A todos la vida nos ha cambiado en esta década y media que llevamos del siglo XXI, el vivir en una ciudad no quiere decir que nos limitemos a ella, muchas personas viven aquí y trabajan allá. No es privativo de la CDMX, Guadalajara o Monterrey el usar dos horas diarias, en el mejor de los casos, para ir al trabajo o a la escuela, gente de Salamanca trabaja en Guanajuato o en León y es, en tiempo, lo mismo que aquellos que viven en el sur de la gran ciudad y trabajan en el norte. Los ejemplos podrían ser muchos, la idea quedó ya asentada.
Y viene a colación porque, ayer domingo pasé una estupenda mañana por los rumbos del pueblo de Valtierrilla, cercano a Salamanca, a escasos 10 kilómetros en dirección poniente, esta vez lo vi desde un ángulo muy diferente pues, para llegar a él no tuve que ir a la terminal de autobuses contigua al mercado, sino que, en vehículo y por la autopista evitamos cruzar la ciudad, fue un acceso verde en el sentido del color que abunda en este tiempo en los campos del Bajío... en aquellos en donde no han levantado aun clusters industriales.
La sorpresa fue grande, a Valtierrilla ya lo conocía pero ahora lo vi distinto. Tenemos una mala imagen del lugar pero si fuera cierto no habría la cantidad de visitantes que allí hay, si fuera cierto no habría ese "domingo en el pueblo" que se desarrolla puntualmente desde que comienza la mañana en la plaza frente al parque. Prácticamente todos los puestos estaban llenos de comensales y eran una buena cantidad, nadie tenía cara de ser del lugar, sino de otros rumbos.
Y si te preguntas que era lo que estaba pasando allí, la respuesta es una muy clara: en Valtierrilla puedes comer todo lo imaginable (o inimaginable) hecho en base a nopal, de entrada las tortillas verdes, que son de maíz pero contienen nopal...
El agua es de nopal, de chía, de limón, de piña, o combinada con esos ingredientes...
La innovación ofrece algo distinto en materia de tortillas, aquí lo puedes ver...
Las quesadillas son en tortilla de maíz y nopal, y los rellenos tienen lo que todos conocemos, agreguemos el nopal.
Una que bien podríamos decir es la especialidad consiste en camarón seco con nopal... tienes que probarla.
Hay también mole, esta fue apenas una probadita, una "dura con mole".
Las de flor de calabaza son extraoridinarias por la sencilla razón de que allí mismo siembran la calabaza, te aseguro que esa flor estaba en el campo unas horas antes.
El lleno era total y apenas el reloj marcaba las 10 de la mañana...
Comimos, terminamos, comenzó el recorrido... las escenas propias del pueblo aparecen espontáneamente.
Además del nopal en todo tipo de presentaciones en Valtierilla se encuentra el Xoconostle, tuna agria que es bien conocida por estos rumbos del Bajío y bien desconocida en otras latitudes. Me comentan que antes de ser productor de nopal, Valtierrilla fue producto de chiles... y me llevaron a ver un chilar.
El menú de otro puesto de comida... la variedad es grande y la presencia del nopal es absoluta.
Así de tranquilo, no muy lejos de la plaza...
Valtierrilla está junto al río La Laja, y no lejos de ahí el Lerma, hay un punto conocido como Las Adjuntas en donde el Laja descarga en el Lerma.
Así es como se siembra una nopalera...
Caminos empedrados con un siglo o siglo y medio de antiguedad comenzamos a ver una ves que nos internamos por el rumbo sur del pueblo.
Ahora entiendo por que, Agustín de Iturbide continuamente escribe en su Diario Militar sobre los "bosques de Valtierrilla".
Testimonio del por qué el alemán Paul Kirchhoff comenzó a estudiar la región del Bajío, específicamente en entorno del cerro del Culiacán, y creó su teoría de que este fue el mítico aztlán, si te gusta la parte antropológica y arqueológica, te podrás deleitar con toda la literatura que hay en torno a esta teoría.
Estamos en plena temporada de maíz, para finales de Agosto y principios de Septiembre, estará en pleno florecimiento.
El garambullo dentro de poco madurará su fruta... una delicia, pero cada vez más escasa...
Al incursionar por esta "frontera", frontera multicultural que lo fue de tres pueblos: el Purépecha al sur; el Chichimeca-Pame al norte y el Ñähñü al oriente, vamos viendo varios vestigios, muchos por no decir que todos, devastados. Siendo estas tierras de labranza, y de buenas tierras negras, las veremos desmontadas, con bordos, surcos y, dependiendo de la época del año, la semilla "prendida" es decir, en crecimiento... de pronto aparecen puntos con abundante vegetación y muchas piedras, la mayoría del tipo "bola" que son llevadas, seguramente desde el río que pasa por ahí cerca.
Sin lugar a dudas se trata de un Coecillo (hay que le dice Cuizillo), es decir, un centro ceremonial pequeño; sale de sobra denunciarlo, son muchos y los hay hacia el norte y hacia el sur del río.
Vestigios del pasado no solo vemos del prehispánico sino del porfiriato también, esa que se ve hacia el lado izquierdo (por cierto, con puerta verde) presumo fue una planta de luz, estaba en la Hacienda de Uruétaro y justo en "la otra banda", es decir, del otro lado del Lerma.
Mojoneras las hay varias, esos "pilones" también del porfiriato, eran los que marcaban los linderos de las haciendas o ranchos.
Por el rumbo sobreviven uno que otro sabino, árboles que fueron abundantes en toda la rivera del río Lerma, ahora solo los vemos en contados puntos...
El Lerma, lo sabemos bien, está contaminando, se dice que es el más o uno de los más contaminados del país... allí la fauna trata de sobrevivir.
Esta mojonera es pieza de museo.
Las vainas del mezquite, la gente de los ranchos suele comerlas...
En algunos puntos el maíz está ya "jiloteando".
Larga ha sido la jornada, la cerramos con una nieve de xoconostle.
Y volvemos a la zona industrial pensando aquello de... "qué culpa tiene el huizache de haber nacido en el llano" es decir, parafraseando... qué culpa tengo de haber nacido en una zona industrial.
Excelente relato, dan ganas de conocerlo, gracias.
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