miércoles, 14 de diciembre de 2011

El Yggdrasil, la Ceiba, el Arbol de Navidad.

Yo nací en 1955, desde que me acuerdo estaba ya la costumbre de poner un árbol para la Navidad, le decíamos "el arbolito", era el tiempo en que las posadas consistían primero en rezar y luego en quebrar una piñata y jugar, además de recibir un aguinaldo. El nacimiento estaba presente, en algunas casas no había arbolito pero sí nacimiento. A principios del siglo XX, digamos que en tiempos de don Porfirio no había ninguna tradición de poner arbolito pero sí del nacimiento. Creo que con esto nos queda claro que esa es más bien una tradición nueva en nuestro país. Se sabe que en España fue hacia 1870 que se colocó el primer arbolito. Entonces ¿de dónde nos viene esa tradición?

El origen del árbol que llamamos de la Navidad nos viene de una zona tan ajena y remota como lo es la Escandinavia, se cree que fue allí donde se usaba decorar un árbol, de los que abundan en esa zona, lo hacían para recordar el nacimiento de una de sus deidades, la que representaba al sol y que la llamaban Frey, el árbol era un fresno y le llamaban Yggdrasil, el cual era un árbol sagrado que representaba al Universo. La fiesta era para el solsticio de invierno.

Hasta esta parte de la que podría ser la Historia del Árbol de Navidad estamos viendo dos cosas que se presentan, si no en todas las culturas, en muchas de ellas y en tiempos muy distintos. En la antigua Roma se celebraban los Saturnales en los días previos al solsticio de invierno, culminaban con la gran ceremonia del Natalis Solis Invictus, el nacimiento del sol. Vemos pues, que tanto en Roma como entre los pueblos del norte de Europa había esa necesidad de ofrendar algo al nuevo sol.

Y la otra similitud que podemos notar, está entre ese árbol del universo de nombre complicado: Yggdrasil, está con la Ceiba que entre los mayas tenía carácter de sagrado ya que representaba la unión entre el cielo y la tierra.

Fue en el siglo VIII que San Bonifacio al conquistar o evangelizar a los pueblos nórdicos, más concretamente de Alemania, cortó el árbol en que se adoraba al dios del trueno Thor, y, en su lugar plantó un pino, el cual decoró con manzanas (fruta común en Alemania), que representaban el pecado original y con velas, que representaban la luz de la fe, la luz de Jesucristo... se cristianizó así una tradición nórdica. ¿Cuándo llegaría a México?

Según un artículo publicado en 2009 en Milenio, el primer árbol de Navidad que se colocó en México fue el de Carlota, esto sería en 1864 o 1865, pero mayores datos no hay, me inclino a pensar que fue más bien luego de la II Guerra Mundial que se difundió el uso del arbolito, consecuentemente a México llegaría en los años cincuenta.

Recuerdo que cuando era niño no se vendían pinos de Navidad, lo que había eran ramas de Oyamel, las que llegaban a mi casa las mandaba traer mi papá de la Sierra de Guanajuato, la sala de casa se aromatizaba, los focos eran bujías que, cuando el líquido en su interior se calentaba, comenzaba a formar burbujas, los focos eran como de 5 centímetros... vino luego la moda de los árboles artificiales, los de aluminio.

Hoy en día, hemos hecho conciencia, ya no estamos como para cortar árboles, así que, el ejercicio que ejecuté me llevó un mes de colectar todo tipo de ramas secas, de visitar los basureros de los templos en donde continuamente tiran las flores secas y el resultado es lo que estamos viendo.

Todo comenzó con recoger un árbol seco, que alguien tiró con todo y maceta a un lote baldío, para usar esa estructura y colocar allí todo el follaje que fui encontrando, de este modo tengo un árbol de Navidad más adecuado a nuestra época, nuestra región y sobre todo, REUTILIZANDO lo que hay aquí, es solo cosa de tener paciencia y un lugar en donde acumular el material...

Dedicado, claro está a Itta y todos sus esfuerzos a través de Yo Reciclo...

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