Hermenegildo Bustos y su obra en la Parroquia en Purísima del Rincón

Purísima del Rincón, uno de los pueblos que conforman al estado de Guanajuato ha sabido mantener en la actualidad su ritmo de tranquilidad que la provincia mexicana reclama cada vez más a gritos. El que ahora lleve el nombre de uno de sus hijos que ha tenido proyección internacional fue debido al trabajo paciente que hizo Pascual Aceves Barajas, quien coleccionista de su obra y seguidor de sus pasos y filosofía de vida lo descubrió para darlo a conocer primero entre los guanajuatenses y luego a todo el país. La ardua investigación que hizo en torno a la vida y obra del pintor le hizo conocer los detalles de su vida, los cuales lo fueron convenciendo cada vez más para promocionarlo como el más destacados de los nacidos en ese lugar y que por mérito propio debía dársele su nombre como referencia a que fue allí precisamente en donde nació.

A través de la biografía que Pascual Aceves Barajas realizó y que publicó la Universidad de Guanajuato en 1956 se desprendió como consecuencia que las autoridades aceptaran el cambio de nombre de Purísima del Rincón por el de Purísima de Bustos. En la advertencia preliminar el autor dice que: "la historia regional de nuestro estado, hasta hace pocos años, era asunto de investigadores que -movidos por el amor a su tierra y la inquietud de conocer sus raíces- se entregaban al rescate de documentos y tradiciones, para revivir un pasado hasta ese entonces ignorado en su conjunto. Así fueron rescatados del olvido poblaciones e individuos".

Purísima del Rincón obtiene su nombre por un lado al ser este lugar de gran devoción hacia la Purísima Concepción por un lado, por el otro, al estar ubicada geográficamente en el límite del Bajío guanajuatense con los Altos de Jalisco, se le consideraba a éste como el rincón de lo que fueran los límites del estado. Hermenegildo bustos nace en 1832 cuando el pueblo contaba con dos o tres mil habitantes tan solo, en mitad de un ambiente bucólico, tranquilo, mesurado. De este lugar nunca se movió, toda su vida la desarrolla en forma tranquila en el pueblo, quizá el viaje más largo que efectuó fue a San Julián, población distante no mas de 60 kilómetros en la región de los Altos.

Su modo de costearse la vida era vendiendo nieve, cosa que hacía con un singular proceso, recogiendo el hielo que en la época invernal se formaba sobre las pencas de los magueyes para conservarlo en un profundo pozo y poderlo ofrecer en el verano, actividad que se antoja como imposible, pero que está relatada en las biografías que sobre él se han escrito. Su noción de pintura viene de nacimiento, no tiene escuela y apenas si sabía leer y escribir, su producción fue grande, retrató casi a todos los habitantes de la Purísima dejándonos un legado artístico invaluable, se le conoce como el mejor exponente de la pintura popular del siglo XIX en México.

En la actualidad parte de su obra, consistente en retratos y exvotos, se exhibe en una de las salas que en la casa-museo de Diego Rivera en Guanajuato y en su ciudad natal encontramos en la Parroquia y en el Santuario algunos de sus trabajos. El detalle con el que logra retratar a sus personajes son de llamar la atención, lo que estas viendo ahora aquí es lo que actualmente sobrevive en ambos templos, sin lugar a dudas el trabajo y vida de Hermenegildo Bustos nos da una idea de usos y costumbres del Bajío en el siglo XIX.

Algo para reflexionar sacamos de la vida de Hermenegildo Bustos y lo anota Pascual Aceves Barajas en su biografía: “Además Bustos nunca salió de su pueblo, pues como Ramiro de Maeztu podría haber asegurado “envidiar la vida del pájaro que se mueve donde quiere sino la del árbol que se muere donde nace”. Y él murió en Purísima del Rincón, ahora llamada Purísima de Bustos, en 1907.

Bueno, Claudia, y ¿en dónde se encuentra todas estas maravillas?, seguramente te estarás preguntando. Pues en la Parroquia de la Purísima, ven vamos a conocerla: