Caminar por Salamanca con mirada aguda nos da la oportunidad de encontrarnos con el mundo que es más interesante y que en ocasiones no nos damos la oportunidad de ver, de admirar, de entender y asimilar. Te invito a recorrer en forma casual, sin itinerario y verás lo interesante que es. De niño donde vivía era algo así como la frontera que se levantó para separar la Salamanca vieja de lo que Pemex construyó con la refinería y las zonas habitacionales que poco a poco se fueron desarrollando, en la actualidad esta zona es parte del centro, salir de casa implica toparse con cosas como esta, una carreta que se usa para transportar todas las ramas y hojarasca que sale cuando se arreglan los jardines. La casa de la foto, es la de mi prima Rocío a quien le estaré siempre agradecido por haberme hospedado todo este tiempo.
Tomando dirección sur llegaremos al mercado, he caminado tanto esta parte que le busco todas las posibilidades de pasar por distintas calles y ver distintas cosas, por donde me es inevitable pasar es por la estación del tren, no porque no haya otro camino, sino porque me gusta tanto que diariamente paso por allí, para mí las estaciones encierran historias de todo tipo, la oficial, la personal, la colectiva… muy cerca de ahí, prácticamente enfrente está el molino de Don Víctor, así lo conocí, una buena parte de la trilla del Bable se iba para ese molino, luego surgía la “Hija de Moctezuma” que era la marca de la harina. Hace mucho dejó de producir, el molino está cerrado y el edificio sigue en pie, en el semiabandono pero sigue en su lugar.
Un par de calles más y nos topamos con esto que es una placa de la calle Albino García, por el tipo de letra deduzco será de los años veintes, ahora sirve como escalón para entrar en una casa. Albino García el “manco” fue un personaje local que participó en la guerra de Independencia encabezando los grupos insurgentes en la zona de Salamanca y poblaciones aledañas, cuando fue capturado fue decapitado y su cuerpo descuartizado, la cabeza quedó en Celaya colgada para que sirviera de escarmiento, el brazo que le servía fue enviado a Salamanca y colgado de un poste con el mismo fin. No cabe duda de que la cosa de los descabezados nos viene ya de muchos años atrás.
Los lecheros eran algo común hace años, a mi casa llegaba don Bonifacio todas las mañanas montado en su burro con sendos tambos, los propios de acero para contener la leche, pensé ya no existían, pero no, siguen aun con el noble oficio de llevar la leche fresca de la ordeña de la misma mañana hasta la puerta de la casa, solo que ya no en burros sino en motocicletas, también he visto quien la lleva en camionetas, incluso a pié también hay lecheros, recuerdo, por una vieja canción que el litro costaba por los años sesenta $1.20, ni idea tengo cuánto cuesta en la actualidad, seguramente diez veces más.
Irapuato tiene la fama de ser el productor número uno de fresa, pero también crecen por acá, son tan solo 20 kilómetros los que separan a una población de la otra. Aquí en el mercado es normal encontrar cerros de fresa, de la de calidad de exportación, los precios son bajos en realidad, varían un poco, en ocasiones está a 15 pesos el kilo, en otras hasta a 10, todo depende, como en todo el comercio, de la oferta y la demanda.
Todas las calles alrededor del mercado municipal están llenas de puestos ambulantes, de gente que lleva su propia cosecha a vender, el día de tianguis, los miércoles, según sea la producción de la temporada es lo que se vende directamente, en esta temporada abunda el elote, buenísimo, asados son de lo mejor que se puede comer. Una de las cosas que siempre me han llamado la atención es la forma artística que tienen los comerciantes al exponer su mercancía, acomodada, de forma atractiva, contrastando los colores, como el caso de este pequeñísimo puesto de verduras.
Las panaderías de todo el Bajío no tienen comparación, a la que entres encontrarás todo bueno, aquí en Salamanca son varias las que tienen ya su reconocido prestigio, esta vez descubrí la Tolentino, a media cuadra del mercado, todo lo que comas de allí es exquisito, como los merengues, tenía un buen tiempo sin comeros, ahora, cada que paso por allí es parada obligada, en ocasiones no sabes que escoger, todo se antoja. Los merengues no son otra cosa que claras de huevo con azúcar, se deshacen en la boca.
Me sorprende ver los viernes y sábados por la tarde la cantidad de vehículos en todas y cada uno de los templos de Salamanca (más de una docena) una larga fila de autos adornados, si son blancos, claro está que se trata de una boda, si son de color será una quinceañera con seguridad. En este caso vemos la Parroquia del Señor del Hospital, una de las más solicitadas, junto a San Agustín, la Parroquia Antigua y el Sagrado Corazón.
Y algo que siempre me parecerá fabuloso de este lugar, es que solo hay que caminar un poco para estar fuera de la zona urbana y disfrutar del campo y todo lo que él nos puede ofrecer. Aquí el consumo de chivo, de quesos de cabra y birria son comunes, de allí que el paisaje se vea habitualmente con chivos pastando, como aquí que van por el canal de Sardinas adentrándose a la zona rural de Salamanca. Esto es ya hacia la zona norte, entre la Bondojo y Aztlán, dos de las colonias relativamente nuevas. Eso verde que ves son los lirios acuáticos, los cuales siempre han sido un dolor de cabeza para todos los agricultores ya que proliferan de una forma impresionante sobre las aguas de todo canal o presa. De la basura ni que decir… presente también.
Aquí lo rural se mezcla con lo industrial, apenas termina la propiedad de la refinería comienzan montones de plantas que dan servicios a la propia refinería, esta que vemos, está en construcción, su línea se ve moderna, dentro de poco será recubierta por capas de aislantes, no sé cómo se verá al final, ahora de la sensación de una modernísima construcción, bien podría pasar por un museo o una oficina, pero no, estos serán tanques contendores de alguna sustancia química. Esta se ubica en la parte oriente frente a los quemadores de Pemex en la carretera a Cerrogordo.
Y regresamos a casa, no sin antes entrar a lo que fueran las líneas de producción de La Fortaleza, ¿recuerdas que te conté sobre esta planta, una de las primeras empacadoras de futas en almíbar? Esa la tenemos aquí, enfrente y hay un altar a la Virgen de Guadalupe sencillo y en verdad hermoso… así como Salamanca guarda mil sorpresas, seguro estoy que en todas y cada una de las poblaciones de México las sorpresas, los detalles, los tenemos en cada esquina, es cosa de ser buen observador.
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