Esta vez encontramos un ejemplo más que claro de lo claro que de por sí era ya el concepto. Los testamentos se manejaban [lo digo en pasado porque no tengo la menor idea si aún hay las dos variantes] de dos formas. el abierto y el cerrado. El primero era aquel que se dictaba al Notario y él hacía lo propio, anotar en su libro de Protocolo lo que el testador estaba ordenando repartir. El abierto era aquel que el testador escribía y dejaba bien sellado para que, luego de su muerte, fuera abierto. Esto que ahora vemos es un testamento cerrado, lo encontré dentro de la documentación correspondiente a la repartición de los bienes del testador.
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