viernes, 23 de diciembre de 2011

Objetos: los Made in China y en el pasado.

Hace poco montaron en el Centro de las Artes de Guanajuato, el que se ubica aquí, en Salamanca, en el ex convento agustino; una exposición traída del MODO, Museo del Objeto, de la ciudad de México, la titulada Nostalgia de lo cotidiano, en donde se muestran empaques de productos diversos que se usaron hace 30, 40 o más años.

Es interesante ver nuevamente los empaques, botellas, cajas y demás contenedores de productos que se utilizaban, algunos un poco extraños (los veremos en las fotografías) y otros que son nombres familiares pero en presentaciones de hace muchos años, como los sombreros Tardán que vemos ahora.

Este siguiente objeto no pertenece a la colección del MODO, es de mi propiedad, lo compré en San Juan de los Lagos en 2007. Soy muy dado a atesorar este tipo de manifestaciones de marcada tendencia kitsch, especialmente las relacionadas a imagenes religiosas. Entre las mil cosas que se vendían me llamó mucho la atención este reloj, el cual, de entrada me dio la impresión de ser una especie de recreación de un templo, solo que...

Ya cuando lo desempaqué unos días después, me dí cuenta de los detalles que implica el globalizado comercio de los productos Made in China, pues, como te darás cuenta en este acercamiento, el objeto igual se usa para el islamismo que para el catolicismo. En realidad es una mezquita en donde vemos un minarete coronado por la media luna, símbolo del Islam.

Al lado derecho de la virgencita, aparece la leyenda escrita en árabe Alláh. Alláh Ekbar (Dios es grande) recuerdo que se oía cinco veces cada día en los altavoces de las mezquitas, cuando viví, algunos meses, en Túnez. Quizá este objeto debería estar en el Museo del Objeto de la ciudad de México pues aquí no estamos hablando de sincretismo alguno... ¿o será esa la forma de sincretizar y comercializar a las religiones desde la visión china? No lo sé.

Lo que sí sé es que la exposición es interesante. Aquí vemos los empaques de las ligas para hombres, para mantener los calcetines bien restirados.

Y el de los brasieres anunciados por María Félix, los Exquisite Form.

Así fueron los envases de cerveza XX, XXX y Carta Clara.

Este empaque llama la atención de todos: Cocaína en flor. ¿Que habrá sido? En España había este producto, pero en una presentación distinta ya que era un perfume que venía en un frasco, quizá esta era una crema perfumada.

Los envases de la cerveza Sol... vemos que no han cambiado en mucho sus presentaciones.

El rojo era el color distintivo del jabón Colgate, ese no se cuando habrá desaparecido, quizá cuando se popularizó el Palmolive. El jabón del tío Nacho sí lo conocí, tenía un olor muy fuerte y un poco desagradable, era contra la caspa. El que me parece muy extraño es ese Hiel de toro, el cual servía para evitar la caída del cabello.

Uno de los envases anteriores de la Cerveza Victoria... recordarás que hace poco hablábamos sobre la historia del rey Gambrinus.

De aceites, ni se diga, encontramos el San Luis, producido, claro es, en San Luis Potosí, era de ajonjolí.

Y ahora vemos otro objeto, uno muy común y muy corriente, una carta de la baraja española, el cinco de bastos. Esta, claro es, no forma parte de la colección, simplemente la incluyo porque es la última que me encontré en mi camino. Hay varios lectores nuevos de El Bable, como la muy participativa María del Rayo que seguramente no se ha enterado de esta particularidad que al andar los caminos vamos encontrando... la historia está aquí. Y gracias a Alberto Díez por haberse anotado como seguidor, ya el 299, uno más y completamos la tercera centena!

2 comentarios:

  1. Es un deleite tener lectura virtual cuando se trata de tus blogs. Sorprendes con la calidad y variedad de temas!

    ResponderEliminar
  2. Lo de la carta es por demás emocionante!!

    ResponderEliminar