viernes, 6 de abril de 2012

El Altar de Dolores, tradición en vías de desaparición.

Esta historia te la había contado ya antes. Tal vez seas nuevo por El Bable y no la leíste, no la contaré nuevamente, solo te comento que este gusto que tengo por levantar altares me nació hace un medio siglo precisamente en los días iguales a los de hoy, el Viernes Santo, en que iba a hacer "la visita de las siete casas" que se marcaba como cosa obligatoria en el abultado calendario de las festividades Católicas.

El recorrido de las Siete Casas lo trazaba mi mamá, implicaba ir al punto más cercano en auto, para de allí comenzar a caminar a la visita de los siete templos y hacer los rezos correspondientes en cada uno de ellos, mismos que, a fuerza de repetir y repetir se me fueron grabando. Desde la primera vez que recuerdo el impacto que me llevé fue grande. Se les llamaba antes "Monumentos" a esos arreglos especiales que se hacían en todos los templos, usando solo telas, y flores. Había elementos muy específicos, el trigo que se metía en botes o macetas con una precisión exacta para hacerlo crecer justo al tamaño que se requería para el adorno. Las naranjas agrias y las azucenas, de estas dos últimas cosas desde mi casa se proveía a uno de los templos para el altar, pues había un árbol que producía en abundancia naranjas agrias y una buena cantidad de azucenas, de las rojas...

Los templos se inundaban del olor de la cera quemada, pero más del olor a la manzanilla que en cientos de racimos se disponían en las mesas para que una vez terminado el rezo, se recogiera un mazo de manzanilla y un pedazo de pan ácimo... todo eso se me quedó grabado de tal modo que, creo, sin lugar a dudas que fue allí donde me nació ese gusto por admirar y desarrollar los altares.

Estamos en el año de 2012, cuando medianamente comenzamos a hacer conciencia del deterioro que hemos hecho al medio ambiente, razón por la cual decidí que este año el altar sería con material que se considera "desperdicio". Verás en estas fotografías los dos ambientes, el diurno y el nocturno, en el cual logré la idea que en Guanajuato se difundió antes de la existencia de la luz eléctrica: los incendios. Así era como se les llamaba a los Altares de Dolores en Guanajuato.

La idea del incendio procede de que, al montar un Altar de Dolores, se incluyen todo tipo de botellas de vidrio, jarras, y cualquier otra cosa en donde se pueda contener agua, la cual, produce el efecto de difusión de la luz y, como entonces las ciudades eran más bien oscuras y los Altares se ponían cercanos a la ventana que daba a la calle, semejaba como si la casa se estuviera incendiando... así pues, este es mi "incendio" de 2012... seguiré manteniendo la tradición de montar el Altar de Dolores mientras me siga siendo posible.

2 comentarios:

  1. Ya había leído el otro artículo donde explicas más sobre los Altares de Dolores y me encantó poder ver ahora el que presentaste para este año. Tengo vagos recuerdos (qué pena que no tan intensos como los tuyos) de las visitas a las siete casas, los ramos de manzanilla y el pan, pero ni uno solo sobre algún altar, así que este próximo Día Santo, voy a hacer uno en casa, el primero de todos los que me sean posibles, no solo por mi devoción a la Virgen Dolorosa, sino porque está lleno de maravillosos elementos, símbolos y porque así como has presentado estos dos artículos sobre este tema, se antoja muchísimo seguir tu ejemplo. Qué tradición más bonita!

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  2. En mi memoria tenia este altar, que creí era de muertos. Fue mera confusión, lo recordaba por los materiales reciclados. reafirmo el comentario anterior. Excelente fotografo.

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