienda su cigarro, y para este obsequio están advertidos los citados y criadas. Los religiosos y clérigos se encuentran también en las calles tomando cigarro, habituándose desde niños a este vicio, y creo le aprenden, con otros, de las amas de leche, que así llaman chichiguas, y regularmente son mulatas o negras. Y como esta viciosa costumbre se ve autorizada con las personas del primer carácter, se comunica fácilmente a los que pasan de Europa, siendo su consumo exorbitante, pues apenas dejan el cigarro de la mano en todo el día, excepto el tiempo que están en la Iglesia, cuyo lugar eso lo está exento de éste vicio, pero no la sacristía" (1). 

Si el tema te interesa, ese de la visión que ojos extranjeros tuvieron de la Nueva España, un siglo antes de Ajofrín estuvo Thomas Gage que, prácticamente, de todo se sorprendió, lo puedes leer aquí.

Fuente:

1.- Diario del viaje que hizo a la América en el siglo XVIII el P. Fray Francisco de Ajofrin. Vol I. Instituto Cultural Hispano Mexicano. México, 1964. pp. 77-79

lunes, 27 de marzo de 2017

La gestación y el número 9 en el calendario litúrgico

   Yo no me dedico a evangelizar, creo los asuntos religioso es cosa bien personal; lo que sí comento es algo que veo asociado a la religión Católica que relaciona el calendario litúrgico con precisiones astronómicas salpicada de matemática... más bien aritmética y la presencia de ciertos números es continua. En este caso el 9, no sé si lo habrás notado, es cosa simple, es cosa de vida pero, como a lo religioso regularmente no le ponemos atención, quizá no lo has visto, acaba de suceder, apenas hace dos día (hoy es 27 de marzo) y fue el día de la Anunciación.

   Es el Arcángel Gabriel el encargado de dar la noticia a María. La noticia es un embarazo, se entiende que fue en ese evento cuando ocurre el inicio de la gestación, la cual dura 260-270 días que son 9 lunas, es decir, 9 meses; si el Nacimiento de Jesús ocurre el 25 de Diciembre, 9 meses antes se marca la Anunciación. Y el cosmos se manifestó recién (20 de Marzo) con un Equinoccio, y se manifestará dentro de 9 meses, el 21 de Diciembre con un Solsticio. 

   Y ocurrirá también con San Juan Bautista, aquel que dijo "el que viene atrás de mí..." ¿por qué atrás, a que se refiere? Pues porque el calendario litúrgico establece su Natividad (el nacimiento) el 24 de Junio, y el solsticio de Verano es unos días antes, esa es la razón de la frase; que Jesús nace 6 meses luego del Bautista, pues "venía atrás", por así decirlo.

  Igual sucede con María, su Natividad es el 8 de Septiembre, festividad conocida como Nativitas y mueve meses antes, el 8 de Diciembre fue su concepción, de ahí la fiesta de la Inmaculada Concepción. No sé si lo habías notado, esas precisiones, en este caso de gestación dentro del calendario de las fiestas y celebraciones litúrgicas. Me parece sumamente interesante, quizá hay alguna otra que no he localizado aun, será cosa de analizar una vez más, el santoral y el Calendario del más Antiguo Galván.

En cuanto al tema de la Anunciación en el arte, te recomiendo entrar aquí.