Entre los más bellos edificios levantados por la piedad cristiana, debe contarse el santuario dedicado á Nuestra Señora de la Soledad, el cual es una de las mejores iglesias de nuestro país, por su arquitectura y fábrica material.
La fundación de la iglesia de Nuestra Señora de la Soledad tuvo principio el año de 1682 á virtud del permiso que solicitó el primer capellán de la cofradía de la Soledad, Lic. D. Fernando Méndez, el cual fue otorgado por decreto de 3 de Enero del mismo año, expedido por el virrey D. Tomás Antonio de la Cerda y Aragón. La construcción del templo duró ocho años, pues se terminó el de 1690, en que con asistencia del cabildo eclesiástico, lo consagró solemnemente el Ilmo. Sr. obispo Dr. D. Isidro Saliñana.
La magnífica portada de la iglesia se compone de tres órdenes de arquitectura: el primer cuerpo es dórico y lo componen diez columnas repartidas, con toda simetría, las que sostienen el segundo cuerpo jónico, con igual número de columnas, rematando con seis del orden corintio, que corona un remate del mismo orden.
En el centro del remate corintio se halla un bajo relieve que representa á la Inmaculada Concepción de María Santísima: siguen después una ventana que da al coro, y más abajo, en el tercer cuerpo, é incrustado en un pulido marco, recamado de cantería, se halla otro bajo relieve que representa á la Soledad de la Santísima Virgen al pie de la cruz, y que es celebra do aun de los extranjeros más inteligentes, por la verdad y la expresión terrible del cuadro.
Además, hay repartidas entre los intercolumnios de la fachada catorce estatuas de santos y cuatro bajo relieves de un trabajo y de una perfección maravillosa. La altura de la portada es de unas 26 varas tres cuartos de la superficie del piso hasta el remate, y sobre éste se halla una cruz de más de tres varas de alto.
Coronan la fachada dos pequeñas torres, pues su altura absoluta es de siete varas tres cuartas hasta el pie de la veleta, La torre de la derecha, que es la de la cofradía, tiene tres esquilas chicas y una campana menor; y la de la izquierda, que es la de la del convento de religiosas recoletas de Santa Mónica, tiene dos esquilas chicas y dos campanas grandes, la anchura general de la portada es de unas 18 varas su figura es de un pentágono o polígono irregular.
Las puertas del templo son dos, de las que la principal está graciosa mente tallada. En la parte interior del arco se halla grabado un lema alusivo á la iglesia, y la fecha en que se concluyó de fabricar. Cierra este edificio un espacioso atrio con tres puertas, dándole comunicación con la portería del convento y las viviendas de las lavanderas, que quedan dentro de su recinto.
Esta suntuosa obra fue debida á la piedad del Sr. arcediano de esta santa iglesia catedral, D. Pedro de Otaloza y Carbajal, y vecino del mismo obispado, Este venerable sacerdote, que, gastó gruesas sumas de dinero en el templo, y que era su único pensamiento, no tuvo el gusto de verlo ocupado por las religiosas fundadoras, pues falleció el 19 de Junio de 1691.
Fuente:
Alfaro y Piña, Luis. Relación descriptiva de la fundación, dedicación, etc., de las iglesias y conventos de México. Con una reseña de la variación que han sufrido durante el gobierno de D. Benito Juárez. Tipografía de M. Villanueva. México, 1863, pp. 276-277
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