Hoy, 11 de noviembre, el calendario litúrgico marca un día grande, la fiesta de San Martín Caballero, también conocido como San Martín Obispo o San Martín de Tours, santo de origen húngaro que, siendo centurión romano, adopta la religión Católica y entra directo a la Leyenda Dorada con aquel evento con el que se recuerda cuando parte de un espadazo su capa para compartirla con un mendigo, de allí que su capa, se convierta en el inicio de la tradición de levantar capillas (capa=capilla) en nuestra tradición al venerar a determinado santo.
Y por acá, en los rumbos donde vivo, que es el Bajío, en la parte norte cada víspera de San Martín, la zona serrana se llena de fe, y sobre todo se llena de caballos, jinetes y antorchas pues el día 10, antes de que caiga la noche, se comienzan a formar los jinetes que harán peregrinación nocturna a través de la sierra de Codornices algunos, la sierra de Guanajuato otros, y la sierra de Santa Rosa algunos más. No dudo que vendrán de la Sierra Gorda y de la Sierra de Pénjamo también... agreguemos la sierra de Agustinos, por los rumbos de Acámbaro.
Y es así como, ya en la madrugada del 11 de Noviembre, por los cuatro rumbos se comienza a ver, en las crestas de la sierra, la lumbre que producen las antorchas, todas en dirección al Santuario de San Martín localizado en el rancho de El Terrero, municipio de Dolores Hidalgo... pero no todos llegan a caballo, muchos lo hacen a pie, otros en auto, muchos en camión y uno que otros...
...en bicicleta...
Sea como sea, la cosa es llegar el día 11 de noviembre a San Martín del Terrero, allá arriba en la confluencia de las Sierras de Guanajuato, Santa Rosa y Codornices.
Día grande en San Martín, y aquello de "El Terrero" no se debe a lo árido del lugar sino que, hace cosa de 4 y medio siglos, en la terminología minera de la época, el terrero era el lugar a donde se desechaba todo el "jale" que las haciendas de beneficio producían... dicho en otro modo, era el tiradero, cosa que ocurría, luego de que fuera talado todo el bosque que allí existió. Con esa madera se produjo carbón para mantener el fuego que las minas requerían.
Y la tradición marca que este día hay que ir a saludar a San Martín Caballero, y que mejor manera de hacerlo que con una cabalgata, se dice que llegan más de diez mil jinetes esa madrugada y ya, pasadas las frías horas de la madrugada, la romería a pie y en auto y camión llega para, luego de la misa y el saludo al santo, comienza una de las ferias más grandes de la zona serrana del Estado de Guanajuato.
Estas jaras, no son otra cosa que las tibias cruzadas, símbolo ineludible de la muerte, en este caso, al estar ornamentadas, son de la tradición Pame-chichimeca.
Luego de la madrugada, las fogatas se apagan...
... y pocas horas después los caminos quedan vacíos, no se llenarán hasta el próximo 10 y 11 de noviembre.
Hola, que interesante esto de la Feria Serrana, trabajé varios años en Guanajuato y viví parte de mi vida y nunca escuché de esto. Tengo cuentos que se desarrollan en esas queridas tierras y apenas ahora, gracias al Bable lo conozco. Gracias por publicarlo. Un abrazo.
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